miércoles, 29 de julio de 2009

Joy Division. El ruido y la furia






















Joy Division (División de la alegría) era el nombre con el que se conocía a las agrupaciones de esclavas sexuales que los nazis crearon en los campos de concentración. Un nombre alegre para algo horrible.

El concierto de los Sex Pistols en Manchester el 20 de julio de 1976 invitados por los Buzzcoks fue el inicio de la New Wave —nombre que pusieron los productores al punk, asustados por las mala fama que tenía en la prensa generalista y las clases medias (los consumidores)— de los sellos independientes, los vídeos musicales y las salas de conciertos. quince días antes habían tocado los Ramones en Londres, el mismo día que tocaron los Sex Pistols y The Clash en Sheffield.

Arrancaba la filosofía punk del "hazlo tu mismo" apareciendo la cultura independiente (undrground) que negaba el único punto de vista del stablisment.
Iggy Pop, Velvet Underground, Jim Morrison, Sex Pistols, David Bowie y Kraftwerk fueron la fuente de inspiración para las músicas de Joy Division; y Kafka, Nietzsche, Herman Hess, Ballard, Sartre, Burroughs y Dostoievski para las letras de Ian Curtis. En Memorias del subsuelo, novela que antecede a La metamorfosis de Kafka, Dostoievski plantea en la primera parte (La ratonera) la lucha moral de un hombre solitario, un pequeño funcionario recluido en un sótano  planeando vengarse mientras se pregunta por el concepto del bien, de la libertad, de la racionalidad atrapado por sus sentimientos de culpa. El nihilismo y el desprecio por los otros: "Nacemos muertos", marcan a Ian Curtis, su mujer, Deborah, decía que siempre leía sobre el sufrimiento humano. Esto lo vemos en sus canciones: Atrocity exhibition es Ballard, Colony, Kafka; Dead Souls, Gogol y The kill es Dostoievski.










Bernard Sumner (guitarra del grupo) dijo: «Joy Division tenía una fórmula pero nunca trabajábamos de forma premeditada. Salía naturalmente. Yo era el ritmo y los acordes, y Hooky la melodía. Solía tocar su bajo a un volumen alto porque me gustaba distorsionar la guitarra y el amplificador que usaba solo funcionaba al máximo volumen. Cuando Hooky tocaba a un volumen bajo, no se escuchaba. Steve tenía su propio estilo, diferente al de otros bateristas. Para mi, el baterista es el reloj de la banda porque es pasivo: el podía seguir el ritmo de la banda, marcando nuestro propio límite. En vivo, nos manejábamos visualmente viendo a Ian bailar».



Unknown Pleasures (1979)
Grabado en una semana con el productor genialoide y drogadicto Martin Hammet (Magazine, The Durutti Column, Azter Camara, Cabaret Voltarire, Orchestral Manoeuvres in the Dark, U2, The Psychedelic Furs, etc.) para la nueva compañía Factory Records de Toni Wilson en el Manchester posindustrial de fines de los 70. La portada del disco, sobre estricto fondo negro, reflejaba la señal emitida por una estrella agonizante, son cien pulsos sucesivos del primer púlsar descubierto (pulsating star, estrella que produce un efecto faro). Las letras de Ian Curtis reflejan el nihilismo y la desesperanza de vivir en una ciudad en ruinas y sin futuro. Su tétrica voz de barítono esta rodeada por las melodías del bajo Peter Hook, las distorsiones de la guitarra metálica de Bernard Dicken y el ritmo de una batería que mezcla lo acústico con lo electrónico, Stephe Morris. Componen un inquietante y desolador sonido, una atmósfera de muerte y destrucción moral ("el disco perfecto para escuchar antes de suicidarse").
La Warner Bros les ofrece un millón de dólares para distribuir su disco en América, el grupo no les responde.


