Aquella mujer lo había apostado todo al rojo y había salido el 22 negro, ahora ya no le quedaba nada. Su apuesta decían que había sido temeraria, pero ella no sabía jugar de otra manera, ahora se había quedado con el culo al aire y no tenía a quien acudir. Pensó que tal vez sería perdonada por aquellos a los que había hecho tanto daño, pero sólo encontró su desprecio.
La mujer más triste del mundo, reina de sueños perdidos, de amores no correspondidos.Su reino un lugar de pesadillas y noches desiertas, de teléfonos que no suenan, de cartas que no se escriben, de relojes detenidos y en descomposición:
ResponderEliminarSu reino el olvido.