domingo, 29 de noviembre de 2009

Filosofía y Letras


[Hate]
Esto es un volver a empezar,
sacar un revolver con canciones en forma de balas de la nada y hacerlo sonar
tus ganas de gritar,
condición indispensable para que nunca me calle y siga con fuerza vital
supe decir no, al mundo del bailoteo, el polvo blanco en espejo
un cigarro con mono de humo en mi cuerpo
no perdí el control,
al rap trato como firme varón
y siempre fui fiel a su escote, palabra de honor
quieren mas, en un pedestal ven a este inmortal,
la dimensional, haciendo el animal
hablan de Sho Hai, a veces bien a veces no
si a veces ni yo, quiero ser como yo
llámame escultor, cuando esculpo con un pincel
en una roca de granito Violadores Del
o grabaré mi nombre en una lapida de mármol
si cuando pienso en mi muerte me siento aliviado
me gustaría morir un rato
y veros las caras que ponéis por mi ausencia
para que supierais lo que habéis perdido
y luego volver a este puto mundo de mierda
con una sonrisa de como si nada hubiera ocurrido
todo va fatal, la vida no tiene sentido
hay gente peor y eso no es consuelo para mi no
si el negocio no marcha montare un bar en el cementerio
dinero seguro, siempre hay clientes velando a sus muertos
tanto inocente en el campo santo,
estas son letras y filosofía, de Thánatos
os odio a tantos, quizás talle algo en este ático
es lo que pasa si me pongo dramático

[Lirico]
Si me pongo dramático,
te diré que paseas con este lunático,
de lo mas diplomático
yo me imagino un foco, cuando veo una farola
calculo mis métricas, pensando la mejor carambola
voy en la misma dirección que fluyen los ríos, acepto desafíos,
otras veces me cabreo con dios y su reparto
como si me fuera a caer el techo del cuarto
me puedo imaginar el dolor de un parto
se que hay cosas sin explicación, jueces que no tienen razón
será, que hasta las ratas tienen mas corazón
no siempre, pido permiso para hacerme un hueco
hoy me subo hasta la cima pa que escuchéis mi eco
he visto el arco iris después de echar un meo
mi rima es algebra, aunque a veces juro en hebreo
cada esfuerzo es un acierto y cada aplauso un trofeo
Violadores Del Verso es en lo que creo
este lunático reinventa el mundo en cada párrafo
respetando el orden y el paisaje como un fotógrafo
hay monumentos que para mi solo son ruinas
camino con movimiento armónico doblando esquinas
en cada canción desafío a la mente
mi opinión es tan valida como la de un presidente
a veces es mas listo el que pregunta
que el que tiene respuestas para todo
sobretodo, os quiero a todos a mi modo
ayer, la plaza del Rollo era un colegio
hoy, la mierda que piensa este lunático tiene un precio
así que, me llamen por mi nombre
o que se traguen el pito esos guardias
el ritmo sufre taquicardias pero,
le pongo la calma,
traigo el mejor soul porque le pongo el alma
me río de Sergio Dalma,
y es cuando paso a la acción
dejo que fluya energía
el micro y yo formamos constelación

[Kase.O]
El micro y yo, historia de un amor loco!
yo era un romántico me llamaban Kase.O!
y co mi nombre era sinónimo de optimo
lo ultimo que supe fue que preguntaste: ¿que será lo próximo?
lo próximo es esto ya,
sabes como empieza pero no como termina mi vida en el rap
y yo supongo que esperabas al autentico
nada como vivir bajo el encanto de mi campo semántico
enérgico ejemplo del verso eléctrico
la mierda que recito te ayuda mas que el medico
chico el amor no es un fantasma como el éxito
amor y rap es todo lo que necesito
van a machacar decían, van a arrasar
los chavales que sabían lo que iba a pasar
y si perdiste la fe, vuelve a nacer en esteLP
si quieres verme, paga caché es así,
lanzo mas mierda que Leo Bassi
rap en el micro, casi desde que nací,
me flipo el hip hop, ¿sabes quien coño soy yo?
soy Kase en el micrófono rimando con la O!
aquí entran todos menos tu, por no llevar zapatos
mira mi me cago en tu club, de toyacas y mambrús
aunque este lleno, ni tu, ni tu, ni tu
tenéis ni pu-ta idea de lo que es el rap bu-eno
no freno, que va, nada me parará ya
escribo porque si no mi cabeza estalla
y si hago fotos de mis sueños las imprimo en buen papel
nostálgico de mi futuro, pienso tanto en el
y quiero que sepas que a pesar de mí dolor
dios sigue siendo mi ídolo
nada nuevo, yo puedo ser todo menos frívolo
dando gracias, así es como vivo yo
por ser como soy, por querer seguir siéndolo
el sistema ha declarao la guerra a mi cerebro
cruzo el Ebro, celebro el amor de mi familia
y vuelo en un verso en vientos benévolos

jueves, 26 de noviembre de 2009

Si yo fuese un perro








Si yo fuese un perro, correría por las aceras, correría de lado con la lengua colgando y arrastrando el collar, con la cabeza inclinada; jadearía con las orejas abiertas y el corazón por los suelos esperando que no me peguen más, ya no recordaría el calor del cesto, sólo me acordaría del olor del tubo de escape cuando se fueron.
Pero como no soy un perro, recuerdo cuando al volver a casa ya no estaban, cuando las sábanas estaban estiradas como mortajas, cuando los platos estaban apilados como una ruina romana, cuando las persianas estaban arriba o abajo, daba igual, cuando la cisterna ya no sonaba, cuando las zapatillas se habían quedado pegadas al suelo como si fuesen una escultura de Juan Muñoz, como si fuesen moscas en la tira azul de un bar.
Si yo fuese un perro aullaría toda la noche, todas las noches, todas las lunas, pero la Furia que me mordió no sabía de lunas, y ahora recorro las calles escupiendo bilis, trastabillando palabras ilegibles, que no tienen significado, sólo la muerte, cercana, parece comprender.

