martes, 30 de noviembre de 2010

Ciudad Cero














Ángel González, Ciudad Cero

Una revolución.
Luego una guerra.
En aquellos dos años -que eran
la quinta parte de toda mi vida-,
yo había experimentado sensaciones distintas.
Imaginé más tarde
lo que es la lucha en calidad de hombre.
Pero como tal niño,
la guerra, para mí, era tan sólo:
suspensión de las clases escolares,
Isabelita en bragas en el sótano,
cementerios de coches, pisos
abandonados, hambre indefinible,
sangre descubierta
en la tierra o las losas de la calle,
un terror que duraba
lo que el frágil rumor de los cristales
después de la explosión,
y el casi incomprensible
dolor de los adultos,
sus lágrimas, su miedo,
su ira sofocada,
que, por algún resquicio,
entraban en mi alma
para desvanecerse luego, pronto,
ante uno de los muchos
prodigios cotidianos: el hallazgo
de una bala aún caliente
el incendio
de un edificio próximo,
los restos de un saqueo
-papeles y retratos
en medio de la calle...
Todo pasó,
todo es borroso ahora, todo
menos eso que apenas percibía
en aquel tiempo
y que, años más tarde,
resurgió en mi interior, ya para siempre:
este miedo difuso,
esta ira repentina,
estas imprevisibles
y verdaderas ganas de llorar.

















Hay otros mundos, y están aquí.

lunes, 29 de noviembre de 2010

El infierno


















Escrito de acusación contra Aribert Heim, el "Doctor Muerte", médico oficial de las SS en la enfermería del campo de concentración de Mauthausen, del fiscal Wieser, de Baden Baden (Alemania), fechado el 11 de junio de 1979:

Caso número 1: "Tras la llegada de un transporte de judíos desde Holanda, el acusado eligió dos chicos jóvenes y, después de haber comprobado su dentadura perfecta, les prometió la libertad si se dejaban hacer una pequeña operación inofensiva. Fiándose de que un oficial de las SS sería fiel a su promesa, los citados se dejaron intervenir. En la sala de operaciones de la enfermería, el acusado los anestesió y abrió el tórax y el vientre para sacarles los órganos internos. Cuando la primera víctima, a la que extrajo el corazón, había muerto, hizo lo mismo con la segunda y la asesinó con una inyección letal. Después cortó la cabeza a los dos cadáveres y las quemó en el crematorio del campo para exhibirlas como pieza de exhibición".

Caso número 2: "Preso de 35 a 40 años, judío, sano... En la mesa de operaciones, el asistente sanitario colocó al joven. Cuando el preso comprendió cuál era su destino, le dijo al acusado: 'Bueno, asesino de masas, haz lo que tengas que hacer'. El acusado le golpeó con el puño, después le puso la inyección letal en el corazón y abrió el cuerpo para extraer el hígado".

Caso número 3: "Un preso judío de Praga se presentó con una hinchazón en la pierna izquierda. El acusado le dijo que le iba a operar. Cuando el hombre desnudo estuvo sobre la mesa de operaciones, le abrió el vientre sin anestesia y sacó el hígado, el intestino y el bazo. La víctima murió sufriendo de modo atroz".

Caso número 4: "Un viejo preso judío se presentó en la enfermería con una hernia abdominal. En vez de operar la hernia, le abrió el vientre, hurgando en la cara intestinal y, mortalmente herido, lo asesinó con una inyección letal".

Caso número 5: "Un joven judío de 14 años. En la mesa de operaciones se despidió espiritualmente de su madre con las manos en posición de rezo. El acusado le había explicado por qué tenía que morir: 'Los judíos son culpables de la guerra'. Tras un intercambio de palabras, le asesinó con una inyección letal, como a otros presos hebreos que se presentaron allí que fueron igualmente asesinados".

















Hay otros mundos, pero están en este.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Proverbios del infierno


















William Blake

En tiempo de siembra, aprende; en tiempo de cosecha, enseña; en invierno, goza.
Conduce tu carro y tu arado sobre los huesos de los muertos.
El camino del exceso lleva al palacio del saber.
La Prudencia es una vieja solterona, rica y fea, que la Incapacidad corteja.
Aquel que desea pero no actúa, engendra peste.
El gusano perdona al arado que lo corta.
Sumerge en el río a aquel que ama el agua.
El necio no ve el mismo árbol que ve el sabio.
Aquel cuyo rostro no irradie luz, jamás será una estrella.
La Eternidad está enamorada de los frutos del tiempo.
La abeja laboriosa no tiene tiempo para el pesar.
Las horas de la locura las mide el reloj, pero ningún reloj puede medir las horas de la sabiduría.

