Closer (1980)
La portada que habían elegido para el disco es la fotografía de una tumba. Las oscuras y tormentosas letras parecen notas de suicidio y la música había evolucionado de la violencia post- punk a tenebrosas armonías de ritmos marciales, rotos por una guitarra histérica y la aparición de sintetizadores que anuncian al futuro grupo huérfano de Curtis: New Order (su primer single, Blue Monday, fue el más vendido de la historia, aunque los chicos no vieron un penique ya que la discoteca de Tony Wilson, The Haçienda, se comía 10.000 libras al mes). La producción de Hannett acentúa ruidos y ecos para envolver las patéticas letras de Curtis produciendo un hondo malestar al escucharlas por la belleza de su dolor.

Justo antes de salir a la venta este álbum  Ian Curtis, el día antes de irse de gira por Estados Unidos, se suicida colgándose del tendal, en la cocina de su casa. Después de tomarse varias medicinas, o pastillas, se baja media botella de whisky mientras ve la película de Herzog, Stroszek (1977) que nos narra la historia de un bondadoso y alcohólico personaje, que tras salir de una cárcel alemana, intenta rehacer su vida en los Estados Unidos con una exprostituta y un viejo, donde serán despreciados y humillados, hasta que su novia lo abandone por un camionero. Desoladoras imágenes de paisajes fríos y solitarios acurrucando la sordidez de la vida americana del medio oeste ("Tierra de esperanza y sueños", Bruce Springsteen). Cuando acaba la película Curtis pone el disco que Iggy Pop grabó, después de salir de un sanatorio mental, con su amigo Bowie en Berlin donde intentaban desintoxicarse de la cocaína  Bajo la influencia de los sonidos electrónicos de Brian Eno crean una sombría atmósfera donde parece que canta un muerto, The Idiot. En la novela El idiota, de Dostoievski, el protagonista, al igual que el autor ruso, era epiléptico.

A Ian le gustaba llevar una camiseta que tenía estampada la frase: El ruido y la furia
«La vida es la historia contada por un idiota lleno de ruido y de furia».-Macbeth, William Shakespeare



«Siento que se acerca
siento que se acerca
un miedo a quien llamo
cada vez que llamo
un día sí y otro no
un día sí y otro no
Tengo el mundo a mi alrededor
para ver cualquier cosa que ocurra
apoyado en una puerta solitaria
pero entonces todo se desvanece
veo cómo te desvaneces
no siempre te desvaneces»

viernes, 24 de julio de 2009

Joy Division, El documental














«Ser modernos es estar en un ambiente que nos promete aventura, poder, diversión, crecimiento, transformación de nosotros y del mundo y que a la vez amenaza con destruir todo lo que tenemos, todo lo que sabemos y todo lo que somos».- Marshall Berman, Todo lo sólido se desvanece en el aire.

Joy Division, El documental
(2008).
Dirigido por Grant Gee y escrito por el crítico musical ingles Jon Savage. Toda la película está narrada en primera persona por los auténticos personajes de la historia, desde los músicos de Joy Division, hasta la amante belga, Annik Honore, pasando por Tony Wilson (que moriría poco después del rodaje), sólo falta Deborah, la viuda, lo que da a la cinta un tono distinto al de Control. Las diversas apreciaciones personales de cada uno de los protagonistas, nos dan una imagen más real de Ian, de como era cuando estaba con sus amigos, cuando componía, cuando estaba en el trabajo, ... ; de esta manera cada uno de nosotros interpreta como era realmente el cantante a través de las opiniones y los recuerdos de distintas personas, no de una sola como ocurría en Control, así adquirimos un conocimiento más atinado e imparcial sobre el cantante. Destacan las actuaciones en televisión y las grabaciones en 16mm. de los conciertos del grupo, realizadas por aficionados, donde podemos alucinar viendo la puesta en escena y los gritos de Ian Curtis.