martes, 24 de noviembre de 2009

Discurso sobre la dignidad del hombre


















Pico della Mirandola (1463-1494) publicó en Roma en 1486 sus Conclusiones philosophicae, cabalisticae et theologicae, conocidas como Las 900 tesis, eran sus ideas sobre distintas materias, recogidas de las mas diferentes fuentes culturales, tanto de filósofos y teólogos latinos comos de los árabes, los hebreos, o pensadores cabalísticos o platónicos; y se ofreció a defenderlas en público. Su intención era demostrar que el cristianismo era el cenit de las distintas tradiciones culturales, religiosas y filosóficas. Quería discutir en Roma, en el año 1487, con los mas sabios de la Tierra, estas teorías, para que surgiese la paz entre todas las creencias. El Papa consideró heréticas algunas de sus proposiciones y las prohibió.
Precedió las tesis de una introducción en la que recoge la nueva imagen del hombre, basándose en el mito de Prometeo, contado por Platón en Protágoras (donde el hombre es la medida de todas las cosas), explica que el hombre se hace a si mismo, rompiendo con la Edad Media y el dogma del Pecado Original, el hombre se constituye en el centro del universo, siendo la libertad, no una meta sino un punto de partida hacia la plena realización.
Pico della Mirandolla, que con veintitrés años había raptado a la esposa de un pariente de los Medici, por lo que fue perseguido y herido, que fue juzgado y condenado por herejía, que fue excomulgado y encarcelado, murió envenenado en Florencia a los treinta y un años, pero nos dejó escrito el espíritu del Renacimiento, lo que él llamó: Discurso sobre la dignidad del hombre.
Honorabilísimos Padres:
En los escritos de los árabes he leído el caso del sarraceno Abdalah. Preguntando sobre que era lo más digno de admiración que aparecía en esta especie de teatro del mundo, respondió: «nada mas admirable que el hombre». Esta de acuerdo con aquella sentencia de Mercurio: «qué gran milagro es el hombre, Oh Asclepio». Daba vuelta yo a estos dichos y trataba de explicarlos sin llegar a convencerme del todo de lo que muchos afirman sobre la excelencia de la naturaleza humana. Afirman, en efecto, que el hombre es el vocero de todas las criaturas; emparentado con los superiores y rey de los inferiores. Intérprete de la naturaleza por la perspicacia de los sentidos, la intuición penetrante de su razón y la luz de su inteligencia. Puente entre la eternidad estable y el tiempo fluyente. Cópula del mundo, y como su himeneo, según los persas. Un poco inferior a los ángeles, según David. Todo esto es ciertamente muy grande, pero no la razón principal, según ellos, para apropiarse el privilegio de concitar con justicia la máxima admiración. ¿Es que no se ha de admirar más a los mismísimos ángeles y a los felicísimos coros celestiales?
Por fin me pareció llegar a entender por qué el hombre es el ser vivo más feliz y el más digno por ello de admiración. Y llegué a entender también cuál es la condición que le ha cabido en suerte en el Universo, que le hace despertar la envidia no sólo de los brutos, sino de las estrellas y las mismísimas inteligencias supramundanas. Cosa increíble y admirable, ¿y podría ser de otra manera si por ésta su naturaleza el hombre es llamado y reconocido con todo derecho como el gran milagro y animal admirable? [...]






Cuando Dios ha completado la creación del mundo, empieza a considerar la posibilidad de la creación del hombre, cuya función será meditar, admirar y amar la grandeza de la creación de Dios. Pero Dios no encontraba un modelo para hacer al hombre. Por lo tanto se dirige al prospecto de criatura, y le dice:
“Yo no te he dado ni rostro, ni lugar que te sea propio, ni ningún don que te sea particular, oh Adán, a fin que tu rostro, tu lugar, y tus dones, tu los desees, los conquistes y los poseas por ti mismo. La naturaleza de las demás criaturas, la he dado de acuerdo a mi deseo. Pero tú que no tienes límites, por tu propio arbitrio, en las manos del cual te he colocado, tú te defines a ti mismo. Yo te he colocado en el medio del mundo, a fin que tu puedas contemplar mejor aquello que éste contiene. No te he hecho mortal, ni inmortal; ni de la tierra, ni del cielo, a fin que por ti mismo, libremente, a la manera de un buen pintor o de un escultor hábil, acabes tu propia forma. De tal manera, que podrás transformarte a ti mismo en lo que desees. Podrás descender a la forma más baja de existencia como si fueras una bestia o podrás, en cambio, renacer más allá del juicio de tu propia alma, entre los más altos espíritus, aquellos que son divinos."

jueves, 19 de noviembre de 2009

Buñuel en el laberinto de las tortugas


















Fermín Solís dibuja y narra esta novela gráfica del año 2008, en la que cuenta como se gesta y como se realiza la película Las Hurdes, Tierra sin pan, hace setenta y cinco años. Una historia que comienza en París donde el pintor y anarquista oscense, Ramón Acín, le promete a Buñuel que si le toca el billete de lotería que ha comprado le financiará la película. Hacia diez años que el cineasta conocía las fotografías que acompañaban la tesis del director del Instituto Francés de Madrid, Maurice Legendre, en las que se describía la dantesca situación de la comarca. El propio monarca, Alfonso XIII, acompañado por el Dr. Marañón, visitó la zona a caballo, haciendo promesas que nunca serian cumplidas, era una manera de salvar su popularidad tras el Desastre de Annual en 1921, a donde los hijos de las familias pudientes no habían ido, comprando sus licencias para que fuesen los mozos pobres, los que muriesen por ellos (o por la patria).
Buñuel que "veía en el surrealismo un medio para alcanzar la revolución con el escándalo como única arma" cree que la realidad de Las Hurdes, plasmada en un documental, "puede ser tan surrealista como la imaginación más desatada"