Todo alimento sano se logra sin red ni cepo.
Usa número, peso y medida en año de escasez.
Ninguna ave se remonta demasiado, si lo hace con sus propias alas.
Un cuerpo muerto no venga injurias.
Tu acto más sublime es poner a otro delante de tí.
Si el necio persistiera en su necedad, se tornaría sabio.
Locura, capa de la villanía.
Vergüenza, capa del orgullo.
Las prisiones son edificadas con piedras de la Ley, los burdeles con ladrillos de la religión.
El orgullo del pavo real es la gloria de Dios.
La lujurias del chivo es la generosidad de Dios.
La ira del león es la sabiduría de Dios.
La desnudez de la mujer es obra de Dios.
El exceso de pena ríe. El exceso de gozo llora.
El rugido de los leones, el aullido de los lobos, la ira del tempestuoso mar y la espada destructiva son porciones de eternidad demasiado grandes para el ojo humano.
El zorro condena la trampa, pero no a sí mismo.
El gozo fecunda. El dolor engendra.
Dejad que el hombre vista la piel del león y la mujer el vellón de la oveja.
El ave un nido, la araña una tela, el hombre la amistad.
El egoísta necio que sonríe y el necio sombrío y ceñudo serán tenidos por sabios y se tornarán la norma.
Lo que hoy está demostrado, una vez fue imaginado.
La rata, el ratón, el zorro, el conejo, cuidan de las raíces; el león, el tigre, el caballo, el elefante, de los frutos.
La cisterna contiene, la fuente rebosa.
Un pensamiento llena la inmensidad.
Si estás siempre pronto a expresar tu opinión, el vil te evitará.
Todo lo que es creíble, es una imagen de la verdad.
Nunca perdió el águila tanto tiempo como cuando se sometió a la enseñanza del cuervo.
El zorro se provee a si mismo; pero Dios provee al león.
Medita en la mañana. Obra al mediodía. Come al atardecer. Duerme en la noche.

















Quien ha soportado que abuses de él, te conoce.
Así como el arado sigue las palabras, Dios recompensa las plegarias.
Los tigres de la cólera son más sabios que los caballos del saber.
Espera veneno del agua estancada.
Nunca sabrás lo que es suficiente a menos que sepas lo que es más que suficiente.
¡Escucha el reproche de los necios! ¡Es un título real!
Los ojos de fuego, la nariz de aire, la boca de agua, la barba de tierra.
El débil en denuedo es fuerte en astucia.
Nunca pregunta el manzano al haya cómo crecer, ni el león al caballo cómo lograr su presa.

















Quien recibe agradecido, fructifica abundante cosecha.
Si otros no hubieran sido necios, nosotros lo seríamos.
El alma rebosante de dulce deleite jamás será profanada.
Cuando ves un águila, ves una porción de genio: ¡Yérguete!
Así como la oruga elije las hojas más bellas para posar sus huevos, así el sacerdote deja caer su maldición en los gozos más dulces.
Crear una pequeña flor es trabajo de siglos.
La maldición vigoriza; la bendición relaja.
El mejor vino es el más añejo, la mejor agua es la más nueva.
Las plegarias no aran; las alabanzas no cosechan.
Las alegrías no ríen. Las tristezas no lloran.
La cabeza, lo Sublime; el corazón, el Pathos; los órganos genitales, lo Bello; las manos y los pies, la Proporción.
Como el aire al pájaro o el agua al pez, así es el desprecio para el despreciable.
La corneja quisiera que todo fuera negro; el búho, que todo fuese blanco.
Exuberancia es Belleza.
Si el león fuera aconsejado por el zorro, sería astuto.
El Progreso construte caminos rectos, pero los tortuosos caminos sin progreso son los caminos del genio.
Antes asesina a un niño en su cuna que nutras deseos que no realices.
Donde no está el hombre, la naturaleza es estéril.
La verdad nunca puede ser dicha de modo que sea comprendida sin ser creída.
¡Suficiente! o Demasiado.

El tornado de los amantes















Los enamorados obstinados son condenados para siempre a ser sacudidos por los vientos y arrojados violentamente a tierra. Dante consigue interrogar a Francesca en el tornado que gira sobre él, devorando al sol. Ella le cuenta su relación pasional con Paolo, causa de su muerte y de su castigo eterno, lo que provoca el desmayo de Dante.

Cada hora he despertado, para ver como dormías, para darte un beso entre las sombras, para volver a abrazarte y quedarme dormido soñando con tu boca y el roce de tu pelo en mi rostro. Despertaba cada poco, para ver si estabas ahí, de tanto como te sentía; recorría tu cuerpo con mi mano y me derretía cada vez que te movías un poco, o que temblabas bajo mis caricias. Una noche obscura, llena de ti. Tal vez la locura sea esto, loco estoy entonces y seguir loco quiero.


sábado, 27 de noviembre de 2010

Te siento













"¿Digo lo que pienso o pienso lo que digo?"
¿Digo por qué (te) siento o siento por qué (te) digo?
Lo único que pienso es que te siento,
aunque no te tengo,
aunque no te toco,
aunque no te digo.



miércoles, 24 de noviembre de 2010

Indefenso


Helpless.- Neil Young

Hay una ciudad en el norte de Ontario,
Con la memoria sueño su cofortable recuerdo,
Y en mi mente
Todavía necesito un lugar donde ir,
Todas mis historias estaban allí.

Azul, ventanas azules detrás de las estrellas,
Una luna amarilla gigante,
Grandes pájaros volando por el cielo,
Arrojando sombras sobre nuestros ojos.
Nos dejamos

Desamparado, desamparado, indefenso
Cariño, ¿puedes oírme ahora?
Las cadenas están bloqueadas
Y atado al otro lado de la puerta,
Baby, canta conmigo de alguna manera.

