sábado, 5 de marzo de 2011

Diario de Diane 4

Le he dicho que sí, ¿y ahora qué?, esto es un infierno. ¿Qué me pongo yo mañana? Las rebajas ya se acabaron y hace tres meses que no plancho una camisa, porque no voy a ir en camiseta, claro, ni mucho menos en jersey para parecer un jubilado. ¡Vaya movida!, le pregunto y dice que ponga la chaqueta negra, que estaba entrañable, que mierda sera eso de entrañable, que me confunde con su abuelo o que ya está pensando en dejarme y decirme lo de "te tengo un cariño muy especial", cuando ni todavía nos conocemos, ¿a saber lo que piensa esta?, pero que va a pensar sino para de escribir, no le da tiempo a pensar, debe tener chinos escribiendo en el sótano de su casa porque sino no se entiende, yo aquí todo el puto día pensando para hacer una entrada de diez lineas y ella escribe dos folios en treinta segundos.
Si pongo la americana negra iré demasiado formal, muy serio, demasiado de vestir para la mañana, pero si pongo la marrón pareceré un profesor, más aburrido todavía y si pongo la de raya diplomática ni te cuento. ¿O será mejor que vaya en plan tirao y no me afeite ni nada y lleve una chupa y los pantalones rotos? ¿Y si llevo la parka verde?, esa de mod reciclado, pero entonces que pongo debajo, ¿una camisa o una camiseta? ¿Y ella como vendrá vestida? Porque claro, si viene en plan guay como voy a ir yo en vaqueros. Pero con lo loca que es lo mismo viene vestida de Annie Hall, con corbata y chaleco, entonces si que echaría a correr. ¿O vendrá como van ahora todas, con esas botas de montar y el pantalón de husar, que parece que nos invadió Napoleón otra vez? ¡La virgen!, si ella dice que estoy bien con la chaqueta negra pondré la chaqueta negra, pero... y si es mentira y sólo lo dice por halagarme, porque ya se sabe que las mujeres mienten con absoluta naturalidad. O sea, chaqueta negra, ¿y debajo?, no voy a poner la camiseta negra de costumbre, ni menos la roja de los partidos del Sporting. Mejor una camisa, pero es que con esta chaqueta no me pega ninguna. ¡Joder treinta camisas y no hay una que combine! ¿Y si pongo la chaqueta gris con la camisa estampada que me gusta tanto? No, que el gris se me pasa a la cara y parezco mas triste todavía. Voy a tener que poner una camisa blanca, pero eso es muy impersonal. Tengo que ir de compras no me queda otra, pero ya no hay tiempo, ¡esto es un infierno!, ¿Y pondré los vaqueros o los pantalones negros?, así pareceré un enterrador, pondré los vaqueros y por encima la parka verde. No, que no pega, tendré que poner la trenca gris, ¡pero por qué compro la ropa gris con lo mal que me queda! ¿Y los zapatos? ¿pondré los de cordones, o las botas negras Oxford? No, pondré las botas nuevas de bombero, para dar un toque masculino (¿que será eso?) pero a demás... a Diane lo que le gusta ¿no es el arte y la literatura? Sí, tengo que cambiar de gafas y poner las viejas de Armani de concha marrón. ¿o pondré las lentillas? No, que se me ven las ojeras. ¡Dios! ¿Iremos a comer o con lo del museo tendrá bastante y ya no querra saber nada más de mi? Como me ponga a soltarle el rollo cultureta estoy perdido, seguro que pone cara de boba extasiada y me dice lo inteligente que soy y ya no quiere venir a comer conmigo. No, lo mejor es que pase de los cuadros y le diga lo guapa que esta y utilice la táctica gallega de preguntarle que le parece este cuadro y este otro y el de más allá. Si, pero como pasemos por delante del Zurbarán yo no voy a poder callar (el caracter es el destino). ¡Mierda!, mejor no vamos al museo y quedamos ya en el restaurante. ¿Pero qué restaurante, qué tengo que elegirlo yo? A saber lo que le gusta a esta mujer, pero con la pinta que tiene, no creo que se conforme con una hamburguesa del cubano (Una con beicon y queso, chico) Paso, el restaurante lo tiene que elegir ella que es la que tuvo la idea, pero... y si es una encerrona. ¿Y si vamos a una sidreria? Ahí estoy como pez en la sidra, podría hablarle de la sidra, de manzanos, de lo mal que escancian los ecuatorianos, de la temperatura... Ya, pero es muy cutre y ella se ve que es toda una señora. ¿Y adonde me llevará?, y tendré que pagar yo, claro, como dios manda. No, porque entonces pensará que soy un machista, pero no va a pagar ella, porque entonces pensara que soy un jeta. ¡Puff!, tenemos que pagar a medias, ¿pero que lo voy a decir: pon tu parte, nena? Joder, vaya lío, es mejor dejarlo, le dire que me torcí un tobillo jugando al pádel, y tuve que ir al médico y no puedo verla. Cagón, que eres un cagón. ¡Cómo no vas a ir! Pero entonces, ¿qué me pongo?