Estamos en el año 1932, en París, dos años antes había estrenado La edad de oro, su segunda película (la primera había sido Un perro andaluz), censurada en Francia y en los Estados Unidos hasta 1980; donde Buñuel conoce a Neruda, que le dice que para triunfar en la vida hay que estar gordo, por eso cada lunes se paraba delante del escaparate de una librería donde se exponían las obras completas de Victor Hugo, y se medía la barriga: "Ya llego hasta el tomo cinco" decía el poeta.
Fermín Solís presenta un París oscuro, por el que los artistas callejean sobre adoquines, entre putas, golfos y taberneros, siendo los tejados y la luna los testigos de su borrachera. Utiliza fuertes contrastes de blanco y negro, y angulosas líneas que delimitan casas y personajes.
En la historieta, los sueños de Buñuel son recurrentes (como no podía ser de otra manera en alguien que decía  "Dadme dos horas de vida activa y veinte de sueño, en las otras dos miraré la vida por una mirilla") Estos sueños me recuerdan a los que tiene Corto Maltés  en los que suele aparecer Rasputín; a Buñuel se le aparece la muerte, como la protagonista de Hilde Warren und Der Tod, la película dirigida por Fritz Lang , en 1917 en la que Lang aparece convertido en la Parca con un alto sombrero (en 1927 el genio vienes publica un artículo Sobre la muerte benevolente, donde explica como se le apareció la muerte en forma de esqueleto desnudo con sombrero), este filme marcó tanto al aragonés que después de asistir a su proyección decidió hacerse director de cine.
"El surrealismo camina por dos senderos paralelos: El de la revolución política y el de la búsqueda interior del ser humano. Los hurdanos deben ser lo más parecido a lo que Sade llamaba Hombre Natural. Allí no hay estrictas normas sociales, por no haber no hay ni un Dios. ¿O acaso Dios permitiría vivir a esa gente de esa forma miserable?"
Piensa el cineasta que con este documental podrá realizar una crítica al sistema burgués capitalista aún mayor que con sus anteriores películas, auténticos escándalos en sus estrenos, en los que "volaron las sillas como golondrinas", cuenta el maestro.
El cómic nos traslada de París a Las Hurdes, al culo del mundo, al centro del infierno.

"Estos nunca vivientes desgraciados iban desnudos y los azuzaban avispas y moscones obstinados". Infierno, III, 64-69, Dante.

Solís dibuja un paisaje seco, duro, sin horizonte, tejados que asemejan caparazones de tortuga y forman un laberinto; y a sus habitantes como almas en pena, muertos en vida que contemplan la vida y la muerte como si fuesen la misma cosa, esto lo acentúa con el recurso de una pintura mas rápida, con un trazo mas grosero que aumenta la expresividad de los aborígenes y el dramatismo de las situaciones.
Realidad y ficción se vuelven a mezclar gracias a nuevos sueños que intentan definir el personaje de un Buñuel a veces soñador, a veces violento, como un burgués que odia a los burgueses, como un surrealista que odia a los surrealistas. Una persona egoísta e individualista pero que quiere hacer una revolución social.
Lo que ocurre allí, lo podemos ver en la película aunque la historieta, nos cuenta como Buñuel realizó el rodaje, buscando la verdad más allá de la verdad, y el escándalo producido por esa verdad como un intento de cambiar, de mejorar, la vida de esos seres humanos. A veces el documental es ficción y otras en cambio la ficción es realidad, como hace John Ford en Wagon Master (1950) convirtiendo un western menor, en un documental extraordinario.
Las consecuencias tras el estreno de la película fueron inmediatas, el Dr. Marañón, presidente del Patronato de Las Hurdes, la considero un ultraje para España y la película fue prohibida.
Buñuel tardó diecisiete años en volver a hacer una película, Los Olvidados, otra obra maestra, donde describe la miserable vida de unos muchachos en los arrabales de Méjico capital.
Peor le fue a su amigo y mecenas, Ramón Acín, tras el fatídico 18 de julio, turbas fascistas (facinerosos) asaltan la casa de Ramón en Huesca y al no encontrarlo se llevan a su mujer, advirtiendo de que si él no aparece la mataran, el pintor se presenta al día siguiente y ambos son fusilados.

lunes, 16 de noviembre de 2009

El cartero (y Pablo Neruda)












Estaba viendo el partido de la Selección en el bar de debajo de casa, mientras intentaba leer en El PAÍS, un articulo de Fernando Sabater sobre la enseñanza en España, que no pude terminar, era como en El discreto encanto de la burguesía, siempre pasaba algo que impedía cenar a los comensales. Estuve hablando con el nuevo y joven camarero, Adriano (un hermoso nombre de emperador romano, de uno de los mejores además), de literatura; yo le explicaba el inicio de El hombre ilustrado de Ray Bradbury porque me acababa de enseñar su nuevo tatuaje con el nombre de su hijita. Después él me dijo como le gustaba Cien años de soledad y también Memoria de mis putas tristes. Hoy me trajo el DVD de El cartero (y Pablo Neruda) y me contó indignado como su ex se había dormido mientras la veían juntos.
Ahora acabo de verla otra vez, he conseguido no llorar cada vez que susurraba el bandoneón, cada vez que escuchaba al cartero decir metáforas, cada vez que veía el precioso cielo azul turquesa sobre el mar antiguo, cada vez que veía al poeta, a Phillipe Noiret, moverse como si fuese el Nobel chileno, mientras recordaba con él todas las películas de Buñuel en las que trabajó, y en las que no, y me acordaba de todos aquellos que se fueron de España y de todos aquellos que se murieron en España. He visto la película apoyado en los dedos de mis pies, apenas me atrevía a respirar, por miedo a que se apagase la belleza. Ahora ya se terminó y me he quedado con el agridulce sabor de la vida y la muerte, de la esperanza en los sueños, y del frío descanso del mármol.
Redes tristes, si, las redes son tristes, por eso sí San Pedro hubiese existido, lo hubiesen crucificado cabeza abajo porque las redes son tristes y un pescador (un muerto de hambre) no merece morir de pie.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Vacio y desidia













foto X-C
Vacío y desidia, recuerdos muertos luchando contra el olvido, caminos de barro ciegan la esperanza.
Una nueva ilusión. Quedan atrás símbolos infantiles, gorriones y gaviotas, momentos marinos; todos ya devorados por el sendero, ven ocupar su lugar por tu presencia, tu sonrisa y tu voz.
Estancias lejanas, alguna vez soñadas, permanecen vacías esperando nuestro silencio de caricias, la agonía de cada entrega, mientras ignoramos el amanecer, derrotado por la noche.
El niño de ojos grandes mirará por la ventana intentando comprender, sin darse cuenta de que la vida escapa en disfraces de una noche y posturas ante horas, todas ellas repetidas una tras otra, esperando el instante en que jugaremos a ser hombres, para marchar serenos hacia las últimas luces.
Una vez más con el corazón lleno de alcohol...
Aceras mil veces pisoteadas me reciben arrastrándome a un laberinto multicolor de blancos y negros. Blasfemo a la luna, que sabrá de tí y tendrá tu sombra, mientras, y tan solo, puedo soñarte. Y esta noche, una vez más, me acostare pensando que estarás pensando. ¿Dónde estás? tan lejos, tan lejos...
Sigue despacio tu ausencia.