Azul, ventanas azules detrás de las estrellas,
Una luna amarilla gigante,
Grandes pájaros volando por el cielo,
Arrojan sombras en nuestros ojos.
Nos dejamos

Desamparado, desamparado, indefenso.

domingo, 21 de noviembre de 2010

K
















Kilómetros de odio. Kilos de desilusión. Kukarachas en la pared. Kalashnikov furiosas disparan sobre mi corazón. Kachos de vida clavados con alfileres. Katiuskas para no dejar ningún charco sin pisar. K de K, de cuando le entra el cuchillo en la garganta y sólo siente vergüenza. Kiosco vacío como una pesadilla. Kikiriki, el grito de Peter a la luna, a la noche, a la soledad de un niño perdido. De katastrofe, mi vida y mi almohada. De kasi me amaste,de kasi me querías,de kasi, kasi... Kon diez cañones por banda, viento en popa a toda vela, el barco se hunde directo al infierno. Las nieves del Kilimanjaro, hasta donde el amor subió para morir kongelado. Kantando bajo la lluvia (de piedras). K de Kagada. De ¿Ke más kerías? te había dado mi pasado, mi presente, mi futuro, todo. ¿Y ahora ke?
K de Kao

jueves, 18 de noviembre de 2010

Estética y hermenéutica












Hans-Georg Gadamer
INTRODUCCIÓN
Hans-Georg Gadamer (1900-2002), es el autor de una original teoría de hermenéutica filosófica y ha construido “la identificación más radical del arte con el conocimiento”[1]. Influido por Husserl y Heidegger, Gadamer intentó combinar la dialéctica de Georg Wilhelm Friedrich Hegel y la tradición hermenéutica de Friedrich Schleiermacher y Wilhelm Dilthey en la, por él creada y denominada, hermenéutica filosófica, que llegó a superar a los maestros clásicos en los métodos de interpretación textual. Para Gadamer, el conocimiento es fundamental para la existencia humana. Sólo desde su propio horizonte de interpretación, “que está en constante formación”, puede el hombre comprenderse y comprender el entorno. Cada conocimiento es una constante interpretación y, ante todo, un conocimiento de sí mismo.
La respuesta a la radicalidad de Nietzsche y a los planteamientos historicistas vendría del arte descriptivo de la fenomenología. Si la figura de Husserl fue relevante estos años de formación, y se mantuvo viva en las construcciones hermenéuticas, fue la arrolladora personalidad de Heidegger la que le impulso a un pensar histórico y originario que se mantuviera fiel a las exigencias de la existencia humana básica y cotidiana, una dirección a la que ya habían apuntado –entre otros- Kierkegaard y Dostoievski. Aun siendo todavía poco consciente de ello, se estaba inaugurando una nueva época histórica-filosófica.
“La tentativa de Gadamer es arriesgada: nada menos que trazar un puente ontológico entre la tradición artística, “el gran arte del pasado”, y el arte moderno. En Gadamer late la vieja querella entre arte y filosofía, con armas filosóficas quiere demostrar que también el arte es conocimiento”[2].
También en Gadamer encontramos la tesis heideggeriana según la cual la obra de arte es el lugar donde se produce nuestro encuentro con la verdad pero con la verdad de la obra, de la que habla como de un “aumento del ser”, algo que de otro modo no sería. Actualidad de lo bello (1977), el grupo de ensayos de tema estético, esta centrado en torno a esta tesis; ya expuesta en su obra principal Verdad y método (1960).
CONTRAPOSICIÓN DEL SABER CINTÍFICO Y EL HERMENÉUTICO
Frente al subjetivismo del juicio estético que inaugura la reflexión kantiana acerca de la autonomía del arte, Gadamer apuesta por la recuperación (romántica) de la verdad del arte ligada a la conciencia de nuestra vinculación con la tradición. El modelo se lo ofrece la meditación heideggeriana sobre la realización de la verdad en la obra de arte.
“Se plantea dos temas básicos: por un lado, las relaciones entre techne y phronesis, entre una racionalidad técnico-instrumental y una racionalidad histórico-comunicativa; por otro, las relaciones entre dynamis y energeia entre lo que pudiéramos determinar como acontecer mecánico-causal y un acontecer vital-originario. A la fuerza del dialogo platónica se unió otra inquietud: el fracaso de la pretensión romántica e idealista de unidad en el conocimiento de la naturaleza y la historia”[3].
La noción kantiana de verdad resulta demasiado limitada, puesto que Kant restringió el concepto de conocimiento al uso teórico y práctico de la razón, es decir ignoró el carácter cognitivo de la cultura humanística. Kant considero como racionales solo el método de las ciencias naturales y el imperativo categórico moral, relegando al ámbito de la subjetividad y el sentimiento, del genio y la conciencia estética la experiencia del arte y el ejercicio del gusto critico.
Gadamer rechaza el propósito kantiano de fundar la estética de manera autónoma, fuera de la tutela de pensamiento especulativo. Reconduce también el arte bajo el dominio de la especulación, su estrategia teórica esta más cercana a Hegel. “El tiempo de Hegel”, donde los primeros ecos del grito Dios ha muerto –mucho antes que Nietsche, con algunos románticos- vienen a coincidir con el anuncio- mucho antes de lo que llamamos vanguardias de la muerte del arte.
Como “extraordinario lector de Hegel, insiste en la verdad del arte, en lugar de añadirse al coro de los que cantan su fin[4].
La lectura de Gadamer de la noción kantiana de juicio reflexionante como juicio de gusto, subraya esta dimensión en que lo bello se ve imbricado y comprometido en la vida moral, en la concreta existencia histórica.
“Verdad y método, lema de su cruzada contra la racionalidad científica y el subjetivismo de la modernidad”[5], contiene una crítica cerrada a las estéticas kantianas, además de una propuesta de su disolución en la hermenéutica.
Mientras la ciencia reivindica su estatuto de detentadora del conocimiento, la poesía y las artes no. “Gadamer hace que la filosofía reafirme su primado de modo indirecto a través, de la solemnización ontológica del arte”[6].
CRÍTICA A LA “DIFERENCIACIÓN ESTÉTICA”
Critica el fenómeno de la “diferenciación estética”, a través del cual el arte se ve situado en un lugar completamente separado de la realidad. En consecuencia critica el tipo de conciencia abstracta moderna, correlativa de la descontextualización de las obras de arte en los museos.
Las lecturas de Heidegger ofrecían integrar un pensar histórico en un preguntar vital, tenían la capacidad de apropiarse del pasado. La conciencia histórica es “el privilegio del hombre moderno de tener una plena conciencia de la historicidad de todo presente y de la relatividad de todas las opiniones”[7].
Así pues, reivindica el arte heterónomo: “No cabe duda de que las grandes épocas de la historia del arte fueron aquellas en que la gente se rodeó, sin ninguna conciencia estética, y sin nada parecido a nuestro concepto de arte, de configuraciones cuya función religiosa o profana en la vida era comprensible para todos ya que nadie disfrutaba de manera puramente estética”[8].
La experiencia estética es rememoración, Andeken, re-conocimiento, profundización en la tradición en la que estamos insertos, situados (ser en el mundo).
