viernes, 29 de abril de 2011

El arzobispo

El arzobispo de Oviedo, un año después del terremoto de Haití, en una carta pastoral acusa a las ONG de "vivir del cuento" y "salva de la quema" (que manía, como les gustan las hogueras a estos inquisidores, se ve que llevan en la sangre 2000 años de tener el monopolio como ONG) a las organizaciones católicas "ejemplo de verdadera solidaridad humana y cristiana" que sólo Cáritas, Manos Unidas y Ayuda a la Iglesia Necesitada cuidan a los pobres. Y remata la pastoral (composición pastoril, literaria o musical, en este caso babayada) haciendose una pregunta: "¿Dónde estaba Dios en Haití? y el mismo responde: "Sin duda que no estaba jugando al golf". Claro que no, estaba muy ocupado contándole a su representante, Benedicto XVI, que la última farra de su hijo, Jesús, fue en martes y no en jueves; ante tan gran tarea no me extraña que el dios no tuviese tiempo para "hacer turismo estirado o distraerse podando bonsáis". Yo ya sé que su reino no es de este mundo (ni de ninguno) pero lo que no sé es para que vale un arzobispo cuando el mismo dice: "es callando cuando se dicen las mejores cosas", parece que está añorando a Franco que no hablaba, sólo mataba. Tal vez la soflama del sectario, venga por aquella campaña de la conferencia episcopal española contra el aborto en la que decían que se defendía más a los linces que a los nonatos. Ya lo dijo Ricky Gervais en la entrega de los Globos de Oro de este año: "Dicen que se protege más a los linces que a los niños. Es verdad, yo nunca he oído de ningún cura que se haya follado a un lince."

martes, 26 de abril de 2011

Jardín que fue de Carlota

















          foto X-C



Jorge Guillén

Jardín en declive umbrío
Con plazoletas y fuentes,
Y bancos donde sentarse
Para contemplar los verdes
Que cierran el horizonte
Y un poco dejados crecen.
Intimamente disperso
Jardín con sombras de reyes
Y tanta delicia fresca
De un ayer que es hoy de siempre.




miércoles, 20 de abril de 2011

Como un perro














Como un perro, como un perro, como un perro... La barca se desliza... la noche ya no quiere más, todo ha sido tomado. Sombras... no hay ninguna caricia, las promesas fueron falsas... Dime, dime otra vez las palabras. El derrabe arrasó todo. Tengo que buscar, no sé en donde, no sé el qué. ¿Quién me va a decir ahora palabras de amanecer? ¿De dónde voy a sacar de entre las mentiras una voz? El olor, ese terrible olor clavado en mi corazón, quien me lo va a quitar. ¿Quién me quitará la venda?

martes, 19 de abril de 2011

Una rosa

















El amor, el fiel recuerdo de una rosa.
El amor, el ardiente fuego de las palabras, antes de ser ceniza.

sábado, 16 de abril de 2011

Apuntes sobre la imagen del deseo










































































¿Qué es más gratificante un buen polvo o ser querido? ¿Será verdad que el amor verdadero entra por el agujero? ¿Preferimos ser amados o lo que realmente queremos es amar, “alagarnos” en el otro, corrernos dentro de él, de su seso? ¿Cuál es el límite del sexo, es posible el sexo sin amor (hay que ver cuanto aman las putas), será posible el amor sin sexo? Cuantas preguntas para una tarde sin sexo, ¿porqué a fin de cuentas, no es eso lo que nos pasa? que no practicamos sexo o que no practicamos el sexo que realmente nos gustaría practicar (“gracias dios”) (no gracias a dios).
Las siluetas de Nacho Suárez recortadas a tinta y cuchillo están llenas de sexo, y tal vez, o por tanto, de vida ¿es posible la vida sin sexo (a pesar de la virgen María)? ¿O tendrán razón las que dicen que dónde este una buena tranca se quite todo lo demás?