14 de noviembre de 1984

jueves, 12 de noviembre de 2009

Wild is the wind


"¡Ámame, ámame, ámame! ¡Dime que lo harás! ¡Déjame volar lejos contigo! Porque mi amor es como el viento, y el viento es salvaje... el viento es salvaje..." "¡Dame más que una caricia! ¡Satisface mi hambre y dejaré que el viento sople hasta tu corazón! Porque el viento es salvaje, el viento es salvaje..." "¡Tú me tocas y yo oigo el sonido de las mandolinas...! ¡Tú me besas y en tu beso mi vida comienza, todas las cosas comienzan! ¿O es que no lo sabes? ¡Tú eres la vida misma!" "Como la hoja se aferra al árbol, ¡Oh mi amor! así me aferro a ti... Porque tú y yo solo somos criaturas que se dejan llevar por el viento, y el viento es salvaje, el viento es salvaje, el viento es salvaje, el viento..."

domingo, 8 de noviembre de 2009

Muerte en Venecia


















EL PRINCIPIO
El principio, en exterior noche, es la entrada en la laguna veneciana. Acompañado por el Adagietto de la Quinta Sinfonía de Gustav Mahler, el lento movimiento de cámara hacia la izquierda empieza al finalizar los créditos y termina cuando el fondo oscuro y borroso se va transformando en un horizonte marítimo en el que se ve con poca claridad un barco de vapor en marcha coronado por un penacho de humo negro. La luz del amanecer, filtrada por una ligera bruma, junto con el largo movimiento del barco hace que esta toma parezca un cuadro de Turner.
Pero pronto la imagen cambia cuando por encima de los muros de piedra se levantan jardines y estatuas que transportan al espectador a otras aguas diferentes a las de la laguna, recordando las orillas del lago de Cómo, donde Luchino Visconti (1906-1976) iba de vacaciones de niño y donde ya de adulto se alojaba, antes incluso de participar en el festival de cine de Venecia.








VISCONTI
Como tantas veces en Visconti, no sólo mezclaba diversas fuentes literarias en la realización de sus películas, sino que añadía referencias autobiográficas. En 1911, fecha en la que supuestamente transcurre la acción, Visconti sería un niño de 4 años, y pudo corretear por las playas de Venecia. Recordaba a su madre, Carla Erba, con el rostro recubierto por un velo, signo de distinción, de su clase social (el linaje de la familia Visconti se remonta al Primer Duque de Milán que tomo el poder de la ciudad en el año 1277). Un mundo aristocrático barrido por el viento de las guerras mundiales y el derrumbamiento de los viejos Imperios europeos.


Visconti llegó a conocer personalmente a Thomas Mann (1875-1955), cuando preparaba el montaje, fallido (abortado por el Ministerio de Cultura con la excusa de “su excesivo vanguardismo”) de Mario y el mago para la Scala de Milán en la temporada 53-54 con música de Mannino, donde un mago seduce a toda la comunidad de un pacífico balneario italiano, como si de Mussolini se tratase. Junto con Fiódor Dostoievski, (1821-1881) era su escritor favorito y se puede apreciar la influencia de ambos en su filmografía, como en Rocco y sus hermanos (1960) donde describe la desintegración de una familia campesina que tiene que emigrar a la ciudad. Hay que tener en cuenta que Visconti a la par que refinado noble, director de escena de afamadas operas, era un militante comunista creador del neorrealismo italiano con películas como Ossesione (1943) o La terra trema (1948).

THOMAS MANN
Las referencias autobiográficas se dan también en la propia novela de Thomas Mann. Según cuenta su mujer, Katia, en sus memorias, aquella primavera de 1911 el matrimonio Mann viajó a Venecia, y se hospedó en el mismo Hotel des Baines del Lido. Mahler se estaba muriendo, y "los periódicos publicaban noticias sobre su estado de salud cada pocas horas; se informaba en detalle de cualquier problema, cualquier pequeña mejora, como si se tratase de un príncipe en activo”, este hecho no le era indiferente; más aún si se toma en cuenta otro acontecimiento crucial en la vida del escritor: el suicidio de una de sus hijas, Carla. En el Hotel, Mann se sintió atraído por una familia polaca: las niñas vestidas con seriedad y "un chico encantador, muy guapo, de unos trece años" que el escritor miraba embelesado en la playa. Siempre según los recuerdos de Katia, Mann, cuando corrió la noticia de que el cólera acababa de llegar al norte de Venecia, el matrimonio Mann abandonó rápidamente la ciudad.

¿Quizás el argumento de su novela es lo que hubiera podido pasar si él se hubiera quedado? El caso es que el apunte autobiográfico de Mann no está sólo en que, en la novela, Aschenbach sea escritor; en el film, si bien en los recuerdos en "flash-back" la fisonomía de Aschenbach (con gafas, totalmente afeitado) remite de manera inequívoca a Mahler, en la acción situada en el presente, en Venecia, se ha dejado crecer un bigote que no puede dejar de recordarnos al del propio Mann. En 1965 un barón polaco, Wladyslaw Moes, afirmó haber sido el modelo en el que se inspiró Mann para el Tadzio de su novela, la cual había leído ya en 1923, y una investigación posterior pareció confirmar la verosimilitud de esta declaración Quiere esto decir que una fuente de inspiración para Thomas Mann fue él mismo, pues con su novela trata de exponer sus propios conflictos, como artista y como hombre.

LA HISTORIA
El éxito económico de La caída de los dioses permitió a Visconti en 1971 realizar un proyecto deseado, adaptar una novela de Thomas Mann, La Muerte en Venecia, escrita en 1911, tras la muerte de Gustav Mahler, y cuyo protagonista, Gustav von Aschenbach, estaba basado en la figura del compositor, del que conservaba el nombre de pila pero a quien Mann había cambiado su profesión por la de escritor. En la adaptación cinematográfica, Aschenbach volvía a ser compositor, respetando el modelo original, y se añadían episodios recordados del pasado que reforzaban la identificación con Mahler, como la muerte de una hija pequeña. También el parecido físico del Aschenbach de Visconti con Mahler es muy grande, como lo es el de su mujer con Alma, esposa del compositor. Todo ello daría la ocasión de emplear su música, que los productores de La caída de los dioses no le habían permitido utilizar en su anterior film, y que aquí se revelaría inseparable de la propia película.