“Partamos del hecho de que el modo de ser de la obra de arte es representación, y preguntémonos como el sentido de tal representación puede ser verificable en lo que llamamos cuadro, imagen. Representación no puede significar aquí imitación en el sentido de copia. Debemos tratar de determinar mejor el modo de ser del cuadro, distinguiendo la forma en que en él la representación se relaciona con el original, de la relación que se establece entre la forma y el modelo[9]. La copia pierde su función cuando ha alcanzado su fin: se quita de en medio, es lo contrario de una reproducción artística. En el cuadro representado y representación, imagen y modelo, se pertenecen mutuamente.
Lo que en la obra de arte se revela es “la inseparabilidad ontológica” de la imagen y lo que representa. La imagen es real y no meramente instrumental, porque, como sucede en el arte, en la representación lo representado de presenta a sí mismo. “Toda representación de este tipo es un evento ontológico y constituye el estado ontológico de lo representado. Este en la representación, sufre un crecimiento del ser, un aumento del ser”.
No son exclusiva propiedad de su autor, son ya, asimismo, de sus lectores y sus lecturas “en cuanto que comprendemos estamos incluidos en un acontecer de la verdad”.
Heidegger recuerda que “el arte es un llegar a ser y acontecer la verdad” y “la esencia del arte es poema”, “el propio lenguaje es poema en sentido esencial”, “la obra del lenguaje es la más originaria poetización del ser[10]. La obra poetiza ser. Su lenguaje siempre está por venir.
“Esta es precisamente la paradoja del arte: sólo en virtud de la imagen, es decir, de la obra, el original se convierte verdaderamente en tal, y, por otra parte, la imagen no es sino el manifestarse de ese original. Paradoja que, en el plano religioso encuentra su expresión ejemplar en la manifestación divina como manifestación donde la imagen esta ontológicamente unida a su objeto hasta el punto de aparecer ella misma como algo sagrado”[11].
Todo esto parece estar refutado por la secularización. Sólo en los orígenes de su historia, más allá de su prehistoria, la imagen es pensada en términos mágicos es decir, como identidad e indistinción entre signo y significado. El subjetivismo moderno, la idea de genio creador, así como la idea del sujeto que produce sus propios dioses a su imagen y semejanza, lo que ha impedido entender su sentido autentico. La ontología de la imagen asume esta tarea. Incluso el arte figurativo resulta ser reproducción de un original en el sentido de “estar en lugar del mismo”.
Gadamer hace valer la importancia que la constante presencia de la tradición humanística y filológica, de sus conceptos-guía (cultura, sentido común, buen gusto); rehabilita, por tanto, y contra el método de la ilustración, las nociones de transmisión histórica, de autoridad e incluso de prejuicio. Esa comprensión parte pues de una anticipación de sentido, un prejuicio, que ha de ser tomado positivamente.
Desde ese arraigo en el propio horizonte somos capaces de fusionarlo con el que nos muestran las obras parcialmente extrañas que tengan algo que decirnos como respuesta a nuestras investigaciones.
LA ESTÉTICA DEBE CEDER SU PUESTO A LA HERMENÉUTICA
“Lo que caracteriza el pensamiento de Gadamer es la tensión entre la hermenéutica y la ontología del arte”[12]. “La obra de arte nos dice algo, por ello es objeto de la hermenéutica. La hermenéutica contiene a la estética[13].
La hermenéutica es una práctica: “la obra de arte le dice algo a uno”. La obra no se da en una vivencia aislada, de modo que en el caso de la experiencia la obra va incrementando su ser ya que la obra de arte necesita ser actualizada.
El papel del receptor no es el de la contemplación subjetiva, sino el de la participación, como en la fiesta y el juego. La noción de juego, mitiga su intelectualismo con el papel que asigna a la experiencia lúdica. Gadamer no se refiere al significado subjetivo del termino (Kant, Schiller, Marcuse). El juego es una entidad impersonal que impone sus propias reglas a aquellos que en el participan, constituye la primera caracterización ontológica de la obra de arte.
Tanto el leer como el comprender vienen a ser un hacer que algo vuelva a hablar de nuevo.
El hablar unos con otros pone de manifiesto un aspecto común de lo hablado. El dialogo transforma una y otra. La coincidencia que ya no es ya mi opinión ni la tuya sino una interpretación común del mundo posibilita la solidaridad moral y social[14].
Lo que es, nunca se puede comprender del todo”, “el modo de ser de la cosa se nos revela hablando de ella[15].
La interpretación no puede jamás resolverse en la completa auto transparencia, porque mientras la ciencia pretende objetivar la experiencia hasta el punto de hacer olvidar su historicidad, la hermenéutica se presenta siempre consciente de si misma en tanto algo históricamente distinto respecto a su objeto. No obstante, esta autoconciencia jamás podrá acabar constituyendo un saber completamente abierto y desentrañado, ya que el esfuerzo para la clarificación no se acaba jamás. Lo que es nunca se puede comprender del todo. La obra es un punto de partida.
Hermenéutica y experiencia del arte están en una relación circular (el arte como recuerdo). El arte como superación del tiempo, por tanto, nos sugiere lo eterno.
CONCLUSIONES
Tras el "exceso de conciencia" que comienza a impregnar el arte a partir del romanticismo la balanza se inclina entonces, hacia el espíritu, hacia la primacía de la subjetividad; y es aquí, donde situamos ese punto de quiebra que da nacimiento al arte moderno, en palabras de Gadamer, al "arte sin verdad": momento de desintegración "...en que la creación artística se autonomiza del marco que la sustentaba y el arte, desamparado de verdad con-textual (Iglesia-poder-sociedad), se ve forzado a proclamar la textualidad de su verdad[16]".
El arte queda definido así, como el lugar de la libertad, reino en el que no imperan las leyes de la «vida práctica». Desde este momento encontramos una estrecha relación entre juego y estética, en tanto juego y arte se escinden como algo aparte-diferente que se destaca del mundo habitual, y en consecuencia, comparten características semejantes. Los antecedentes fundamentales de esta relación los encontramos en La crítica del juicio de gusto de Kant y en las Cartas sobre la educación estética del hombre de Friedrich Schiller.
Para Gadamer, el sujeto de la experiencia artística (en cuanto juego) no es la subjetividad de aquél que realiza la experiencia estética, sino el ser de la obra de arte, que se origina en ese proceso y que es independiente por completo de la conciencia que lleva a cabo la experiencia del juego. Al respecto, escribe:
El «sujeto» de la experiencia del arte, lo que permanece y queda constante, no la subjetividad del que experimenta sino la obra de arte misma. Y éste es precisamente el punto en el que se vuelve significativo el modo de ser del juego. Pues éste posee una esencia propia, independiente de la conciencia de los que juegan. (...) El sujeto del juego no son los jugadores, sino que a través de ellos el juego simplemente accede a su manifestación”[17].
