Entre las nubes
en los valles inocentes
en la altura donde el sol quema
junto a las puertas que se cierran
en los caminos cegados
en aquellos pequeños sitios
donde tu ya no estabas y te olía
En los rincones donde te había visto envejecer
en las gotas de lluvia
calientes como tus lágrimas
En las afueras, donde nada crecía
allí estaba
siempre solo
en silencio
de rodillas, entregado a tí
como una plegaria
en silencio.
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