Visconti afirma que Thomas Mann veía en Mahler al hombre "en que se encarna la voluntad artística más sagrada y más severa de nuestro tiempo" papel que le gustaría ocupar al escritor alemán que aspiraba a ser un “nuevo Goethe”. La transformación del personaje de la novela en músico determina que éste quede más íntimamente ligado a otros personajes de Mann, particularmente a Adrián Leverkühnn, el músico de Doktor Faustus. Así es como, inspirándose en el escritor, Visconti quiere tratar tanto la relación del artista con la belleza, como con el público y con él mismo. Es el conflicto que opone a un artista, cuyas aspiraciones estéticas lo inclinan a la búsqueda de la armonía, la pureza, el equilibrio, con aquello que simplemente podría denominarse la vida. Relato también de un apasionamiento efímero y devastador que, aunque raya con la locura y la muerte, permite que el personaje finalmente viva. Paradójicamente, el personaje comienza a vivir en el momento en que va a emprender ese viaje que él no sabe que lo llevará a la muerte, tras bajarse del vaporeto un gondolero –cual Caronte que cruza la laguna Estigia- lo acercará al Lido. “Una góndola lo llevará al hotel, negra como solo pueden serlo, entre todas las cosas, los ataúdes, evoca aventuras sigilosas y perversas, evoca aún mas la muerte misma, el féretro y la lobreguez del funeral, así como el silencioso viaje final” (La muerte en Venecia, Pág. 41).
Tanto en el original literario como en su transposición cinematográfica subyace el sentido del mito de Acteón y Diana: el artista que busca la belleza y que al contemplarla en su total desnudez se consume. Como el Acteón de los textos clásicos, el protagonista de Muerte en Venecia, se encontrará frente a su propio ideal de la belleza y será devorado por su desnuda perfección.

Nacer de nuevo a la vida para encontrar en ese renacimiento la muerte. Es también la historia de un intento desesperado por recuperar, a la manera proustiana, un tiempo perdido. Tiempo de una juventud ya pasada que Gustav von Aschenbach quiere reencontrar con su intento patético de rejuvenecer su aspecto para aferrarse a un trozo de vida que se le escapa. "descubrimos que el tiempo existe cuando ya pasó, y entonces ya es tarde para vivir" dice Bogarde mientras contempla un reloj de arena.
“Cuando Mann terminó la novela se la envió a su editor con una carta que decía: Mi querido amigo, te envío una historia algo extraña. Es la historia de la homosexualidad de un artista mayor que se queda prendado de un adolescente. Dirás: ¡Caray! Por favor, primero léela, porque es algo muy limpio” (Nicola Badalucco, guionista de Muerte en Venecia con Visconti).
Así que Mann quería primero de todo, escribir sobre el amor maduro de un artista en declive hacia un chico que representaba la belleza. Este era el tema de la metáfora. Cuenta Bruno Walter, su discípulo, como Mahler, cuando va a llegar a la madurez, cuando parece que ya tiene todo “hecho”, cuando se le llama “maestro” parece tirarlo todo por la borda para entregarse a su amor por Alma Schindler.
La pasión senil de un viejo por un chico en la novela apenas se describe, es difícil de percibir entre líneas. No así en la película porque tenemos dos personas, dos rostros, dos pares de ojos, y gestos, que hacen que todo se convierta en algo más físico.
También la muerte se convierte en algo tan físico que en la última escena de la película se representó visual y contundentemente con una canción que la precede, una nana para acunar a la muerte (Canción de cuna de la serie de Canciones y Danzas de la muerte (1877) compuestas por Modest Petróvich Músorgski (1839-1881) sobre unos poemas de Bolemkiv Kutuchov. Mientras le canta una nana a su bebé, la madre contempla como la muerte se lo lleva).

En Muerte en Venecia la acción como tal es mínima, más bien podríamos hablar de "acción psicológica"; el verdadero argumento es lo que pasa dentro de la calenturienta mente de Gustav von Aschenbach., aparte de la acción situada en el presente, hay frecuentes "flash-back" que rememoran el pasado más o menos inmediato, y que vienen a sustituir a los monólogos interiores presentes en la novela: como para plasmar estos en la pantalla habría que recurrir frecuentemente a la voz en off (recurso del que no gustaba el director), en su lugar se introducen escenas de diálogos con su ayudante, Alfred. En este personaje se ha querido ver a Arnold Schöenberg pero en realidad las discusiones entre los dos remiten a las de Adrián Leverkühn y Serenus Zeitblom, los protagonistas de Doctor Faustus (aunque Leverkühn toma como canon de sus obras el Quinteto de Viento de Schöenberg) En esos interminables debates estéticos, Gustav sostiene que el arte es ante todo pensamiento, intelecto, y Alfred que es sensualidad: “Sólo a través de un completo dominio de sí mismo —predica Aschenbach-Bogarde— de los sentidos, puede alcanzarse la sabiduría, la verdad, la dignidad humana (“Sólo hay una educación: el ejemplo. Vivir por el ejemplo es todo. Debo mantenerme en las alturas. No debo dejarme irritar ni permitir que me hagan descender”. Palabras de Gustav, recogidas en su diario por Alma Mahler).
“¿La sabiduría, la dignidad humana? -replica Alfred- pero... ¿de qué sirven? El genio es un presente divino, ¡no, no, no!: una tortura divina, una llama mórbida, pecadora, un abismo insondable.
Y son estas palabras, de corte tan nietzscheano las que hacen clamar al compositor: “¡Reniego, reniego de las virtudes demoníacas del arte!” Estas ideas de Gustav Aschenbach serán derrotadas por la belleza de Tadzio.