En segundo término, el ser de todo juego tiene, para Gadamer, su fin en sí mismo porque es un "espacio cerrado" -autónomo- que se opone al mundo de las actividades que se orientan a lograr objetivos. La actividad del juego revela la realidad primigenia, muestra el mundo, en palabras del propio Gadamer "tal como es".
Finalmente, en cuanto determinación del impulso de juego, la apariencia estética es también el lugar de autoconocimiento del hombre como naturaleza sensible-racional, y, en cuanto estructura de la obra de arte, el lugar donde se suprime el tiempo en el tiempo.
EPÍLOGO
“Nuestro tiempo se caracteriza porque cada vez son más los ámbitos de nuestra vida personal y comunitaria que caen bajo formas culturales anónimas y coactivas dificultando el reconocimiento en las objeciones de la realidad social. Esta distorsión fría y anónima se debe a que, un gran número de veces, el pensar tecnológico olvida su propia historicidad; percibimos una hostilidad tecnológica a lo histórico cuyo resultado más evidente es la débil autocomprensión de nuestro presente e incluso la disolución y dispersión de nuestra propia identidad personal. Por eso la tradición (filosófica, histórica, artística…) se convierte para la conciencia histórica en fuente de reconocimiento, en autoencuetro del espíritu humano”[18].
“No es en el saber especulativo del concepto sino en la conciencia histórica donde se lleva a término el saber de si mismo del espíritu. La misma filosofía no vale sino como expresión de la vida y, en la medida en que ella es consciente de esto, renuncia también a su antigua pretensión de ser conocimiento por conceptos”[19].
BIBLIOGRAFÍA
GADAMER, H.G.: Estética y hermenéutica. Introducción de Ángel Gabilondo. Tecnos, Madrid, 1996.
GADAMER, H.G.: La actualidad de lo bello. Introducción: “El arte después de la muerte del arte” de Rafael Argullol. Paidós, Barcelona, 1991.
GADAMER, H.G.: El problema de la conciencia histórica. Introducción de Agustín Domingo Moratalla. Tecnos, Madrid, 2003.
GADAMER, H.G.: Verdad y Método. Fundamentos de una hermenéutica filosófica. Sígueme, Salamanca, 1975.
BOZAL, V. (ed.): Historia de las ideas estéticas y de las teorías artísticas contemporáneas. Volumen II, Visor, Madrid, 1999.
GIVONE, S.: Historia de la estética. Tecnos, Madrid, 1990.
PERNIOLA, M.: La estética del siglo XX. Visor, Madrid, 2001.
PLAZAOLA, J.: Modelos y teorías de la historia del arte. Universidad de Deusto, Bilbao, 1987.
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, Diccionario de la lengua española. Espasa, 2001.
SORIAU, E.: Diccionario de estética. Akal, Madrid, 1998.
MARIAS, J.: Obituario. ABC, Madrid, 21 de marzo de 2002.
Enciclopedia Microsoft Encarta Online 2005.
www.heideggeriana.com.ar/gadamer
www.javeriana.edu.co/Facultades/C_Sociales
www.cica.es/aliens/gittcus/gadamer.html
ANEXOS
OBJECIONES
Rudiger Bubner le reprocha un planteamiento estético marcado por la “heteronomía”, resultante de su negativa a recorrer la autonomía del arte que constituye precisamente una de las grandes líneas de la modernidad.
A Jauss le parece discutible la “salvación del pasado” que Gadamer realiza a través de lo “clásico” y su “superioridad y libertad de origen” como texto eminente frente a otras tradiciones. También critica a la abstracción de la conciencia estetica moderna. Para Gadamer Jauss convierte el arte en mero objeto de fruición.
En el fondo de esta polémica aparece Habermas y discute abiertamente la contraposición entre Método y Verdad al confrontar la Verdad (la experiencia hermenéutica) y el Método (el conocimiento objeto). Piensa que es un error desconectar los procedimientos hermenéuticos y los analíticos, pues en esa conexión está la posibilidad de unas ciencias humanas o de unos conocimientos sobre el hombre que puedan ser científicos.
La diferencia de Gauss y Gadamer se refería a esta apuesta por una reflexión estética que no excluyese la escala metódica. Gadamer se desmarca del ideal del método de las ciencias modernas que considera el meollo mismo de las pretensiones (catastróficas) de la razón ilustrada, y en su lugar propone limitarse a describir lo que hay y lo que no hay, es para el fundamentalmente la tradición, la participación en el sentido comunitario por el que nos comprendemos y nos orientamos en las cosas sin necesidad de reducirlas a objetos científicos.
Para Habermas las objeciones son mas profundas, en la línea de la teoría critica, como continuador del racionalismo ilustrado, dice qué la razón critica debe “resolver prejuicios obsoletos y superar los privilegios mediante la reflexión, cosa que puede lograrse en un dialogo libre de coerción” en tanto que Gadamer pretende inducir los propios prejuicios como factores positivos en el proceso de la comprensión. Es una variante del conflicto entre razón y tradición, que quedo inaugurado en la polémica entre Herder y Kant.
La critica de Vattimo, se articula en dos momentos: primero reconoce –y alaba- la inflexión que, por su influencia de Heidegger, hace que Gadamer se aleje del romanticismo y reconozca la situación hermenéutica del hombre, su facticidad, que lo constituye y lo ancla en el circulo de la comprensión en tanto que estructura de su ser en el mundo. En segundo lugar lamenta que la critica de Gadamer a la conciencia estetica abstracta, no sea suficientemente radical con lo que la hermenéutica filosófica recae en una filosofía de la historia de tipo humanista y en definitiva neokantiana.
Para la estética de la negatividad la experiencia estetica no tiene carácter hermenéutico, y la hermenéutica ha perdido su especificidad estetica. Mientras que para la hermenéutica las partes y el todo, los significantes estéticos y la significación se complementan en el círculo hermenéutico, para Adorno se excluyen. Para la estetica de la negatividad el proceso de formación de significantes estéticos produce un desbordamiento de material tal que jamás podrá reunirse en la unidad de un significado.
“El circulo de objeciones ha cercado la paradoja que anida en la estetica de Gadamer, tras reivindicar la verdad del arte y condenar el subjetivismo estético, se ve arrastrado al hacer jugar la tradición frente a la razón científica, a negar todo planteamiento “metódico” perdiéndose así la reivindicación inicial. Toda la clave esta en el sentido de esa “y” del titulo de su libro”[20].
BIOGRAFÍA
Nació el 11 de febrero de 1900 en Marburgo. Creció en Wrocław y cursó estudios de germanística, historia, historia del arte y filosofía en las universidades de Wroclaw, Munich y Marburgo. Se doctoró en 1922 (con una tesis acerca de la esencia del placer en los diálogos de Platón), bajo la dirección del neokantiano Paul Natorp, uno de los principales representantes de la Escuela de Marburgo. Tras doctorarse, continuó sus estudios durante un semestre con Edmund Husserl en Friburgo. Allí conoció también a Martin Heidegger, al que siguió cuando éste regresó a Marburgo. Acto seguido terminó sus estudios de Filología Clásica y comenzó una intensa carrera docente, que desarrolló en las universidades de Marburgo (1937-1939), Leipzig (1939-1947; también fue rector de esta institución desde 1946 hasta 1947), Frankfurt del Main (1947-1949) y Heidelberg (1949-1968, sustituyendo en su cátedra de Filosofía a Karl Jaspers).


