lunes, 29 de octubre de 2012

Nuria y Héctor















Nuria y Héctor acaban de hacer el amor.
Héctor se levanta, va al cuarto de baño.
Nuria se prueba los pantalones de Héctor, le quedan grandes, también se prueba su camisa.

Héctor entra en la habitación y la descubre mirándose en el espejo del armario con su camisa roja, se ríe con la felicidad que le da el verla sonreír en el espejo. No hacía mucho que se habían conocido, pero el tiempo se había detenido. Se abraza desnudo a ella y le da un beso en la nuca, ella le empuja hacia atrás y caen en la cama. Se entabla un pequeño combate que acaba en tablas cuando se vuelven a besar.
Ya es tarde, se abrazan y él le habla al oído:

HÉCTOR: Cuánto tiempo he soñado esto. (Le acaricia despacio un pecho, mientras le susurra) Cuando era niño nunca pensaba en las mujeres, perseguía indios y vaqueros por la calle, y daba patadas a un balón todo el tiempo, luego empecé a leer aquellos tebeos y después los comics de aventuras y los libros de piratas, ahí siempre aparecían mujeres, eran guapas y luchadoras, también las había malas, como Milady de Winter. Ahora estoy contigo y me siento como si estuviese dentro de una de aquellas aventuras.

—Lo veo un poco ñoño, no me acaba de convencer. Vamos a intentar comenzar de otra manera. ¿Hablamos de lo mismo, verdad? De dos personas de unos 35-40 años que llevan poco tiempo juntos y no creen en el futuro. Ya sabes, todo ese rollo de la imposibilidad de las relaciones en un mundo finito.
¿Qué te parece esto?:
imágenes Natalia Pastor

Después de besarse y tal y tal, como habías descrito, Nuria se sienta en una silla al lado de la ventana.

NURIA: ¿Qué es lo que buscas en mi? Siempre prefieres hablar de otras cosas, de tus amigos, de tus amantes. Tienes la cabeza llena de ideas que no acaban de explotar.

HÉCTOR: Quizás el problema sea ese; que sólo son ideas, ninguna realidad.

N: Es difícil saber qué hacer con todo lo que nos han vendido.

H: Por eso las ideas ya no sirven son una manera de escapar como otra cualquiera.

N: Eres demasiado teórico, así no se avanza.

H: Si, eso es fácil para ti que lo tienes todo tan organizadito.

N: No te equivoques, soy práctica, nada más.

H: Entonces si eres tan práctica por qué estás conmigo.

N: Ah, ¿estamos juntos?

H: ¿Y como llamarías a esta relación?

N: Asistencia mutua.

H: Socorro Rojo.

N: Te comportas como un moderno autosuficiente. Este es un juego de suma cero, no te olvides.

H: Ya no somos capaces de ver más allá de nuestras narices.

N: ¿Por qué no dejamos de mirar a través de los ojos de los demás?

H: Lo que piensen los demás no me importa. Lo que busco está en ti.

N: ¿No me digas que quieres volver a jugar a las casitas otra vez?

H: Sólo de pensarlo se me ponen los pelos de punta.

N: ¿Entonces, qué  quieres?

H: Volver a creer que esto puede merecer la pena.

N: Tenemos que cambiarlo todo, esta base no nos ha servido.

H: Es lo que nos vendieron; los papas, las mamas…

N: Oye por qué no cenamos, tengo hambre.

H: Tú siempre tienes hambre.

N: Es una forma de hablar, no quiero ponerme trascendente con esto.

H: ¿Con qué?

N: Con nosotros.

H: Vamos a cenar, pero luego no digas que soy yo el que no quiere hablar.

—Ese es el típico final propio de un tipo poco comunicativo que quiere dárselas de lo contrario, resulta un final evasivo, poco creíble.

—Naranjas de la china, eso es supercreíble, pasa en todas las casitas y en este momento lo están pronunciando un montón de mujeres a sus mariditos. Y la que se evade eres tú, que te vas a cenar.