LA MÚSICA
Dice Thomas Mann: “La contribución alemana, la manifestación alemana de esta grandeza, no sabe nada del elemento social y tampoco quiere saberlo; pues lo social no es musical, y no es capaz de generar arte. Únicamente lo mítico y puramente humano, la poesía primigenia ahistórica y atemporal de la naturaleza y del corazón, es capaz de generar arte”
La génesis de la música moderna tiene lugar con el estreno de Tristán e Isolda de Richard Wagner En 1882 la salud del compositor se debilitó. Pensando que podría favorecerle un cambio de clima, Wagner alquiló el Palazzo Vendramin en el Gran Canal de Venecia (Allí falleció repentinamente el 13 de febrero del año siguiente). Ya en los primeros instantes de la obertura se clausura una etapa y se abre una nueva, tanto en el plano estético como formal. En el primero de estos sentidos, se produce la ruptura absoluta con el ideal clásico-goetheano de “espíritu y virtud”, la sustitución de Razón por Pasión, de la Antigüedad clasicista por el primitivismo germánico. Y en la perspectiva formal, por vez primera, quizá inconscientemente, se cuestiona un principio hasta ahora fundamental: la diatonía. Esto es, la idea de que dentro de la escala tonal hay una serie de notas que conjugan de manera bella entre sí, formando lo que llamamos acordes. En su lugar, empieza a plantearse, desde el primer momento en que resuena el leitmotiv de Tristán, un concepto revolucionario: la atonía. Esto es, la relación libre entre las notas, creando sonidos extraños al oído humano y al canon de belleza musical vigente. Mahler continuará por este camino que nos llevará a la dodecafonía, a la Escuela Atonal de Viena de Arnold Schönberg y Anton von Webern.
En su obra sinfónica se concentra magistralmente lo mejor de dos mundos: la tradición de los grandes sinfónicos, como Beethoven o Schubert y las innovaciones técnicas, como su empleo del cromatismo, esto es, la utilización libre y arbitraria de las diferentes notas, al margen de cualquier acorde, creando “colores musicales”. Lo antiguo y lo moderno se dan la mano. En este sentido destaca, sobre todo en la Quinta Sinfonía, el uso que hacía Mahler de la música popular. El andante, decía Wagner, es el más germano de todos los tempi. Y así fluye el sinfonismo mahleriano: lento, lánguido, ambiguo, pero paradójicamente desbordante de una misteriosa y fascinante fuerza lírica. El ejemplo tópico, pero sin duda el más claro, es el Adagietto de la Quinta Sinfonía.

MAHLER
Así como lo hicieran Wagner y Brahms, Mahler utilizó recursos orquestales, anticipándose al siglo XX en la búsqueda del color en los diferentes instrumentos, bien como el incluir la mandolina y el armonio, instrumentos poco usuales. También, como Beethoven, hizo uso de la música coral y vocal en sus sinfonías.
Algo propio de Mahler es que su música es de tipo contrapuntístico, en tanto consideraba a la orquestación como herramienta para lograr la mayor claridad posible en las diferentes líneas musicales.

Gustav Mahler solía decir que para él componer una sinfonía equivalía a un acto de creación del mundo. Sus sinfonías constituyen un viaje psicológico, igual que el film es un viaje, un viaje hacia la muerte o tal vez lo contrario, hacia la luz, la belleza, en la que renacerá; una batalla titánica entre el optimismo y la desesperación. Mezcla de alegría y dolor que, como identificara Sigmund Freud, tiene su origen en sus tristes recuerdos de infancia y son, pues, la faceta central del carácter del compositor. Él músico logra, con su obra, transmitirnos la vulnerabilidad humana, a través de una consumada musicalidad.
Hacia el final de su vida, escribió en una carta desde Nueva York: “¿He terminado la Quinta. Realmente hay que completar la reorquestación?” El resultado de esas revisiones constantes han sido las tres versiones diferentes impresas.
“Soy triplemente desarraigado: Como nativo de Bohemia en Austria. Como austriaco entre alemanes. Y como judío en todo el mundo. Siempre un intruso nunca bienvenido”.
Luego ahondaría al responder sobre lo religioso: “¿Mis creencias? Soy un músico, eso lo dice todo. La sinfonía es el Mundo. La Sinfonía debe abarcarlo todo.”
Vemos un ejemplo de sus sueños y sus temores (también Gustav despierta de una pesadilla en la película) cuando afirmaba que “un gran ejemplo para las personas creativas es Jacob”, decía Mahler, “que lucha contra Dios hasta que él lo bendice” (“…he aquí que una palabra me fue dicha furtivamente… en las angustias de mis visiones nocturnas, cuando sobre el durmiente desciende el terror nocturno: un estremecimiento –y un escalofrío- que han hecho temblar todos mis huesos: y un aliento huidizo se desliza sobre mi rostro, erizando el pelo de mi carne. Alguien está de pie, frente a mí… una imagen, y oigo una voz ligera…” Job, 4, 12-16). “A mí tampoco quiere Dios darme su bendición. Sólo a través de las despiadadas batallas que debo sostener para crear mi música la recibo finalmente”, concluye Mahler”
“He comprendido hoy —le dice a Alma el compositor— que el arte articulado es superior a la naturaleza inarticulada”. “Había dirigido la sinfonía pastoral —glosa Alma— y la había hallado más impresionante que todas las cataratas del Niágara”
Aschenbach se levanta de su silla de lona, se sienta junto a una mesa y escribe. Quizá sea música lo que escribe, quizá la tercera sinfonía de Mahler cuyo cuarto movimiento conquista la escena; quizá escribe ese poema de Nietzsche que una contralto rescata del Así Habló Zarathustra (“El mayor regalo que le ha sido hecho a la humanidad” G. Mahler).
La Tercera Sinfonía, subtitulada Sueño de una mañana de verano, puede ser definida como una apoteosis de la Naturaleza. Al igual que su antecesora, la Tercera es una partitura que incorpora elementos y recursos de la canción y de la sinfonía.
"Des Knaben Wunderhorn" (“Relevo estival”): ¿Qué importa que el cuclillo se haya matado al caer del árbol desde el momento que tenemos al ruiseñor, mucho mas elevado en la jerarquía de los animales? y Nietzche son la fuente para los textos utilizados en esta partitura, la más extensa del autor, que exalta tanto a las bellezas naturales como al hombre; presenta una interpretación musical de la creación y la evolución del mundo, desde el tempestuoso primer movimiento, que retrata las fuerzas de la Naturaleza, hasta la serenidad del final, donde el corazón humano ha alcanzado su plenitud para acercarse a Dios.
La atmósfera espiritual de la monarquía austro-húngara una forma política que tiene un fundamento sacro, mítico, está presente en la obra de Mahler. El pueblo austriaco se complacía en las demostraciones exteriores de la grandeza de ese imperio. Eso tuvo su manifestación, por ejemplo, en la influencia que tuvieron los valses de Strauss en las obras de Mahler. Se advierte, por ejemplo, en el scherzo de la Cuarta Sinfonía, o en el de la Quinta y en la Décima.
La estética de Mahler es la de un hombre poseído por una fuerza sobrehumana; ni el mismo es consciente de escribirla, porque el mismo dijo: "Uno no compone, se es compuesto". Lo mismo señaló Nietzsche respecto de la escritura de su obra Zarathustra. Ése es el estilo de esa época. La "inspiración" estaba incluso en los decorados."
La insatisfacción con el mundo es lo que confiere alma al arte de Mahler, esta imbuido en la tradición del Weltschmerz (dolor del mundo) europeo. Símiles del curso del mundo son los movimientos que se no se detienen, que carentes de una meta giran sobre si mismos en “perpetuum mobile”.
Según Sigmund Freud, "ningún compositor ha expresado de modo más conmovedor la lucha entre el Eros y la Muerte". Curiosamente, el lugar donde acordaron encontrarse estos dos personajes fue en la localidad de Leiden, que traducido del alemán significa sufrimiento. Fue un psicoanálisis de urgencia en única entrevista. Comenta Freud en carta dirigida a Theodor Reik: "fue como sacar una viga única de un edificio misterioso…si doy crédito a las noticias que tengo, conseguí hacer mucho por él en aquel momento….en interesantes expediciones por la historia de su vida, descubrimos sus condiciones personales para el amor…tuve muchas oportunidades de admirar la capacidad psicológica de aquel hombre genial…"