Schiele, Grosz, Picasso, Touluse Lautrec con sus atrevidos encuadres y sus colores disparatados de placer, se nos aparecen en el recuerdo al ver pegados en las paredes de la Galería Texu los dibujos de Nacho, también las acuarelas con los ocres y los apagados verdes de Degas, que nos transportan al reino de la siesta o la media luz. Las musculosas y entrevenadas pollas de Nazario, nunca la nadería de Manara o la elegancia afectada de Guido Crepax, Nacho Suárez prefiere pintar figuras retorcidas y descarnadas al estilo de Schiele y sus amantes fracasados, llenos de dolor y desesperación.

Las mujeres en los cómic de George Pichard, Yaroslav Horac, Jim Holdaway, Enrique Badia Romero, y los de tantos ilustradores de revistas populares de los años sesenta y setenta; también los anuncios de moda y de cualquier objeto de consumo del “american way of life”; los grabados shunga japoneses ukiyo-e de los siglos XVII y XVIII, sirven de referencia a nuestro joven pintor.

También divisamos las influencias literarias de Georges Bataille, el marqués de Sade o la Naná de Zola, el descenso a los infiernos de Baudelaire, nunca la ñoñeria de la princesa Karenin, con su quiero y no puedo existencial. Aquí la mujer es un ser libre dueña de su cuerpo y por eso esclava de él y de sus limitaciones, de sus frustraciones; atada por las duras cadenas de la educación, que la hace, al fin, participe de la represión del hombre macho, que se ha refugiado en las putas, autentico cimiento y cemento armado del matrimonio católico. Belle de Jour o La bestia de Borowczyc son referencias cinematográficas constantes y cortantes, como lo es Bonnie Faye Dunaway, ese icono de lo que es la huida hacia delante, que se refugia tras los disparos de una metralleta Thompson para olvidar la impotencia de su amante. Tal vez sirva un perro salido como metáfora de esos terrores nocturnos (de caperucita y el lobo) al ataque de la bestia, ese diablo con rabo (enhiesto).

El soporte es una simple hoja arrancada de un bloc, no hacen falta ni diamantes, ni mármol de Carrara para expresar lo que se quiere contar, sobre la que pinta mujeres tumbadas, una sombra en tinta china o acuarelas en tonos verdes, desnudos oferentes, o mujeres descaradas en tonos alegres que se nos insinúan a la vez que vomitan. En algunos dibujos sus cabezas se descomponen o se tachan, así no sabemos si son una o son todas, o solo es cuerpo lo que se nos ofrece, una mercancía sin nada detrás. En otros, en cambio nos presenta sus rostros y sus rubias melenas, cabellos preciosos muy trabajados por la pluma llenos de volumen y movimiento que nos recuerdan a la Medusa mitológica (y también a la creada por Jack Kirby para los Cuatro Fantásticos en 1965) que convertía en piedra a aquellos que osaban mirarla. Sobre la silueta del precioso dibujo se rellenan las ropas, la lencería en verdes a lo Irma la dulce y marrones para una vaquera como la Nancy Callahan de la tenebrosa Ciudad del Pecado, Sin City de Frank Miller, donde las viñetas a una página son invadidas por las planas tintas negras que transmiten el sentido de los personajes, seres solitarios y derrotados.
En otra hoja descubrimos como una chica se coloca las medias, pero su rostro nos está vetado: su cabeza esta tachada. Otras imágenes se superponen, son mas complejas, no son cubistas sino que son dos figuras que hacen una, creando una especie de monstruo de dos cabezas y dos coños. Otras están delimitadas por una silueta naranja que la hace aun mas agresiva, aunque en un principio ese color nos reclama por su bello contraste solo es un truco para remarcar la fuerza de la mujer.
También hay animales empalmados y objetos de bisutería erótica, condones, chochos abiertos y bocas chupapollas, toda una delicia para los voyeurs, tocamientos impuros, felaciones y penetraciones se alinean por las blancas paredes de Texu en un impúdico catalogo de sexo martiriológico, un desfile de todo un repertorio clásico, escenas ahora populares gracias a internet pero que él consigue alejar de la ordinariez y la casquería aunque sin perder la ordinariez y la vulgaridad, porque los personajes son ordinarias y vulgares mujeres, una cualquiera, no una “cualquiera”. La elegancia esta en la linea, en el contorno, en el dibujo, sin caer ni en el esteticismo de Guido Crepax ni en el feísmo de Nazario. Una obra mas cercana al existencialismo, al expresionismo de Schiele, parecen los retratos que hizo el malogrado artista a sus mujeres, un compendio entre el deseo y el amor, entre la vida y la muerte, porque... ¿puede haber vida sin amor? ¿y vida sin deseo?