[1] PERNIOLA, M.: La estética del siglo XX. Visor, Madrid, 2001.
[2] Rafael Argullol. Introducción: “El arte después de la muerte del arte”. GADAMER, H.G.: La actualidad de lo bello. Paidós, Barcelona, 1991.
[3] Agustín Domingo Moratalla. Introducción. GADAMER, H.G.: El problema de la conciencia histórica. Tecnos, Madrid, 2003.
[4]Ángel Gabilondo. Introducción. GADAMER, H.G.: Estética y hermenéutica. Tecnos, Madrid, 1996.
[5] Ricardo Sánchez Ortiz de Urbino. BOZAL, V. (ed.): Historia de las ideas estéticas y de las teorías artísticas contemporáneas. Volumen II, Visor, Madrid, 1999.
[6] PERNIOLA, M.: La estética del siglo XX. Visor, Madrid, 2001.
[7] GADAMER, H.G.: El problema de la conciencia histórica. Tecnos, Madrid, 2003.
[8] GADAMER, H.G.: Estética y hermenéutica. Tecnos, Madrid, 1996.
[9] GADAMER, H.G.: La actualidad de lo bello. Paidós, Barcelona, 1991.
[10] HEIDEGGER, M.: El origen de la obra de arte.
[11] GIVONE, S.: Historia de la estética. Tecnos, Madrid, 1990.
[12] PERNIOLA, M.: La estética del siglo XX. Visor, Madrid, 2001.
[13] GADAMER, H.G.: Estética y hermenéutica. Tecnos, Madrid, 1996.
[14] GADAMER, H.G.: Verdad y método. Fundamentos de una hermenéutica filosófica. Sígueme, Salamanca, 1975.
[15] GADAMER, H.G.: Verdad y método. Fundamentos de una hermenéutica filosófica. Sígueme, Salamanca, 1975
[16] GADAMER, H.G.: La actualidad de lo bello. Paidós, Barcelona, 1991.
[17] GADAMER, H.G.: La actualidad de lo bello. Paidós, Barcelona, 1991.
[18] Agustín Domingo Moratalla. Introducción. GADAMER, H.G.: El problema de la conciencia histórica. Tecnos, Madrid, 2003.
[19] GADAMER, H.G.: Verdad y método. Fundamentos de una hermenéutica filosófica. Sígueme, Salamanca, 1975.
[20] Ricardo Sánchez Ortiz de Urbino. BOZAL, V. (ed.): Historia de las ideas estéticas y de las teorías artísticas contemporáneas. Volumen II, Visor, Madrid, 1999.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Nocaut