LAS MÚSICAS
La música de Mahler no está representada en Muerte en Venecia solamente por el Adagietto de la Quinta Sinfonía, sino que se usa en otros dos momentos. En una de las discusiones rememoradas por Aschenbach, Alfred toca al piano las primeras notas del cuarto movimiento de la Sinfonía nº 4, y exclama "-Esta es tu música"; por si no nos quedara claro que el protagonista "es" Mahler, ahí se nos dice implícitamente.
Y en una de las ocasiones en que Aschenbach coincide con Tadzio en la playa escuchamos el canto de la contralto del IV movimiento de la Tercera Sinfonía, el "O Mensch ¡Gib Acht!” del final de Así habló Zaratustra. El músico aparece escribiendo mientras contempla al joven; podría pensarse que está componiendo precisamente esa música en aquel instante. Una música en la que Mahler utiliza unos versos de Nietzsche que dicen que el placer es más profundo aún que el dolor, pues este solicita acabarse y aquel pide la eternidad (El lied que forma parte de esta sinfonía lleva como letra un poema titulado Was mir die Nacht erzählt? ("¿Qué te dice la noche?"). Un poema que habla precisamente del proceso de creación y sus relaciones con el dolor, el deseo y la muerte:
"¡Oh! hombre, ¡presta atención!
¿Qué dice la profunda medianoche?
Yo dormía, yo dormía
De un profundo soñar me he despertado
El mundo es profundo
Más profundo de lo que el día ha pensado
Profundo es su dolor
El deseo es más profundo que el dolor
El dolor dice: ¡aléjate!
Mas todo deseo quiere eternidad
Quiere profunda, profunda eternidad").













Deben citarse aún otras músicas no mahlerianas que también tienen en la película importancia: unos fragmentos de la opereta La Viuda Alegre de Lehar (entre ellos el famoso Vals o el aria " Vilja") que toca la orquesta del Hotel antes de llamar a la cena, y que cumplen perfectamente la misión de ambientar la época en que transcurre el film; Para Elisa de Beethoven, que Tadzio aporrea en el piano del hotel, y que a Aschenbach le trae el recuerdo de su vista al prostíbulo, donde también sonaba; una forma de indicarnos que la aparente pureza angelical del joven y la impureza de la prostitución son en realidad las dos caras de la misma moneda, en los dos casos son origen de la tentación. Por último, señalemos la canción napolitana La risata ("Chi con le donne vuole aver fortuna...") que interpretan los músicos callejeros ante los huéspedes del Hotel Lido, y una Canción de Cuna de Mussogrsky en una escena en la playa.
Para la grabación de la música (que fue previa a la filmación de las imágenes, práctica aún poco frecuente en aquella época), Visconti recurrió una vez más a Franco Mannino, que dirigió a la Orquesta de la Academia de Santa Cecilia de Roma. La contralto en el fragmento de la Sinfonía nº 3 fue Lucretia West. Claudio Gizzi grabó al piano Para Elisa y la soprano Mascia Predit cantó la nana rusa.

EL FIN
Al final de Muerte en Venecia: mientras comienza a escucharse el Adagietto, que retorna una y otra vez a lo largo de la trama, el músico Gustav, en el último instante de su existencia, a orillas del mar, estira la mano vanamente para intentar alcanzar el objeto de su anhelo, el adolescente Tadzio; el maquillaje de su rostro con el que buscaba recuperar de una manera ilusoria y patética la juventud y la belleza que Tadzio le evoca, se ha ido deshaciendo para convertirse en una máscara horrenda y grotesca, una verdadera máscara mortuoria (“Thomas Mann habla de la llegada de Mahler a Berlín o a Munich a un concierto. Mann estaba allí. En un momento concreto se ve que Mahler empieza a sudar en pleno concierto y que el tinte del cabello empieza a perder el color y le caen gotas negras por la cara. Al girarse para dar las gracias al público, las gotas hicieron que pareciera que tenia la cabeza rota. El final del personaje Aschembach se extrajo de ahí”. Nicola Badalucco). En el plano, una vieja cámara está situada entre el artista moribundo y el ángel (de la muerte) Así, ante el gesto impotente del músico (“¡Qué importan mi sufrimiento ni mi compasión! ¿Acaso busco yo la felicidad? ¡Yo lo que busco es mi obra! Mi hora ha llegado. He aquí mi alborada. ¡Mi día comienza! ¡Elévate, pues, elévate, oh, gran mediodía!” F. Nietzsche.- Así habló Zarathustra, última página), podemos contemplar desde la misma tumbona de Aschembach, lo que él contempla: Tadzio entra en agua señalando con el brazo extendido un horizonte inaccesible en el que el sol (astro de vida) brilla, descomponiéndose en luz que flota y se refleja en el mar (“La belleza, Fedro, tenlo muy presente, es a la vez visible y divina, por ello es también el camino de lo sensible, es mi pequeño Fedro, el camino del artista hacia el espíritu”. Platón.- Fedro o De la belleza).