—No me convence, tampoco se trata de un final.

—Claro que no, no sé porque dijiste que era un típico final si sólo es el comienzo de la historia

—Lo dejamos así y mañana vemos.

—Vale, seguimos mañana.


Nuria y Héctor escrito por Roxana Popelka y X-C
Con la colaboración estelar de Natalia Pastor en las imágenes-foto-cuadro-dibujo-viñeta-ilustración.

viernes, 26 de octubre de 2012

Sweeney Agonistes



Tríptico inspirado por el poema de T. S. Eliot “Sweeney Agonistes”

Óleo sobre lienzo, 198 x 147.5 cm.
1967
Hirshhorn Museum and Sculpture Garden, Smithsonian Institution, Washington D.C.

El Tríptico pintado por Bacon en 1967 está basado en el primer drama poético escrito por T. S. Eliot, publicado en forma inconclusa en 1932 y representado por primera vez en Londres en 1934.
Anteriormente, en 1923, Eliot había publicado un ensayo, The Beating of a Drum, donde relacionaba rito y ritmo y donde buscaba describir la vida moderna, “el tipo de gente que vive en apartamentos amueblados”. Esto lo lleva a la práctica en Sweeney Agonistes añadiendo al recitado de los actores, los golpes de un tambor que provocaban malestar entre el público, que intuía un peligro inminente.

Quería conseguir una representación ritual más cercana al teatro oriental que al realismo del teatro de su época, mientras sus diálogos intentaban expresar lo impersonal e inhumano y mediante la reiteración, que anticipa el teatro del absurdo, intenta sacar a la luz los deseos y las angustias escondidas bajo la vida cotidiana.
Nunca pudo completarlo porque cada vez que lo intentaba le “invadía la angustia” y así la noche de 1948 en que le concedieron el Premio Nobel de Literatura «por su contribución sobresaliente y pionera a la poesía moderna», cantó borracho, como una letanía, el monótono estribillo de Sweeney Agonistes: “Birth and copulation and death/ That’s all, That’s all, that’s all, that’s all…

SWEENY: ¡Te comería!
En un sabrosito, blanquito, suavecito, tiernecito
Jugosito, estofado misionero.
Mira este huevo
Mira este huevo
Esto es la vida en una isla de cocodrilos
No hay teléfonos
No hay gramófonos
No hay autos
Ni de dos asientos, ni de seis asientos,
Ni Citroen, ni Rolls-Royce
Nada de comer excepto la fruta tal como crece.
Nada que ver excepto las palmeras de un lado
Y el mar del otro lado,
Nada que oír excepto el sonido de la marea.
Absolutamente nada excepto tres cosas
DORIS: ¿Qué cosas? 
SWEENY: Nacimiento, y copulación y muerte.
Eso es todo, eso es todo, esto es todo, eso es todo
Nacimiento, y copulación y muerte.
DORIS: Me aburriría.
SWEENY: Te aburrirías.
Nacimiento, y copulación y muerte.
DORIS: Me aburriría.
SWEENY: Te aburrirías.
Nacimiento, y copulación y muerte.
Son los únicos hechos cuando llegas al fondo:
Nacimiento, y copulación y muerte.
He nacido, y una vez es suficiente.
Tú no recuerdas, pero yo recuerdo
Una vez es suficiente.