"Omnes homine nature studere libertati et odisse condicionem servitutis"
Cuando el príncipe desconocido grita a las estrellas, desde el fondo del calabozo, ¡vincerò! está a punto de ser decapitado. El hombre vive gracias a la esperanza, sería imposible vivir pensando en la muerte y la destrucción. Por eso se crearon los dioses, para alimentar nuestras esperanzas en una vida mejor. La necesitamos tanto que nos tragamos las distintas mentiras que a lo largo de la historia fue inventando la casta sacerdotal creando una hermenéutica del disparate. Ahora que Dios ha muerto (Nietzsche dixit) y sólo nos espera la muerte, el horizonte se limita a la puta realidad, y cuando te golpean una y otra vez, cuando ya no ves porque tienes los ojos llenos de tu sangre, y cuando ni tan siquiera la rabia te sirve para levantarte del suelo, estás nocaut.















¡Que nadie duerma! ¡Que nadie duerma!
¡También tú, oh Princesa,
en tu fría habitación
miras las estrellas
que tiemblan de amor y de esperanza...!
¡Mas, mi misterio está encerrado en mí!,
¡Mi nombre nadie lo sabrá! No, no
Sobre tu boca lo diré
Sólo cuando la luz brille
Cuando la luz brille
¡No, no, sobre tu boca lo diré!
¡Y mi beso fulminará el silencio
que te hace mía!
¡Disípate, oh noche! ¡Tramontad, estrellas! ¡Tramontad, estrellas!
¡Al alba, venceré!
¡venceré! ¡venceré!