EPILOGO
A su regreso a Estados Unidos, Mahler debía cumplir con el compromiso de sesenta y cinco conciertos para la temporada 1910-1911, pero la Sinfónica le deprimía y sólo ansiaba centrarse en la composición, ahora que empezaba a ser un autor reconocido. En las navidades se le inflamaron las amígdalas, hecho que se repitió en febrero.
Pese a su débil estado y, con mucha fiebre, tuvo que dirigir el estreno de Nana sobre la tumba de mi madre de Busoni. Durante el intermedio sufrió un desmayo, pese a lo cual volvió al podio en la segunda parte. Mahler está roto. Los médicos descubren una angina estreptocócica, con lo que concluyen que no hay nada que hacer .Tal vez haya una ligera esperanza si viaja a Europa. El viaje en barco resulta interminable . Una vez en Cherburgo, la familia se traslada a París donde el cambio de aires parece resultar beneficioso, pero tan sólo es un espejismo. Ingresado en una clínica de Neully, el bacteriólogo Chantemesse lo somete a un tratamiento de suero que resulta ser inútil.
Mahler comprendió entonces que era el fin y dispuso que su amigo, el compositor Arnold Schöenberg no quedase desamparado, a la vez que dio detalles sobre su tumba: quería ser enterrado junto a su hija María, y que en su lápida sólo pusiese "Mahler". Así, los que quisieran verle, sabrían que él estaría allí.
Internado en Viena, aún sobreviviría cinco días antes de iniciar su último viaje, el 18 de mayo de 1911. Sus últimas palabras fueron: "Mozart, Mozart".
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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DOSTOIEVSKI, Fedor, Los hermanos Karamázov, Círculo Lectores, Barcelona, 1969.
McLEISH, Kenneth y MCLEISH, Valerie, La discoteca ideal de la música clásica,
Circulo de Lectores, Barcelona, 1998.
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JANIK, Allan y TOULMIN, Stephen, La Viena de Wittgenstein, Taurus, 1983.
LEBRECHT, Norman, El mundo de Mahler, Adriana Hidalgo editora, 1999.
DERNONCOURT, Sylvie, Mahler, Espasa-Calpe, Madrid, 1979.
SOPEÑA, Federico, Introducción a Mahler, RIALP, Madrid, 1960.
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BOZAL, V., Historia de las ideas estéticas y de las teorías artísticas contemporáneas,
Vol. I, Visor, Madrid, 1999.
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TORRES, Augusto M., Diccionario de Cine, Espasa Calpe, Madrid, 1996.
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SUÑÉN, Luís, Su tiempo ha llegado, Diario el País, Madrid, 2004.
VARGAS LLOSA, Mario, La verdad de las mentiras, Suma de Letras, Madrid, 2003.
NEWMAN, R, A la sombra de la muerte, The Strad, vol. 111, nº 1325, septiembre de 2000, págs. 964-971
Enciclopedia Microsoft Encarta Online 2005
es.wikipedia.org/wiki/Muerte_en_Venecia/
www.monografias.com/trabajos16/muerte-en-venecia/
www.psicomundo.com/mexico/articulos/
www.filomusica.com/filo18/visconti5.html
www.archivowagner.info/1902.html
www.rosebudbandasonora.com/savenecia.htm
www.alma-mahler.at/.../almas_life.htm
www.fmh.org.ar/revista/18/alasom.htm

jueves, 5 de noviembre de 2009

Sobre lo bello y lo sublime





















Observaciones sobre el sentido de lo bello y lo sublime.- Kant

«Aquel cuyas emociones le inclinan a la melancolía no tiene ese nombre porque se sienta afligido por depresión sombría al verse despojado de las alegrías de la vida, sino porque su sensibilidad, afinada por encima de determinado nivel, o mal dirigida por alguna razón, alcanza ese estado con mayor facilidad que ningún otro. En particular, tiene el sentido de lo sublime. [...] Todas las sensaciones de lo sublime poseen para él una mayor fascinación que los encantos efímeros de lo bello. [...] Es constante. Por eso somete su sensibilidad a principios. [...] El hombre de disposición melancólica se cuida poco de las opiniones ajenas, por eso se fía únicamente de su juicio propio. Como los impulsos adquieren en él la naturaleza de principios no se distrae fácilmente; también su constancia se torna a veces obstinación. [...]

La amistad es sublime, y por lo tanto es susceptible a ella. Podrá perder a un amigo voluble, pero éste no le perderá a él tan deprisa. Hasta el recuerdo de una amistad truncada sigue siendo precioso para él. [...] Es buen guardián de sus secretos y de los ajenos. La verdad es sublime y él odia las mentiras y el engaño. Tiene un convencimiento profundo de la nobleza de la naturaleza humana. [...] No tolera la sumisión vil, antes bien respira libertad en un pecho noble. Desde las cadenas de oro del cortesano hasta los pesados grilletes del galeote, todas las ataduras son para él aborrecibles. Es juez severo de sí mismo y de los demás; y no pocas veces se hastía de sí mismo y del mundo. »

martes, 3 de noviembre de 2009

El amor














Levanté la sábana que tapaba tus pies, y los besé con amor, agarré tus tobillos y escalé tus piernas con las yemas de mis dedos, miré tu sexo una vez más, y rocé tu ombligo con mi dedo corazón, besé tu barriga, y apreté mi rostro contra ella, como si me sintieses quererte; dejé caer mi saliva sobre tu vientre, para hacer círculos con mi mano, antes de rozar tus pechos, antes de estrujarlos con fuerza y pellizcar tus pezones, y humedecerlos con mi lengua; después te mordisqueé la barbilla antes de absorber tu labio inferior y meter mi lengua entre tus dientes. Te besé los ojos, los dos y te lamí las cejas, aplasté tus orejas contra tus sienes, mientras acariciaba tu nuca con mis dedos llenos de tu pelo negro. Te abracé con fuerza loca, con fuerza sobrehumana, con toda la fuerza de la que era capaz, te bese otra vez en los labios y me tumbe a tu lado, con los pies estirados hacia el cielo, mirando al techo, me metí la pistola en la boca y disparé.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Tanto tienes tanto vales















foto X-C


Tanto tienes tanto vales. Tanto tienes tanto vales. Tanto tienes tanto vales. Tanto tienes tanto vales. Tanto tienes tanto vales. Tanto tienes tanto vales. Tanto tienes tanto vales. Tanto tienes tanto vales. Tanto tienes tanto vales. Tanto tienes tanto vales. Tanto tienes tanto vales. Tanto tienes tanto vales. Tanto tienes tanto vales. Tanto tienes tanto vales. Tanto tienes tanto vales. Tanto tienes tanto vales. Tanto tienes tanto vales. Tanto tienes tanto vales. Tanto tienes tanto vales...