«Hasta los 9 años no vi un árbol»
«Había una pobreza extrema en el norte de Inglaterra, cuando los conocí, estaban desnutridos y pasaban frío»
«El almuerzo desnudo y Los chicos salvajes eran sus obras preferidas, había leído todas las obras de William Burroughs... Sus obras eran una pesadilla post-industrial, trataban de la intolerancia y de la falta de ética, era un cínico lleno de odio. Ian Curtis creía poder repetirlo en un "glam rock" pobre»
«Con Dead soul empezaba los conciertos: "Que alguien se lleve estos sueños que me llevan hacia otro día. Un duelo de personalidades que separan la verdadera realidad, que me siguen llamando"»
«Ian era del tipo de César, era inspirador e hipnótico»
«Era brutal, recuerda a Jim Morrison, se sacudía en un frenesí, como si se autolesionase»
«No hablábamos, tomábamos cervezas, somos hombres. No oíamos las letras, sólo las escuchamos después de su muerte»


«Después de su primer ataque de epilepsia, tenía que tomar muchas medicinas que le producían constantes cambios de humor, de la euforia al llanto»
«Se exigió demasiado porque no quería fallar a la banda, se dio cuenta de que tenían que crecer y a la vez de que habían crecido demasiado»
«Eran la luz y el espíritu, Ian ardía en la luz»
«Cuando componía las letras de Closer sentía que todas sus palabras se escribían solas. Tenía una terrible sensación de claustrofobia. Estaba en un remolino donde se ahogaba, y era atraído por ese remolino»
«Siempre cantaba solo, después de que tocase el grupo y estaba muy cansado»
«Todas las letras eran muy deprimentes y tristes, yo estaba muy preocupada así que fui a ver a Toni Wilson, desde Bélgica, pero él me dijo que estuviese tranquila que sólo era poesía»
«Ninguna palabra puede explicar, ninguna acción determinar, sólo observar los árboles y sus hojas mientras caen»
«Madre lo he intentado
créeme
lo hago lo mejor que puedo
me avergüenzo de la
poca cosa que soy»


«Cansado por dentro
nuestro corazón está
perdido para siempre
No se puede reemplazar
el terror o la emoción
de la persecución
Cada ritual mostró
La puerta para
nuestros desvaríos
Se abre y luego se cierra
Y se cierra de golpe
en nuestra cara»

miércoles, 22 de julio de 2009

Control


















«Existencia... bueno, ¿que importancia tiene? yo existo en la mejor forma en que puedo. El pasado es ahora parte de mi futuro. El presente se me ha ido de las manos. Yo no tengo control, yo no se que hacer» .-Ian Curtis

Control, Anton Corbijn (2007)
La película está basada en libro de Deborah Curtis, viuda de Ian, Touching from a distance (1995), sobre la vida del cantante de Joy Division. Anton Corbijn es un fotógrafo holandés que en 1979, a los 24 años, se traslada a Inglaterra en busca de sus ídolos, Joy Division, a los que ve actuar y consigue sacarles una foto en el metro de Londres. Su pasión por el rock hace que sea el fotógrafo de la New wave, y comience a hacer vídeos musicales, siendo perseguido por todos los grupos para que les fotografíe  convirtiéndose  su fotografía en blanco y negro, en un icono del rock (Depeche Mode, Nirvana, Bruce Springsteen, U2, Coldplay...). También realizó el vídeo de Joy Division, Atmosphere, en 1980. Desde entonces ha realizado mas de cien portadas de discos y unos ochenta vídeos musicales.

Sam Riley es el actor elegido, para dar vida (y muerte) a Ian Curtis, cantante del grupo 10.000 Things, se ha metamorfoseado de tal manera en Curtis, que es difícil distinguir las fotos del actor en la película y las del cantante muerto el 18 de mayo de 1980. Samantha Norton hace el papel de Debbie, la esposa descolocada ante la figura pública de su marido. La banda sonora está compuesta por New Order, lo que le da una autenticidad estética total a la película  Tony Wilson y Deborah Curtis son coproductores del film.
La película es fiel a la novela lo que le hace ganar en sencillez y realidad, el problema es que la historia esta velada por la mirada de una mujer despechada. No refleja por tanto al hombre-mito sino al hombre-adultero, que se ve sobrepasado por la situación de amar a otra mujer cuando acaba de tener una hija con su esposa.