En la primavera de 1927 Bacon marcha a París, donde permanecerá un año; allí descubrirá La masacre de los inocentes, el cuadro de Poussin que lo obnibulará y del que dirá que es “quizá el mejor grito humano jamás pintado”. “Para Bacon —escribe su biógrafo Michael Peppiatt— el grito significaba una liberación de las tensiones y se convirtió en el epicentro de su pintura.” Peppiatt también cuenta que en esa época, Bacon subía con frecuencia a el Train Bleu, el expreso nocturno entre Calais y la Riviera francesa que en Los felices años veinte acarretaba pasajeros ricos y famosos como los de Suave es la noche (“un atormentado retrato de opulencia destructiva e idealismo malogrado” según escribió desde el psiquiátrico Zelda, la esposa de un alcoholizado Scott Fitzgerald).
Estos vagones también inspiraron en 1924 a Sergéi Diaghilev la creación de un ballet, con argumento de Jean Cocteau y vestuario de Coco Chanel; y una novela de Agatha Christie (El misterio del tren azul, 1928) y una teleserie (Le train bleu s’arrête 13 fois, 1965-1966).

Bacon llevó el tren que “conocía muy bien por dentro” al panel central del Tríptico basado en Sweeney Agonistes. El pintor se sirve de un soporte medieval, el tríptico, donde se plasmaba una narración bíblica a los siervos, pero Bacon no utiliza el tríptico a la manera de un tebeo, formado por tres viñetas que hay que leer consecutivamente, sino que lo hace como si fuese el invento de las tres pantallas creado por Abel Gance en "Napoleón", las narraciones transcurren a la vez y lo que hace el tríptico es encerrarnos en la historia, meternos en el vagón.
Las tablas laterales están ocupadas por personajes creados por T. S. Eliot: a la izquierda las busconas Doris y Dusty, caracterización de las Erinias a las que Orestes menciona en los versos de Las coéforas que abre Sweeney Agonistes; a la derecha hay tres figuras, una de ellas se refleja en un espejo hablando por teléfono y podría ser Sweeney o incluso Eliot, con sus gafas y su corte de pelo con raya al medio. En el corazón del Tríptico no hay nadie, solo un batiburrillo de ropa ensangrentada entre la maleta abierta y la luz de la noche en la ventana; “hasta el neceser, con los minúsculos dientes de la cremallera perversamente entreabiertos —describe Peppiatt—, se derrama con energía demoníaca”.
La escena muestra un acto violento ya cometido, es la recreación de un famoso crimen sin resolver ocurrido en la segunda mitad de los años veinte, justo cuando Francis Bacon se hallaba en París: un compartimiento del Tren Azul apareció lleno de sangre pero nunca fue encontrado cadáver alguno, como si se tratase de un cuento de Poe.

A finales de los sesenta Bacon encarga en Nueva York una serie de fotografías sobre luchadores, como las instantáneas realizadas por el pionero de la fotografía Eadweard Muybridge en el s. XIX, que documentaron el movimiento de hombres y animales. De aquí surge su interés por hacer series y también del libro Positioning in radiography que muestra las posturas que hay que adoptar para tomar rayos X y las radiografías resultantes. En la entrevista que le hizo David Silvestre para el libro La brutalidad de los hechos explica Bacon: “En realidad, Miguel Ángel y Muybridge se entremezclan en mi mente, y puede que haya aprendido de Muybridge respecto a las posiciones y de los dibujos de Miguel Ángel respecto a la amplitud y la grandeza de la forma, y me sería muy difícil liberarme de la influencia de ambos. Pero como la mayoría de mis figuras corresponden a desnudos masculinos, estoy seguro de que me ha influido el hecho de que Miguel Ángel hiciese los desnudos masculinos más voluptuosos de las artes plásticas”.
Cuerpos en lucha, carnes retorcidas que sirvieron como base para muchas de sus pinturas. Consiguió de esas fotografías todo un catálogo de posturas anatómicamente adecuadas a sus dramáticas composiciones.
Seguro que Bacon dirigió las sesiones y les indico las posturas que debían adoptar y fue al que se le ocurrió ponerles los gorros de baño en la cabeza para dar más brutalidad a los personajes. Los luchadores no están jugando, más bien parece que intentan hacerse daño. La lucha se convierte en encarnizado encuentro sexual sobre la tarima, donde el hombre es hombre, porque no tiene que reprimirse y su primigenia alma de fiera es libre. “Le gustaban los hombres bastos, gruesos, brutales” cuenta el galerista Michael Hoppen. Pero Bacon no pintaba a partir de las fotografías, sólo pintaba a las personas que conocía bien, lo que hacía era darles la anatomía de los cuerpos que aparecían en las fotografías.