«Todos los imbéciles de la burguesía que pronuncian las palabras inmoralidad, moralidad en el arte y demás tonterías me recuerdan a Louise Villedieu, una puta de a cinco francos, que una vez me acompañó al Louvre donde ella nunca había estado y empezó a sonrojarse y a taparse la cara. Tirándome a cada momento de la manga, me preguntaba ante las estatuas y cuadros inmortales cómo podían exhibirse públicamente semejantes indecencias.»
Charles Baudelaire

http://www.galeriatexu.com/
http://nachosuarezblanco.blogspot.com/
http://platea.pntic.mec.es/rsuare1/#

miércoles, 13 de abril de 2011

Red. Inóptico / Mind Revolution



¿Es la realidad acaso más real que los sueños? ¿Por qué la vida nos devora? ¿Por qué los sueños no son reales? ¿Por qué eso que deseamos tanto no lo podemos alcanzar? ¿Qué sentido tiene el deseo, si a fin de cuentas es un deseo inalcanzable? ¿Por qué prefiero morir a perderte? ¿Hay algo más real que una caricia? ¿Es un disparo una opción?
Preguntas en la noche, por que la noche se mueve, hasta los muertos se estremecen cuando la luna se detiene y las estrellas desaparecen.

domingo, 10 de abril de 2011

La civilización del espectáculo



Mario Vargas Llosa está a punto de publicar La civilización del espectáculo, una recopilación de ensayos como un alegato de defensa de la cultura en nuestra civilización. Del prologo de la obra he subrayado las siguientes palabras:

«Este ensayo fue naciendo en los últimos años sin que yo me diera cuenta, a raíz de la incómoda sensación que solía asaltarme a veces visitando exposiciones, asistiendo a algunos espectáculos, viendo ciertas películas, obras de teatro o programas de televisión, o leyendo ciertos libros, revistas y periódicos, de que me estaban tomando el pelo y que no tenía cómo defenderme ante una arrolladora y sutil conspiración para hacerme sentir un inculto o un estúpido.
el libro es un ensayo orgánico que fui elaborando a lo largo de años aguijoneado por un tema inquietante y fascinante: cómo la cultura dentro de la que nos movemos se ha ido frivolizando y banalizando hasta convertirse en algunos casos en un pálido remedo de lo que nuestros padres y abuelos entendían por esa palabra. Me parece que tal transformación significa un deterioro que nos sume en una creciente confusión de la que podría resultar, a la corta o a la larga, un mundo sin valores estéticos, en el que las artes y las letras -las humanidades- habrían pasado a ser poco más que formas secundarias del entretenimiento, a la zaga del que proveen al gran público los grandes medios audiovisuales, y sin mayor influencia en la vida social. Ésta, resueltamente orientada por consideraciones pragmáticas, transcurriría entonces bajo la dirección absoluta de los especialistas y los técnicos, abocada esencialmente a la satisfacción de las necesidades materiales y animada por el espíritu de lucro, motor de la economía, valor supremo de la sociedad, medida exclusiva del fracaso y del éxito, y, por lo mismo, razón de ser de los destinos individuales.
Ésta no es una pesadilla orwelliana sino una realidad perfectamente posible a la que, insensiblemente, se han ido acercando las naciones más avanzadas y libres del planeta, las del Occidente democrático y liberal, a medida que los fundamentos de la cultura tradicional entraban en bancarrota, se iban desintegrando, y los iban sustituyendo unos embelecos que han ido alejando cada vez más del gran público las creaciones artísticas y literarias, las ideas filosóficas, los ideales cívicos, los valores y, en suma, toda aquella dimensión espiritual llamada antiguamente la cultura, que, aunque confinada principalmente en una elite, desbordaba en el pasado hacia el conjunto de la sociedad e influía en ella dándole un sentido a la vida y una razón de ser a la existencia que trascendía el mero bienestar material del ciudadano. Nunca hemos vivido como ahora en una época tan rica en conocimientos científicos y hallazgos tecnológicos ni mejor equipada para derrotar la enfermedad, la ignorancia y la pobreza y, sin embargo, acaso nunca hayamos estado tan desconcertados y extraviados respecto a ciertas cuestiones básicas como qué hacemos aquí en este astro sin luz propia que nos tocó, si la mera supervivencia es el único norte que justifica la vida, si palabras como espíritu, ideales, placer, amor, solidaridad, arte, creación, alma, trascendencia, significan algo todavía, y, si la respuesta es positiva, qué es exactamente lo que hay en ellas y qué no. Antes, la razón de ser de la cultura era dar una respuesta a este género de preguntas, pero lo que hoy entendemos por cultura está exonerada por completo de semejante responsabilidad, ya que hemos ido haciendo de ella algo mucho más superficial y voluble, o una forma de diversión ligera para el gran público o un juego retórico, esotérico y oscurantista para grupúsculos vanidosos y de espaldas al conjunto de la sociedad.
De pronto, empecé a sentir que muchos artistas, pensadores y escritores contemporáneos me estaban tomando el pelo. Y que no era un hecho aislado, casual y transitivo, sino un verdadero proceso del que parecían cómplices, además de ciertos creadores, sus críticos, editores, galeristas, productores, y un público de papanatas inconscientes a los que aquellos manipulaban a su gusto, haciéndoles tragar gato por liebre, por razones crematísticas a veces y a veces por pura frivolidad.»

viernes, 8 de abril de 2011

No surrender



Nos largamos de clase
Teníamos que escapar de aquellos idiotas
Habíamos aprendido. más con un disco de tres minutos
Nena, que con todo lo que nos enseñaban en la escuela
Esta noche oigo la batería del vecino
Siento cómo mi corazón empieza a golpear
Dices que estás cansada, que sólo quieres cerrar los ojos
Y seguir tus sueños

Hicimos una promesa, juramos que siempre la recordaríamos
Sin retirada, nena, sin rendición
Como soldados en una noche de invierno con un voto que defender
Sin retirada, nena sin rendición

Ahora los rostros jóvenes se vuelven tristes y viejos
Y corazones de fuego se vuelven fríos
Nos juramos hermandad de sangre contra el viento
Estoy preparado para hacerme joven otra vez
Y oír la voz de tu hermana llamándonos a casa
Desde los campos
Bueno, quizá pudiéramos hacer nuestro algún sitio
Con estos tambores y estás guitarras

Porque hicimos una promesa, juramos que siempre la recordaríamos
Sin retirada, nena, sin rendición
Hermanos de sangre en la noche tormentosa con un voto que defender
Sin retirada, nena, sin rendición

Esta noche en la calle las luces apenas brillan
Las paredes de mi habitación se me caen encima
Afuera todavía hay una guerra bramando
Dices que ya no es asunto nuestro ganarla
Quiero dormir, bajo cielos de paz
En la cama de mi amante
Con un vasto país en mis ojos
Y estos sueños románticos en mi cabeza