El director no utiliza imágenes antiguas del grupo, todo lo crea nuevo hasta la música que es instrumentalizada otra vez por New Order, pero lo hace como si fuese una copia exacta de la realidad, apoyado por la fotografía periodística del blanco y negro y las recreaciones de los actores que imitan como si fueran ellos mismos a los miembros del grupo. Presenta una narración clásica, lineal, con un principio, en el Ian adolescente del instituto, y un fin en el día de su muerte. Alejándose de montajes paralelos, o saltos en el tiempo. es como si quisiese hacer una narración histórica.

Los ajustados encuadres, en simples planos medios y americanos llevan la película en volandas, sobre la vida de los personajes que contemplamos, como si fuésemos espectadores que miramos desde una de las ventanas del barrio, una historia de amor con música.
En el Manchester posindustrial devorado por el paro y el surgimiento del fascismo del Nacional Front, antes de ser reemplazado por el Partido Conservador de Margaret Thatcher, arranca la historia, con Ian en el instituto, cuando se dedicaba a visitar las casas de las ancianas, para con la excusa de hacerles compañía, robarles el botiquín para tener con que drogarse.
De asistente social voluntario pasa a trabajar en una oficina de empleo encargándose de las personas con minusvalías donde conoce a una epiléptica.
Asiste con Debbie y otras cuarenta personas al concierto de los Sex Pistols en Manchaster y ahí empieza todo. Esa noche decide formar parte de un grupo y surge Joy Division.

Estos acontecimientos son narrados por el director ingles, Michael Winterbottom, en 24 Hours party people (2002) donde intenta reflejar los acontecimientos del Manchester de 1979 utilizando a Tony Wilson (también es el productor de esta cinta) como hilo conductor. Con una estética feísta y desangelada, rematada por un actor que compone un Ian Curtis imposible, crea una película amorfa basada en el tópico de "sexo, drogas y rock&roll", llena de voluntarismo y activismo vacuo.

Es muy difícil hacer una buena película al año (M. Winterbottom ha dirigido dieciséis películas en los últimos trece años), ni tan siquiera los que dominan el lenguaje y la escritura cinematográfica como Clint Eastwood o Woody Allen, son capaces de conseguirlo (sólo hay que ver la cagada de Vicky Cristina Barcelona).

Los conciertos de la banda son lo más espectacular de la película, parece que están calcados sobre las viejas imágenes de actuaciones de Joy Division, y Sam Riley es una transmutación del alma del romántico suicida punk, aumentando el malestar que nos produce su música, al verlo actuar sobre el escenario.
Decía Ian que el barrio era cruel y miserable y que a ella le gustaba.
La película es su fotografía  un blanco y negro demoledor (tal vez demasiado hermoso) que me hace recordar a películas como El hombre elefante, Lenny o Toro salvaje, y una música (la de Joy Division) sobrecogedora con la profunda voz de Ian Curtis como leitmotiv. Pero está lastrada por el relato de la viuda, que nos quiere presentar un Ian egoísta  infantil o inmaduro (como les gusta a las mujeres acusarnos de eso, ¿es que no se dan cuenta de que no tenemos mas remedio que ser mas jóvenes que sus padres?), drogadicto, borracho, pretencioso, etc., (no me quiero ni imaginar lo que pone en la novela) La chica lo reduce todo a un "me quiere, no me quiere"; como si ellos dos fuesen unos personajes de Barbara Cartland, y como si el chaval fuese tan simple como ella, y ante lo irresoluble del problema (amar a dos mujeres a la vez) se suicida.