Pintor autodidacta no fue a ninguna Academia de Bellas Artes, recorría los bares y se refugiaba en el cine, le apasionaba El acorazado Potenkin (1925) y el grito de la mujer en la escalinata de Odessa le producía ensoñaciones que el trataba de plasmar “inútilmente” en sus cuadros.
Sus referencias literarias o artísticas tienen en común su sentido trágico, de catarsis y conmoción. Nos coloca delante de ceremonias cuyo contenido desconocemos, como las crucifixiones o las tauromaquias; y nos enfrenta al choque que se produce entre el barroquismo de unas figuras violentadas, lo que acentúa con el tratamiento al que somete la materia pictórica, manipulándola hasta con sus propias manos, arrojándola sobre el lienzo. Bacon lleva las figuras a su máxima distorsión, hasta el límite en el que puedan ser reconocidas. En cambio el escenario donde habitan es sobrio y geométrico, con unos mínimos elementos de atrezo que nos sirven como puntos de referencia entre el vacío de sus tintas planas en color, estos objetos hacen que podamos reconocer nuestro mundo cotidiano, “ser capaz de poner una trampa para captar el hecho en su punto más vivido”. De esta manera asistimos como espectadores a escenas trágicas, en las que no podemos participar, ni podemos detenerlas, solo las contemplamos con asombro y horror.
Su gusto por presentar los cadáveres abiertos en canal procede de Rembrandt y los pintores barrocos holandeses del s. XVII. El contraste entre el escenario limpio y asfixiante, y las figuras, mutiladas o masacradas, produce el intenso efecto dramático del conjunto; aunque también vislumbramos cierta poética, un reflejo del automatismo surrealista.

“Utilizo las fotografías solo para que me recuerden sus rasgos, para revisar mi recuerdo de ellas, como se utiliza un diccionario, en realidad”. “Quizá se deba sólo a mi propio sentido neurótico, pero me resulta menos inhibidor trabajar a base de los recursos y las fotografías que tenerlos realmente sentados ahí delante de mí. Prefiero estar solo. Con su recuerdo”.
Sitúa los cuadros sobre todo los trípticos en una especie de habitación de estructura muy simple. Como si fuese un escenario para un teatrillo. Las fotografías hacían las veces de bocetos. Cuenta John Richardson, biógrafo de Picasso: “En lugar de trabajar con el modelo posando para el cuadro, Bacon le pedía a su compañero de borracheras gay John Deakin que tomase fotos desnudas a las mujeres a las que pensaba pintar. Deakin disfrutaba mortificando a sus victimas y luego vendía esas fotos a los marineros por tres chelines. En cierto sentido los retratos de ellas eran autorretratos.”

Bacon tenía una relación sadomasoquista con Meter Lacy, su amante, su amigo, su eterno compañero de borrachera decidió quitarse de en medio en Tánger en 1962 bebiéndose el desierto, “una especie de suicidio”, “fue el único hombre al que he amado”. Su siguiente amor fue más victima que verdugo, George Dyer, un caco del East End tan bebedor como el maestro y que consiguió suicidarse después de tres intentos en 1970.
“Tengo voracidad de vida y soy voraz como artista”.
Pintaba los trazos directamente sobre el lienzo o sobre fotos o recortes que llenaban su taller. “Yo vivo en lo que podría llamarse una inmundicia dorada”, su estudio en Londres, reconstruido pieza a pieza, en el año 2001 por un equipo arqueológico en Dublín, era una sucesión de estratos formado por 570 libros y catálogos, 1500 fotos, 100 lienzos acuchillados, 1300 hojas arrancadas de libros y unos 2000 utensilios y materiales de pintura…