Porque hicimos una promesa, juramos que siempre la recordaríamos
Sin retirada, nena, sin rendición
Hermanos de sangre en la noche tormentosa con un voto que defender
Sin retirada, nena, sin rendición

Carta a Meneceo


















Epicuro.- Carta a Meneceo
"Acostúmbrate a pensar que la muerte no tiene nada que ver con nosotros, porque todo bien y todo mal radica en la sensación, y la muerte es la privación de sensación. De ahí que la idea correcta de que la muerte no tiene nada que ver con nosotros hace gozosa la mortalidad de la vida, no porque añada un tiempo infinito sino porque quita las ansias de inmortalidad."
"Así pues, el mal que más pone los pelos de punta, la muerte, no va a nada con nosotros, justamente porque cuando existimos nosotros la muerte no está presente, y cuando la muerte está presente entonces nosotros no existimos."
"Debemos darnos cuenta, por un acto de reflexión, de que los deseos unos son naturales, y otros vanos, y que de los naturales unos son necesarios y otros naturales sin más. Y de los necesarios unos son necesarios para la felicidad, otros para el bienestar del cuerpo y otros para la propia vida."

miércoles, 6 de abril de 2011

Flores en la basura












foto X-C

Cuando llegó el tiempo,
yo ya no estaba.
Hacía mucho que yo ya no estaba.
Aquella mujer me dijo no se que cosas;
me dijo vida, me dijo cariño, me dijo amor.
Yo no decía nada, soñaba.
Los días pasaban como flores volando.
La noche se fue apartando,
era nuestro día,
el reino de la vida.
No se que pasó.
Ya no quedó nada,
todo era mentira,
sólo palabras para rellenar la ausencia,
como flores muertas en la basura.
Eso era yo, menos que nada,
flores en la basura.

martes, 5 de abril de 2011

Boxeo

Dulce la lluvia, el sonido extraño en la ventana; recuerdo cuando iba con mi padre bajo las estrellas buscando un bar entre los escampados de León, mi abuelo iba detrás y me explicaba los nombres de las constelaciones. Cuando, al fin, llegábamos a un chigre con televisión, yo debía tener doce años y quería a mi padre. Mi abuelo era otra cosa. Ahora mi padre hace muchos años que ha muerto, muchos más que mi abuelo... y ya no hay boxeo en la tele.

sábado, 2 de abril de 2011

Las palabras

Las palabras se arrastran, se deslizan en la lluvia como los perros que nos devoran en la noche, esos fantasmas que nos hablan de lo que fuimos y de lo que debíamos haber sido y de lo que no seremos.
Está noche, una más, la voz de Elvis, inmensa como si acabase de salir de las profundidades de la muerte, me hace recordar lo que no tuve y todo aquello que jamás tendré. No tendré la luz del día, ni la sonrisa del destino, ni la fe del futuro, no encontraré la paz, ni la bendición de nadie; solo tendré a mi soledad, al silencio, a la noche, al doloroso pasar de las horas en la oscuridad. Como si fuese el oráculo de un dios primigenio que se quedó huérfano de fieles, y al que ya no le queda ninguna razón para rezar, solo llorar. Palabras, catedrales levantadas para morir entre el polvo, tristes sueños ahora, menos que nada.

viernes, 1 de abril de 2011

De que callada manera














                                                                                                                                                 foto X-C
Nicolás Guillén

¡De que callada manera
se me adentra usted sonriendo,
como si fuera la primavera !
¡Yo, muriendo!

Y de que modo sutil
me derramo en la camisa
todas las flores de abril

¿Quién le dijo que yo era
risa siempre, nunca llanto,
como si fuera
la primavera?
¡No soy tanto!

En cambio, ¡Qué espiritual
que usted me brinde una rosa
de su rosal principal!

De que callada manera
se me adentra usted sonriendo,
como si fuera la primavera
¡Yo, muriendo!