viernes, 27 de julio de 2012

Cóctel Molotov


















Para superar estas largas noches de verano, LLOVIENDO PIEDRAS presenta una nueva sección, una sección de gastronomía y la voy a iniciar con la receta de un sabroso cóctel, el cóctel Molotov, su historia, ingredientes y preparación.

En 1939 Viacheslav Molotov (Comisario del Pueblo para los Asuntos Exteriores de la Unión Soviética), comunicó por radio a la población finlandesa durante la invasión soviética, que el ejercito rojo no los estaba bombardeando sino que les estaba enviando alimentos. 
Los finlandeses bautizaron a las bombas rusas con el nombre de “cestas Molotov” pero añadieron que si “Molotov ponía la comida, ellos pondrían los cócteles”
Este arma fue una de las más empleadas por los héroes españoles frente a las tropas fascistas que arrasaron la nación en los años previos a la II Guerra Mundial.

Para preparar un cóctel Molotov necesitamos de una botella, un trapo, un poco de gasolina y algo de aceite. También necesitaremos de un mechero o una yesca que nos sirva pera prender la mecha. Una vez que hayamos encendido la mecha (el trapo), debemos lanzarlo contra el objetivo, donde al romperse el cristal el contenido se esparce a la vez que entra en contacto con el fuego y se incendia. El aceite hace que la gasolina se adhiera a la superficie contra la que estalla y el efecto sea más duradero.

Agitar y servir muy caliente.

miércoles, 25 de julio de 2012

Mermaid




El río, subiendo el río, o bajando el río.
Xana, ¿qué buscas?
El bosque, perdido en el bosque.
Una cruz, un suicida en un árbol.
Baja la niebla, no se ve, sólo sonidos de la selva: las hojas, un búho silencioso, la madera escarbada por legiones de insectos.
Pisadas entre las hojas, ranas que saltan y un rayo de luz que asoma por entre las copas de los árboles iluminando un pequeño claro con un montículo en el centro, como si fuesen las ruinas de un viejo castro. Suenan allí hogueras de calma y las noches de invierno, y la hierba que brota entre los huesos de muertos.
Escuchamos el canto de las sirenas y campanillas que tintinean como si fuesen estrellas.
El sonido de la guitarra intenta penetrar las sombras, sale el sol.
Rojos, amarillos, negros, manchas de colores como manchas de sonidos; el bosque nos llama.
Aparecen las brujas, los perros aúllan.
Se aceleran los latidos del corazón.
Y me hundo en el lago, en tu busca.
Escapo en tu busca.

miércoles, 18 de julio de 2012

El boxeador



Golpeo en silencio, concentrado bailo, golpeo. Se de la suerte y que no hay nada de ella en mi. Golpeo las sombras, me agacho, me escabullo deseando no estar. No se donde está la vida y porqué no contó conmigo. Ahora sólo tengo que soñar, sueños que no son más que pastillas de veneno. He luchado contra todos, me he levantado con cada golpe y ahora me estremezco con tus caricias, se del tiempo que se fue y se de todas aquellas cosas que ya nunca volverán. La vida, maldita, me escupe y yo no hago más que odiarla. No encuentro las razones, tampoco ahora las busco, golpeo al vacío, a ese cada vez más gris recuerdo. Siento, sólo siento y bailo con un quintal de carbón en cada pierna. La cabeza no ve mas allá de las sombras y por eso no importa que cierre los ojos. Los puños me golpean como si fuesen piedras y no queda nada que no sea la muerte y la decepción.