No soportaba que se calificase a su pintura como expresionista, el expresionismo es un arte idealista ya que transmite las emociones o las ideas del pintor sobre lo retratado, parte de una idea previa. En cambio Bacon decía de su pintura que era “un intento de captar la apariencia con el conjunto de sensaciones que esa apariencia concreta suscita en mí”. De esta manera acoge a la figura humana como el tema de sus cuadros buscando producir un profundo choque en el espectador rompiendo los moldes de la conveniencia a favor de la experiencia de lo real. Por tanto Bacon no es un pintor expresionista, Bacon es absolutamente realista, un realista moderno que arranca del Picasso surrealista que pudo contemplar en la exposición de París en 1927 y cuyos ídolos eran Velázquez y Goya; y todo lo que pinta es la puta realidad, ese sitio en el que nacimos, y copulamos y morimos.

sábado, 20 de octubre de 2012

William Blake




















William Blake (1757-1827). Visiones en el arte británico
CaixaForum Madrid
Del 03/07/2012 al 21/10/2012

“La mente puede hacer del infierno un cielo y del cielo un infierno", escribió John Milton en El paraíso perdido; el rapsoda inglés, ciego desde 1652, dictó a sus hijas los más de diez mil versos del poema publicado en 1667. William Blake dijo sobre él: "Si escribió con trabas sobre Dios y los ángeles y con libertad absoluta sobre Satán es porque fue verdadero poeta y aunque no se diese cuenta, partidario del diablo".

William Blake nació en Londres en 1757 y se dedico tanto a la pintura como a la poesía. Fue radical y visionario en política y en religión, esperando una revolución de la conciencia humana. Su protestantismo defendía la conciencia individual. Consideraba el catolicismo como una perversión del cristianismo, en el que el ceremonial, la jerarquía y el apego a lo mundano eliminaban la fe personal. Su enfrentamiento constante con los dogmas sociales y religiosos, a la vez que su pelea con los dirigentes de la Royal Academy le impidieron alcanzar en vida el reconocimiento que obtuvo tras su muerte.
Fue un artista total que abarcó todos los campos del saber y que intentó cambiar la sociedad británica.


Más de ochenta obras de la Tate Britain de Londres componen está exposición, donde se ven reflejadas las mitologías, fantasías y delirios de un autor visionario.
También podemos descubrir alguna de las obras de sus sucesores inmediatos, los simbolistas victorianos y los primeros románticos; llegando su influencia hasta el poeta Allen Ginsberg que se consideraba su heredero.

Además de sus cuadros, grabados e ilustraciones para libros, la principal actividad artística de Blake fue la elaboración de libros de profecías, donde aúna textos e ilustraciones gracias a una técnica diseñada por él mismo.
Buscaba abarcar la historia completa de la humanidad desde la Creación hasta la Redención, Jerusalén, la emanación del gigante Albión fue el primero de estos libros, cien páginas abarrotadas de texto y dibujos.

En los años veinte del s. XIX, cuando su carrera decaía, el pintor John Linnell, lo recató del olvido haciéndole abandonar el rutinario trabajo de copista de grabados, ofreciéndole un encargo digno de un artista lleno de imaginación.