Lo cierto es que el crecimiento de la enfermedad aumenta con los farmacos, mezclados con el alcohol y el estrés, las tendencias depresivas del compositor.
Al final, una alta chimenea esparce las cenizas negras sobre Manchester como si se tratase de un campo de exterminio.


jueves, 16 de julio de 2009

El Cristo de Velarde


















fotos X-C



Cristo de Prada (o de Velarde) Catedral de Oviedo.
Se dice que su autor es Alonso Berruguete (1488-1561), pero no hay nada que lo demuestre, salvo su belleza. Lo estilizado de sus proporciones, características del primer estilo Manierista, y el dominio de la talla anatómica, al igual que el tratamiento de los pliegues del manto de pureza, así como la idealizada expresión de un rostro en paz, en un momento de máximo sufrimiento, reflejan la formación italiana y el bagaje clásico del autor, que en el caso de Berruguete había conocido el Manierismo italiano por el mismo Miguel Angel y desde entonces conjura el ideal de belleza renacentista con el dramatismo y la exaltación que anticipan el Barroco español.

La talla renacentista, de 2.15 m. de altura por 2 m. de envergadura, es la instantánea de la muerte del Dios, el momento en que la cabeza deja de pensar y sentir, y se derrumba sobre el hombro. El cuerpo, el cadáver, es de una elegancia inhumana (divina). Desde la verticalidad del madero y de la sangre que chorrea por el tablón, los pies, atravesados por el hierro, se abren pidiendo socorro; es un lamento sordo que va ascendiendo según subimos la vista por la imagen sagrada; las piernas, largas, flacas, esbeltas, se giran y se doblan soportando el peso del hombre que antes que derrumbarse, parece que va a saltar, a volar sobre el mundo, al que solo le ata el manto de pureza lleno de suciedad, sangre y orín; la sangre todavía corre por el cuerpo macilento. La encarnación a pulimento es color muerte como el Cristo de Zurbarán del Museo de Bellas Artes de Oviedo. Todos los músculos están en tensión, Jesús esta expulsando su último segundo, todavía es hombre y por eso la imagen transmite de una manera clara y precisa el sufrimiento humano, pero el artesano ha sabido darle en esa elegancia y en ese movimiento de ascensión, una idea de esperanza, de salvación, de vida mas allá de la muerte.
(Nunca hubo dinero mejor gastado por el cabildo de la catedral).

A veces, por la mañana, o por la tarde, penetro en la catedral y me postro ante la figura del Titán primigenio. Creía Dostoievski que la belleza salvará al mundo, también lo creía yo cuando era joven, pero ahora lo dudo (la realidad es tozuda), aún así consigo aislarme gracias a la belleza producida por un artista, que a través del conocimiento y del dominio de la técnica, me causa asombro y consigue calmar mi corazón y darle comprensión de la miseria humana, y aunque sólo sea durante unos instantes, me sirve de faro en la galerna, para no dejarme hundir en la Laguna Estigia.




















«"Ya estoy hastiado de mi sabiduría, como lo están las abejas que han acumulado un exceso de miel. Yo necesito manos que se tiendan hacia mí."

"Yo desearía otorgar y repartir mercedes, hasta que los sabios entre los hombres volvieran a gozar de su locura, y lo pobres a gozar nuevamente de su riqueza."
"Para ello debo descender a los abismos. Quiero volver a ser hombre."
"¿Será posible? ¡No han oído aún que Dios ha muerto!"
"Ha llegado la hora en que os habréis de decir: ¿Que me importa mi compasión? Esa compasión, ¿acaso no es la cruz en la que clavan al que ama a los hombres?"
"¡No son vuestros pecados, sino vuestra moderación, lo que clama al cielo! ¡Vuestra mezquindad, aun dentro de vuestros pecados es lo que clama al cielo!"
"¿Dónde se hallará el rayo que os lama con su lengua de fuego? ¿Dónde la locura que habría que inocularos?"
"Pues bien, yo os predico el Superhombre. ¡El Superhombre es ese rayo, el Superhombre es esa locura!"
"El hombre es una cuerda tendida entre la bestia y el Superhombre: una cuerda sobre un abismo."
"Lo más grande del hombre es que es un puente y no una meta. Lo que debemos amar en el hombre es que consiste en un tránsito y un ocaso."»
Así habló Zarathustra.- Friedrich Nietzsche