domingo, 14 de noviembre de 2010

Vacaciones 4












Foto X-C

—¿El cura de la sobrina preñada?
—El mismo, siempre quiso a las niñas, a Manolita, la tuvo en casa hasta que se lió, con el boticario un verano, debió de prometerle de todo, pero luego na de na, la chica se quedó sola y tuvo que dedicarse a pajillera. Vivía en una casa abandonada sobre el acantilado, algunos la iban a ver por la noche, de día recogía lo que podía en el pedreru. Cuando cerró el cine ya era mayor, ya habían abierto la whisquería del Valle de Tuscani, y sólo la visitaban cuatro viejos. Una noche de nordes la casa ardió, todo fue muy rápido, cuando llegamos allí, ya no quedaba nada, supongo que la castigo Dios, por puta; pero bueno, molaba como te bajaba la bragueta y te sacaba la pirula del pantalón, la primera vez me corrí en los calzoncillos antes de que me la sacase, empezó a frotármela por fuera, y claro... como yo era un chaval. Luego, el domingo tenía que confesarme con don Servando y se que le jodía, tal vez ella lo hacia por eso, por joderlo a él. Todo el mundo decía que la pegaba cuando se emborrachaba con el vino de misa y ella no se dejaba.
El que contaba la historia tenia unos cincuenta años, aunque podrían ser sesenta, por lo bien trabajado que estaba; tenía el rostro lleno de marcas, como si se hubiese estrellado con el coche o como si le hubiesen partido la boca varias veces, aunque por la forma en que apuraba las pintas de vino seguro que le anduvieron por la cara mas de una vez.
El hombre pidió a la chica otra ronda y la conversación se animo. Le contaron los chismes del cura y de su sobrina, la tonta del pueblo, aunque no era del pueblo; siempre se traía a una de las brañas para amaestrarla, y de cómo se dedicaba a camelar a las viejas para quedarse con su dinero para el cepillo. También le contaron alguna historia del farmacéutico y de cómo se había hecho rico vendiendo medicinas caducadas del ejercito, que le proporcionaba un coronel que había estado con él en milicias en Salamanca, todavía agradecido de las copas y de las putas que le había pagado el estudiante.
Pero no sabían de quien era la discoteca, unos decían que era del jefe de la policía y otros que del farmacéutico, pero lo único cierto era que el zángano del hijo del boticario trabajaba allí de encargado por el verano, y que el que hacia de dueño era Sebastián Miranda, el jefe de la policía local.
Ya se estaba haciendo tarde, había que ir a tomar una sidra y aquellos no callaban, ya estaba un poco harto de oír tanto chisme, así que me levante y me fui dejando una buena propina, de veinte céntimos, a la cantinera, aunque no me canto nada. Todavía tenia que pasar por el hotel antes de ir a la sidrería a ver el partido. Se me acumulaba el trabajo.
En el hotel le saludo en la recepción Jenny, una colombiana que no tenia veinte años y una boca que parecía el Cañón del Colorado.
—Buenas tardes señor. ¿Que tal el baño, estaba caliente el agua?
El que esta caliente soy yo, pensó él mientras contestaba a la morena con una sonrisa de ferre a punto de caer sobre la paloma:
—Estaba fría de cojones, voy a necesitar que subas conmigo a la habitación a darme unas friegas haber si me vuelve a circular la sangre.
—Lo que me parece es que al señor se le junta toda en el mismo sitio.
—Si, en la cabeza, a si la tengo de gorda, y cada vez que te veo se me hincha más, no se si de las ganas de echarte un polvo o de rabia por saber que no te lo voy a echar.
—Que cosas dice, vaya a cambiarse que me esta dejando todo perdido y va a venir la señora y no puede encontrar ni un granito de arena en el hall.
—Pues empieza a recoger que me encanta ver como mueves ese trasero, que no sé, que Dios te dio.
La tarde se iba, había que correr, además no tenía ninguna posibilidad con la chiquita. En la habitación se pegó una ducha fría, necesitaba quitarse de encima el jugo de pizarra exprimida de la playa y el empalme de imaginarse montando a Jenny sobre la moqueta.
Ya no sabía si tenía que afeitarse o si no, si le hacía más joven o más viejo, si gustaría más o menos, o si las pocas canas que le empezaban a salir eran cutres o eran interesantes; así que se echó un poco de esa colonia de mujer que tanto le gustaba y se fue. No se fijó en la ropa que se había puesto, pero seguro que estaba bien, ya el tiempo había pasado pero no soportaba ir mal vestido, como uno de esos capullos de la tele, como un político, o como un tertuliano madrileño, o como los que van a misa pensando que cuanta mas gomina llevan en el pelo mas dinero creen que tienen.
Tenía el tiempo justo para ver la puesta de sol, espectáculo mágico que el pueblo proporcionaba y que las terrazas del puerto bien se cobraban. Le gustaba recorrer los acantilados y ver, deslumbrado, como el sol se suicidaba placidamente contra el mar. Le molestaba encontrarse con turistas y veraneantes, y sobre todo lo que mas le jodía era encontrarse con parejas haciendo de enamoradas, la cara de estulticia de ella y la mirada perdida de el, porque de lo que tenía ganas era de una perdida y no de aquella tocacojones que se pasaba el día pidiéndole cosas y diciéndole lo que estaba bien y lo que estaba mal, y de lo enferma que estaba su madre y de lo guay que era su padre y de lo elegante que era el Audi A3 del vecino, cuando lo que él quería era ver el partido y leer el periódico, pero ya sabía que esa noche tendría que disimular amor eterno mientras ella simulaba un extenuante orgasmo, recordando lo bueno que estaba Abbas, el senegalés que vendía DVDs pirateados por los bares.
El sol se moría sin remedio, el amarillo dañino de la vida reventaba contra el azul oscuro del mar convirtiéndose en rojo sangre, dando paso a la noche, el espacio de los sueños y la amargura, de la soledad. Por eso, tras la puesta de sol, la inicial euforia por contemplar algo tan bello y gratis, se convertía en melancolía, la tristeza de recordar algo que habíamos tenido aunque realmente no lo habíamos tenido nunca.
El paseo acababa en los bares del puerto, había que atravesar aquel puzle de sombrillas y mesas, y pijos y pijas, con gafas de sol. Así que cruzó deprisa, aunque despacio, regodeándose del personal, en busca de la sidra primigenia o salvadora. El trabajo se la traía al pairo, estaba hasta los huevos de los jefes y lo único que quería era que lo dejasen en paz, aunque tenía claro que había que pensar algo y resolver aquel asunto antes de fin de mes.

sábado, 13 de noviembre de 2010

La rabia












Spiderman acaba de morir, le han dado una paliza de muerte. Mary Jane huye de la sala donde está el cadáver cubierto por una sabana sobre una camilla, se esconde en el baño donde llora en el suelo. Al salir, Lobezno la espera y le dice:
—Ahora que él... o sea, que si quieres salir alguna vez...
Ella le llama cerdo y lo abofetea. Jarv lo escucha, se acerca a Lobezno y le inquiere:
—Sabe lo que está pasando, sabe lo que siente, ¿cómo ha sido capaz...?
—Por eso Jarv. Porque lo se. Está sufriendo necesita algo que atacar, algo que la ayude a pasar del dolor a la rabia. Porque la rabia te hace moverte. El dolor sólo hace que quieras morirte junto con la persona que has perdido. La rabia te da una razón para vivir. Necesitaba algo, alguien a quien golpear. Así que se lo di. Era lo mínimo que podía hacer. Y si me odia... Bueno, ahora que él ya no está, ella no seguirá por aquí. Que se quede despierta por las noches pensando como hacerme daño así tendrá algo por lo que vivir. Tal vez eso sea cruel, pero a mí siempre me ha funcionado.
J. Michael Straczynski