Primero fue Ilustraciones del libro de Job con veintiún grabados que tuvieron gran éxito, en 1824 le ofrece otro trabajo, la Divina Comedia. Un encargo de cien acuarelas reunidas en un volumen infolio. Una obra titánica para un hombre anciano. Un pintor de la época, Samuel Palmer, cuenta su visita al maestro: “Lo encontramos en cama, incapaz de moverse, después de haberse escaldado el pie (o la pierna). A pesar de sus sesenta y siete años, no estaba inactivo, trabajaba arduamente sobre un lecho cubierto de libros, sentado como un patriarca de la Antigüedad o como un Miguel Ángel moribundo. Así, sobre las páginas de un gran libro, ejecutaba los más maravillosos dibujos inspirados en Dante (para nada su superior). Decía que los había comenzado con un gran sentimiento de temor”.
Admiraba al Dante poeta pero no estaba de acuerdo con sus creencias aunque también criticaba al poder de la Iglesia. Creía que “Dante era un ateo, un simple político preocupado por los asuntos de este mundo como lo fue Milton hasta que en la vejez, se acercó a Dios que ya había frecuentado en la niñez.”
Blake rechaza a los poetas de la Antigüedad, como Homero, por su paganismo. Escribe en la ilustración número 7: “Todo en la Comedia de Dante muestra que, con fines tiránicos, hace de este mundo el fundamento de todo y de la naturaleza su diosa, en lugar del Espíritu Santo”.

Murió el 12 de agosto de 1827, tras tres años de trabajo sin conseguir acabar la serie, ciento dos dibujos y acuarelas. Allí están todas las etapas de la elaboración, desde bocetos hasta páginas terminadas. Aún siendo simples ilustraciones son extraordinarias. Estaba en su apogeo creativo y era capaz de hacernos entender las complicadas escenas repletas de personajes.
El artista visionario diseñó un universo mítico lleno se fantasía, inspirado por la elevada elegancia del gótico inglés y por la fuerza de las colosales figuras de Miguel Ángel. Utilizando líneas claras y llenas de fuerza, pintadas con sus personales colores consigue reflejar el eterno combate entre el bien y el mal, que caracteriza la vida y la muerte.

“La imaginación no es un estado: es la existencia humana en sí misma”.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Dérmico I


Dérmico I, Natalia Pastor

He volado tan alto, he subido a lo más alto, me he dicho lo que no me han dicho, me he escondido entre las nubes y algunas noches me he refugiado en la orilla de tu regazo. Ahora el tiempo ha venido a buscarme, no me ha preguntado nada, no ha pronunciado ninguna palabra, tan solo me ha mirado con sus ojos de muerto y me he mareado al mirar, me he visto a mi misma de niña corriendo entre las fábricas, oliendo las vacas, escuchando las palabras de las ancianas. He mirado como me calzaba las katiuskas para ir a la escuela, como colaba la leche para tomar el colacao, como lloraba cuando me caía de la bici y sangraba por las rodillas. Me he visto desnuda en la cama, en verano, cuando soñaba contigo, han pasado muchos días ya, años, y me veo vistiendo a mi hija, me veo hirviéndole la leche para que tome el colacao y escucho palabras de vieja que ahora son mis amigas, soy yo quien le digo cosas a mi hija, y quien espero sentada en la salita a que él llegue. La casa que antes me parecía tan grande ahora me parece pequeña y sin luz, y aunque sigo jugando al escondite ya no me gusta hacerlo, tampoco me gusta cuando siento cuando llegas a casa, ni cuando me escondo en el baño para no tener que darte un beso cuando te marchas. Tampoco me gusta coger el teléfono y oír a mi madre como si fuese de otro planeta repitiéndome las mismas cosas que me repetía cuando yo era pequeña, aunque ya no me habla de padre y de cómo la hacía sufrir. Cuando me escapo entre las nubes a veces miro hacia abajo y veo como van a trabajar y como muchos otros se quedan en las plazas. Yo también estuve allí, viendo pasar los días como si no fuesen míos, como si yo no fuese la que allí estaba, entre ellos sin hacer nada, no había trabajo, eran días de esperar, sólo esperar, ahora que pensé que aquello había terminado ha vuelto. Vuelvo a ver cada vez más gente en las esquinas, compañeros que ya no tienen donde ir, y hombres y mujeres que se ven acabados a mitad de la vida y cada vez más jóvenes que ni siquiera han empezado.
Cuando llueve las nubes se desinflan escupiendo un polvo gris sucio por todo el pueblo, es como si el cielo nos devolviese la tierra que le quitamos a la Tierra y así nos erosionamos unos a otros, rascándonos la piel, quitándonos lo que no tenemos, queriendo ser lo que no somos.