miércoles, 8 de julio de 2009

Manuel













foto X-C
Manuel tiene 72 años, trabajó de albañil desde los catorce, a los sesenta y cinco se jubiló y fue entonces cuando su mujer se divorció de el. Ahora hace cinco años que esta ciego. Yo lo veo los domingos sentado en un taburete apoyado en la barra del bar, no dice nada ni habla con nadie, a veces llora y yo no sabía que le pasaba, el otro día lo recogió un tipo mal encarado que venía de comer en la cocina económica, era un presidiario haciendo trabajos sociales. Me dicen que tiene tres hijos y que ninguno le habla, que tiene una hermana de la que no quiere saber nada porque lo quiere ingresar en un asilo y que vive en una habitación alquilada, donde Cáritas le lleva la comida.
Los caminos del señor son inescrutables, pero con la edad que tiene ya podría haber aprendido algo, el hijo de puta, porque estas caleyas son una mierda.

lunes, 6 de julio de 2009

H






















H de Holofernes, engañado y emborrachado por dos mujeres, para degollarlo como a un animal. La pintora (Artemisa Gentileschi) sabe reflejar en este cuadro de 1612, la violencia extrema engendrada en la venganza; más que una estampa bíblica parece que ha pintado un deseo.
H de horror, de horror a la vida y a la soledad, de horror a la oscuridad y al amanecer.
H de hospicio donde los niños perdidos son torturados hasta crecer o morir.
H de "a quien hierro mata a hierro muere" (sólo para el caso de que el muerto sea poderoso, porque a los muertos de hambre nadie los venga)
H de hurgar en la herida hasta que sangre abundantemente encharcando el presente de dolor y desesperanza.
H de horca en la que balancearse, expuesto al viento y a los cuervos cada mañana.
H de bomba H, ese triunfo de la ciencia sobre la vida y de la locura sobre el amor.
H de hartazgo de todo aquello.
H de huida, de intentar esconderse de la tormenta en el bosque, entre los árboles, para caer fulminado por un rayo.
H de hundimiento en el limbo de los justos donde ni se siente ni se padece, sólo se espera.
H de hospital de leprosos, donde la vida es una quimera y la muerte un sueño.
H de humilladero donde se enterraban los restos de los descuartizados en las ejecuciones públicas.
H de historias para no dormir, esos cuentos que alguien creía, que eran la realidad, y sólo eran sufrimiento y paranoia.
H de hipotenusa al cuadrado, que nunca es igual a la suma de los cuadrados de los catetos, porque el camino más recto nunca lleva a ninguna parte, sólo al final.
H de: «Una noche al entrar en la cabina con una vela me alarmé al oírlo decir con voz trémula: "Estoy acostado aquí en la oscuridad esperando la muerte." La luz estaba a menos de un pie de sus ojos. Me esforcé en murmurar: "¡Tonterías!" Y permanecí a su lado, como traspasado.
No he visto nunca nada semejante al cambio que se operó en sus rasgos, y espero no volver a verlo. No es que me conmoviera. Estaba fascinado. Era como si se hubiera rasgado un velo. Vi sobre ese rostro de marfil la expresión de sombrío orgullo, de implacable poder, de pavoroso terror..., de una intensa e irredimible desesperación. ¿Volvía a vivir, su vida, cada detalle de deseo, tentación y entrega, durante ese momento supremo de total lucidez? Gritó en un susurro a alguna imagen, a alguna visión, gritó dos veces, un gritó que no era más que un suspiro: "¡Ah, el horror! ¡El horror!"» (El corazón de las tinieblas.- Joseph Conrad)

viernes, 3 de julio de 2009

Los amantes






















Quisiera amarte, estar contigo otra vez, sonreír y dormirme sintiendo tu corazón. Ahora todo eso únicamente es pasado, ni tan siquiera rescoldos, son las ruinas de una vida tirada por la ventana. Recuerdo tu pelo mojado y el sabor de tu sexo agrietado, entonces el tiempo se había detenido y éramos inmortales, ahora la noche es infinita y cada despertar es una venganza. Ya no hay tiempo para nada, ya sólo nos queda esperar el fin.