domingo, 28 de abril de 2013

Virxilio Vieitez







































































Virxilio Vieitez (1930-2008) llena las paredes de Espacio Fundación Telefónica del 7 de febrero al 19 de mayo en una retrospectiva con más de 250 fotografías, seleccionadas entre 50.000 negativos realizados de 1953 a 1980 por las aldeas de Terra de Montes, en la provincia de Pontevedra.
La cámara enfoca y dispara contra la realidad, inmortaliza la miseria, las ilusiones, los pequeños rincones de alegría y la muerte de todas esas gentes que habitan una España de odio y tristeza. Los personajes aparecen inmóviles como faraones egipcios esculpidos en las piedras del Valle de los caídos o como obispos, señores feudales, mantenedores de que todo siga igual; nadie se mueve, apenas una sonrisa, como la de del capitel tallado en la Cámara santa de Oviedo, que provoca la ira del monje ciego, Borges, en El nombre de la rosa.
El objetivo retrata y arrastra las almas en vida como las muestras de aquellos últimos indios asesinados por el hombre blanco (cristiano). Los ojos miran con asombro al disparador, tienen mas miedo que vergüenza y parece que esperasen algo, tal vez ese paso al paraíso prometido por ser buenos, buenos fieles, buenos vasallos, buenos siervos. Como siempre, como hoy nos quieren: mansos y entregados.

sábado, 20 de abril de 2013

Alex Katz, Summer in Maine










Alex Katz (Brooklyn, 1927) muestra en la Galería Javier López de Madrid un conjunto de sus últimas pinturas en Maine, el verano pasado. Summer in Maine refleja estas vacaciones en su tradicional grupo de modelos: su mujer Ada y sus amigos, también el paisaje que los acoge.
Mi verano se extiende hasta noviembre, que es cuando suelo acabar, ya en Nueva York, los cuadros que empecé en Maine. allí sólo tomo apuntes, de muchas cosas, y luego esos apuntes van evolucionando. Es el propio cuadro el que decide su tamaño final. La luz de Maine me gusta mucho, es diferente, muy diferente a la de Nueva York. Desde la primera vez que fui allí decidí que no quería dejar de verla el resto de mi vida.

De esta manera, como si estuviese haciendo acopio de recuerdos con una cámara fotográfica, Katz plasma lo que le rodea: su familia y su círculo de conocidos y su entorno. El Soho en Nueva York y los paisajes y las playas de Maine en verano.
Esa fue mi intención desde siempre: convertir en universal algo tan pequeño como mi intimidad.


Katz, que dice ser el autentico creador del Pop Art, se caracteriza por su inconfundible estilo realista a caballo entre el cómic y el pop. Sus líneas sencillas y sus composiciones planas, con un unos colores básicos pero matizados, que ocupan grandes lienzos en los que los personajes se abstraen sobre los fondos planos, esto lo lleva, en los años 60, a recortar sus retratos sobre madera con la forma de las siluetas, como si fuesen iconos bizantinos, aunque en vez de santos y reinas pintase los personajes de Antonioni en La noche o en Blow-Up.
Y lo que me ocurrió con Picasso es que estudié su obra mucho tiempo y empezó a parecerme parte del sistema. Le admiraba, pero me di cuenta de que tenía que salir de ahí y liberarme, tomar aire, y pertenecer a mi tiempo, no al suyo. Tenía que dejar su valía como parte de mi subconsciente y que sus formas esquemáticas estuviesen presentes aunque de una forma no opresora.
Como no podía competir con sus genialidades me dediqué a competir con sus debilidades. Picasso no pintó grandes formatos ni paisajes, y yo encontré ahí mi camino para liberarme. También con los temas: dediqué muchos años para pintar sólo las formas de la calle, no era tiempo de hacer bodegones, y tampoco podía superar los suyos. Además, había muchos intentando hacer lo mismo que él.


Cuando en Estados Unidos, a finales de los cincuenta, arrasaba el Expresionismo Abstracto, Alex Katz buscó otra manera de expresarse anticipando el Pop Art mediante un lenguaje personal que aunaba la abstracción bidimensional con lo figurativo y el realismo de posguerra, un estilo que Katz definió como “totalmente americano”.
 ─La abstracción es el drama de mi pintura. Aprendí bajo el ala paternalista de los abstractos, pero en realidad lo que quería era descolgarlos del muro.