martes, 16 de octubre de 2012

Desmembrado y recompuesto



Conocí a Batania en La esquina del zorro, una librería de Vallecas, me lo presentaron justo antes de oírle recitar un prólogo neorabioso a "Mi padre, el rey", el libro de poemas que Gsús Bonilla escribió a la muerte de su padre. Todavía resuena su voz en mi cabeza.

http://neorrabioso.blogspot.com.es/2012/10/prologo-neorrabioso-mi-padre-el-rey-de.html



martes, 2 de octubre de 2012

La autoescuela













foto X-C





Me tenía frita a mensajes, ya no sabía que hacer, todas las noches igual, ya no aguantaba más y encima tenía que ver a aquel niñato todos los días en la academia. ¿Pero a quien maté yo?

Rosa apenas llevaba un mes dando clase en la autoescuela, llevaba tiempo preparando las oposiciones a profesora de secundaria, así que le venia muy bien el dinero. Este verano era la primera vez que conseguía un empleo. Estaba ilusionada porque ese trabajo la hacía respirar al conseguir unos ingresos, que aunque pequeños, la ayudarían a pagar los gastos del piso de estudiante, las cosas se estaban poniendo difíciles en casa y ya empezaban a protestar de que todavía no hubiese empezado a trabajar o al menos de que hubiese echado novio. Así que este parche le venia muy bien aunque no la hubiesen asegurado y trabajase diez horas diarias por la mitad del sueldo del que trabajaba en su puesto el resto del año. Pero lo que no podía imaginar era lo de aquellos mensajes, cada noche la misma historia. Primero no sabia quien era pero ahora ya lo tenía claro, era el mongolín de Santa Eulalia, un pueblo de la montaña del que bajaba todos los días para ir a la autoescuela. Ya era la segunda vez que lo intentaba y su madre ponía mucho empeño en que sacase el carné, así la bajaría a ella al pueblo y la llevaría también a la capital cuando hiciese falta arreglar algún papel o ir de visita al hospital. Pero el chaval era faltoso, se ve que le faltaba un hervor.

¿Y ahora que voy a hacer yo? Y pensar en lo contenta que estaba. Todo fue porque un día cuando ya no quedaba nadie, al recoger la clase, antes de cerrar, él se hizo el remolón y me dio un beso a traición. Yo me quedé tan alucinada que no hice nada, no supe reaccionar y entonces me metió la lengua hasta el píloro, me quedé con los ojos abiertos como dos platos, pero no hice nada. Y ahora mira, vaya panorama que me espera. Y venga el tío, raca que raca, ¡será cabrón! Pero no ve que me está molestando, que yo no quiero saber nada de él.

Ya había pasado un mes y el chaval seguía mandando mensajes, se ve que le había cogido el gusto a la literatura, y todas las noches, a eso de las dos, le mandaba un mensaje a la chica, se nota que estaba enamorado.

Ke te pasa n kieres hablar kn migo yo me kiero enroyar kn tigo anda aunke sea un vez anda xfa wapa

Lo ke me pasa ye ke t n kieres estar kn migo n t kedas asta las 7.30 y n traes falda ni un buen tanga pa dejarme tookartelo todo y komertelo toda y si t kieres koomerme algo t dejo nada mas de pensar en ti me enpal... Todo jajajajajajajaja wapa bss

Ke oi ire yo solo a la autoescuela tengo ganas d tar kn tigo a sola tu y yo pa komerte desd las rodiyas pa riva i tu ke

Si apruevo tengo ke acer el amor kn tigo o n kieres porke yo toi deseando y nuestros kuerpos desnudo komiendonos todo desd el kojin pa arodiyase asta riba t ke opinas