domingo, 28 de marzo de 2010

El rincón



















foto Francesca Woodman


¿Qué diferencia hay entre estar vivo y
no tener cerebro?
¿Qué diferencia hay entre no sentir y
estar muerto?
¿Qué diferencia hay entre estar vivo y
estar en el infierno?

El rincón en el que te tiras
esperando los palos ¿es el principio
o es el fin?
Cuando las lágrimas ya no ruedan
sino que fluyen como el mar ¿dónde
estamos? ¿Que precio tiene esa parte
de la vida? Cuando el dolor no
es medible ¿dónde está el infierno?
En el rincón.
Mi amor, ¿dónde está? en el rincón,
en el sueño profundo.



















foto X-C

4 comentarios:

  1. Un amigo me regaló ayer por la noche estas palabras: «No hay más cielo ni más infierno que nosotros mismos. La visión que poseemos del dolor y el valor que le asignamos en nuestras vidas es posiblemente lo que más daño nos haga. "El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional".»

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  2. Sabias palabras.Comprender eso e interiorizarlo,y llevarlo a la práctica,es díficil,y duro,pero es el modo de evolucionar,avanzar.No podemos dejar que el dolor nos paralice,eso,como dice tu amigo,depende de nosotros mismos.Del mismo modo la belleza,la alegría,existen.Ser feliz es opcional.

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  3. Me encanta que alguien ponga a Ethan Edwards como uno de sus ídolos. Esa imagen qea hay en tu blog, cuando presiente que Marta está muerta. Representa el cine en estado puro. Felicidades.

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  4. No es cine, amigo, es la puta vida en estado puro. Ese fotograma representa a un hombre que ha vuelto de la muerte para encontrar la vida y sólo encuentra muerte y destrucción, el único camino que le queda es el de la venganza y él lo sabe. Es un personaje homérico mandado por los dioses a vengar a los muertos y a destruir a los vivos. Su vida está llena de sentido, tiene una meta y nada le detentrá: "La encontraremos, como que la Tierra gira, te juro que la encontraré" En los momentos duros, siempre me ha ayudado esta frase de Ethan, siempre lo sentí como si fuese un padre que nunca quise y que tras su muerte, con el paso del tiempo, se iba agrandando su figura dentro de mí.

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