Utiliza el gran formato, como los pintores del expresionismo abstracto, y la superficie plana del lienzo en la que refleja la luz, pero también se refiere a los mass media: el cine, la publicidad, el cómic, la fotografía… que le acercan a una generación de artistas más jóvenes. Y no duda en usar colores planos y brillantes para relatar la vida cotidiana de la sociedad norteamericana.
Yo inventé el arte pop y luego otros me quitaron la comida. A finales de los años 50 empecé a pintar fondos planos cuando nadie lo hacía porque quería hacerlo de acuerdo con mi tiempo, y me inspiraba en el cine, las revistas, la televisión. Quería liberarme, hacer algo vivo y para eso debía mirar fuera del arte. Por entonces, no había ningún movimiento pop, éramos muy pocos los que pintábamos así, y entré en contacto con Robert Rauschenberg y Jasper Jones. Quedábamos para cenar y para hablar de pintura porque hacíamos casi las mismas cosas, pero sin preguntarnos, y no había ningún movimiento. Ya entonces ellos pintaban con pincelada blanda, desvaída, y yo marcaba los contornos sobre el fondo plano. Así que, ¿molestarme? Ya soy un hombre mayor...


Sus retratos sus elegantes figuras se han convertido en iconos de la modernidad. No busca el realismo de los rasgos físicos o hacer un retrato psicológico del modelo, los pinta en una única sesión y el personaje nos mira o nos da la espalda con desvergüenza, con familiaridad, lo que nos hace sentir muy cercano al retratado.
Me interesa la poesía. Me gustaba la música en los 50 y la poesía en los 60. Stan Getz, Lester Young, Charlie Parker, Miles Davies, John Ashbery, Kenneth Koch, Frank O'Hara…

La simplificación del paisaje, reduciéndolo a objetos, a plantas, a flores, lo lleva a su mínima expresión mediante una perspectiva bidimensional, pero intensa y poética, aunque carente de melancolía.
Mi obra habla del presente, mi tiempo es el presente. No hay narrativa, no existe pasado. Nada de lo que vemos en ella desaparecerá.












Sus flores recuerdan la grafía de la pintura tradicional japonesa, con su búsqueda de la armonía, en la composición, y del lirismo conseguido a través del color; a la vez que casi se disuelven, de tanto simplificarse, en la abstracción.
En los paisajes, plenos de color, refleja el paso del tiempo como hacía Monet; la repetición de motivos nos recuerda lo efímero de la vida.
Mi pintura es para el tiempo presente, para eso pinto, para el momento. Hay quien lo hace para el mañana y yo para el hoy, como si fuera la música. La pintura es muy técnica, muy remota y mi preocupación es conectarla con el presente. Quiero que suene a jazz. La eternidad sólo existe en el presente.


martes, 16 de abril de 2013

Nuria y Héctor. La nieve


















NURIA: ¿Tienes frío, si quieres te dejo mi cazadora?

HÉCTOR: No, deja. Mira que no traer abrigo.

N: Ya, quién iba a decir que nos iba a caer esta nevada.

H: Una nevada en abril, después de estar a 17 grados la semana pasada.

N: El cambio climático se nos atraganta. Parece el fin del mundo; desaparecemos como civilización.

H: Desaparecemos antes que el euro.

N: Imagínate que fuera cierto que alguien nos dijera que nos quedan dos días, sé que es muy cinematográfico pero ¿qué harías, adónde irías?

H: No sé, probablemente no me movería de aquí. Iría al bar ese donde hay una máquina de música y metería monedas sin parar.

N: Entonces como colofón te daría por cantar.

H: Por correr seguro que no. ¿Tú, qué harías?

N: Ya que estoy aquí en la carretera empezaría a caminar hacia allá, sin dirección, como los esquimales. Me alejaría para verlo todo desde más lejos.

H: ¿Me dejarías aquí solo?

N: ¿No ibas a quedarte en el bar con el jukebox? O mejor podías escribir ¿por qué no escribes una carta de despedida?

H: ¿Y a quién iría dirigida?

N: Una carta de amor dirigida a una amada anónima, a todas las mujeres del mundo en plan amor global.

H: La redacto gratis, entonces.

N: Es algo voluntario, sin contrapartida, como el amor. Un acto romántico para un momento crítico y sublime. Como aquella carta que me escribiste en ese tono en plan vida o muerte, algo que sea demodé, como el amor cortés. Y vas y la dejas en una botella.

H: ¿Y eso tiene sentido?

N: Claro, es la respuesta a nuestra época de incertidumbre y desconfianza. Vas y te despides con una carta, toma ya.

H: A ver cómo lo ves así:
No sé qué piensas, no sé qué quieres ¿Por qué estás conmigo? ¿Acaso soy la última esperanza? Ya sé que es absurdo pero yo te quiero, creo en el amor, no quiero que estés conmigo por utilidad, por relleno. Dime que me quieres, no hagas que sufra (otra vez) otra vez.
Ahora te busco, te busco contra ti, en ti, dentro de ti, absolutamente dentro de ti.
No puedes creer que te amo, porque da la risa, ya lo se…
Pero yo… yo siento profundo, inspiro y trago tu nombre (Hey) Sólo pienso en ti.
Puedes pensar que en la noche solo rebusco entre los recuerdos tu imagen, tu voz, tu cuerpo desnudo.
No sientes esta sensación, este estar bien, este dar…

N: Genial, si llega a leerla alguien, alucina, es tan anacrónica.

H: ¿Tú crees en el amor, crees que puede existir el amor en este tiempo?

N: Pareces un personaje de La rodilla de Clara

H: Sí o no.

N: No sé qué contestar, no me dejas muchas alternativas.
Es tonto seguir pensando en ti, o pensar en nosotros. El tiempo ahora es como el microondas calentando la leche: no hay tiempo. Una película casi dura tanto como un curso del instituto.

H: Y un beso es un año de vida. ¿Piensas que una pareja es como un yogurt bio para hacer tu vida más saludable?

N: Ya no podemos pensar en nada de eso, ya hemos empezado a construir.

H: El amor salva al mundo, eso dicen los evangelistas  en sus furgonetas blancas.

N: Hay muchos tipos de amor. Anda, escribe la carta esa, dale al género epistolar, ya verás en qué se quedan los whatsup.

H: ¿Qué le dice un chico a una chica de 17 años, crees que hablan de amor?

N: No creo que sean tan románticos, no hablarán de promesas ni de cosas de esas.

H: Es que hoy qué van a prometer, las palabras se las lleva el viento y más las del twitter.

N: Se prometen en el viaje de estudios y luego, cuando el autobús dobla la esquina de la parada, ya, ni se conocen, eso sí que es un avance.

H: ¿Hablas de ellas o de ellos?

N: De todos.

H: ¿Y tú me seguirás queriendo igual, sin dinero?

N: Te querría con incisos, a trompicones.

H: Como cuando te encuentras tropezones en la sopa de marisco.

N: Es una prueba dura, lo es.

H: Pues es que ayer me despidieron.

N: ¡Qué me dices!

H: Me llegó la carta del despido. A los interinos no nos van a pagar durante el verano, ya somos menos que nada.

N: Tranquilo, lo teníamos hablado, ya lo suponíamos.

H: Sí, pero del dicho al trecho… No es lo mismo suponer que ver como no entra el dinero en la cuenta. Las facturas van a seguir llegando.

N: Ya sabes, no es más rico el que más, sino el que menos…

H: Y Dios proveerá, no te jode. Tenemos que empezar a recortar gastos.

N: Pues no sé de qué, si no gastamos nada.

H: De ahora en adelante, nada de cine y nada de viajes, y nada de cenas con amigos, y nada de ir a la peluquería; el pelo te lo corto yo, y… me voy a dejar melena.

N: Y nada de vino para comer y nada de comprar libros, y olvídate del periódico de los domingos. Y te dejas barba, que las cuchillas son muy caras.

H: Nos hemos convertido en la auténtica Generación beat, somos como el escarabajo de La metamorfosis, nos despertamos y nos caemos al suelo patitas arriba y no sabemos cómo darnos la vuelta.

N: Nos falta un cantautor que nos sirva de referencia.

H: Sí, pero que tenga 40 años como máximo.

N: Y que viva en una vivienda de protección.

H: O en casa de sus padres.

N: Hacen falta más Violadores del verso y que toquen en las escuelas concertadas.

H: No sé si el paro llegará a dos años, y después qué.

N: Tal vez se acabe el mundo, anda, escribe una frase de esas, de esas de amor, en plan epitafio.

H: No estoy para historias de amor. Recuerdo una vieja pintada en el muro de una fábrica: El odio nos hará libres.


Imagen Natalia Pastor
Texto Roxana Popelka y X-C

jueves, 11 de abril de 2013

Broken stones


Paul Weller.- Broken stones 

Como guijarros en una playa
Pateado, arrastrados por los pies
Como las piedras rotas ─todos tratando de llegar a casa─
Como un perdedor
Demasiado lento y  pequeño para llegar a la cima
Tan perdido y solo, tratando de llegar a casa.

Mientras un pedazo se hace añicos
Otra pequeña parte se pierde
Y lo que más importa, ¿a qué precio?

Como un perdedor
Demasiado lento y  pequeño para llegar a la cima
Perdido y solo, tratando de llegar a casa.

Tratando de llegar a casa
Como las piedras rotas ─todos tratando de llegar a casa─

Traducción X-C