Primera cita ¿qué me pongo?
29 de febrero
Ya está. Se lo he dicho. Bellas Artes. Ahora queda concretar la hora y si vamos a comer o no. Bueno, si él va a comer o no, porque yo, seguro que no salgo viva del Bellas Artes. Si saliese viva, iríamos a un restaurante italiano, muy acogedor y romántico, donde yo intentaría resumirle mi vida y milagros, todo muy atropelladamente, casi sin respirar, (hablo igual que escribo), razón por la que en esa comida no comería yo nada, que ya tengo mucha experiencia. No, no es que yo vaya por ahí habitualmente comiendo con bloggers, pero en todas las bodas familiares acabo siempre sentada con cualquiera de mis tías abuelas solteronas, a las que no veo desde la primera comunión y, antes del postre, les tengo que poner al día, porque quieren saberlo todo, (fundamentalmente mi vida sentimental que es la que más les interesa, por lo de los pecados que ellas nunca cometerán), razón por la que siempre me queda todo frío y no como nada de nada. A X-C, en esa comida también tendré que ponerle en antecedentes, para liberar mi conciencia, por los pecados que he cometido y por los que me encantaría cometer con él, lo cual va a ser como una terapia psiquiátrica, pero sin pagar. Bueno, pagará él, no la comida, que iremos a medias (la crisis acaba de empezar), sino la terapia psiquiátrica suya, que tendrá que hacer después, seguro, por mi causa. No, ¿qué digo? ¡si no llegaremos al postre! mucho antes, saldrá corriendo, para caer en brazos de cualquier seguidora que tendrá una vida mucho más normal que la mía. Porque ahora que sus seguidoras se han enterado por el blog que a X-C le persigue una mezcla de Audrey Hepburn y Madame Curié, están muy interesadas en rescatarle de mi misma. No me extraña, lo comprendo perfectamente. Aprovecho para decir que me encantaría verdaderamente ser vecina de X-C y ponerme a cantarle Moon River en el alféizar de mi ventana, todo el rato, sería un sueño, siempre quise cantarle esa canción a alguien y en esa foto sí que nos parecemos ella yo un montón, estamos igualitas.

Céntrate, céntrate, que la cita es mañana, ¡¡¡ y aún no sabes qué vas a ponerte para morir en directo en Youtube!!!. Ahora ya no soy Audrey, ahora soy Meryl Streep, frenética, desparramando el fondo de armario por la cama, probándoselo todo en aquella película… ¿cómo se llamaba?, ¡ah sí!, Sophie’s Choice. Mejor era ir disfrazada de Diane Keaton, pero no me apetece, para nada, morir en chaleco y corbata. Aún estoy dándole vueltas al “qué me pongo mañana” cuando X-C me aporta la solución: me manda un mail diciéndome que no sabe él tampoco qué ponerse, (claro, es que vestirse de asesino en serie tampoco es tan fácil).


Aprovecho la coyuntura para tirarle los tejos subliminalmente y le contesto con uno de mis pensamientos más profundos: “con la chaqueta de pana negra del primer día , estarás perfecto, entrañable, elegante sin ser petulante... pero ponte lo que quieras, relax, ya sabes que soy muy rara y paso bastante de fijarme la ropa de hombre y de todo eso que un hombre puede comprar en el Gato Inglés , en cambio, me fijo en cosas tales como en que la persona tenga personalidad y sentido del humor, por ejemplo, eso que no se vende en ninguna tienda. Claro, si el chico es de ojos misteriosos, no lleva barba de mil días, ni va sucio como un sin techo, no nos engañemos, mejor. Pero si vienes disfrazado de mendigo, aceptamos mendigo como animal de compañía, solo me avisas para ir yo también a lo Helena Boham-Carter, grunge total, y así en vez de al italiano, vamos a La Cocina Económica de las hermanas de San Vicente Paul, con los homeless, que nos queda al lado del Bellas Artes”. Ahhhhhh ahora me doy cuenta de que que después de noches en vela, (pensando en X-C), ya me parezco muchísimo más a Helena que a Audrey, así que dejo este diario para ir corriendo al Gato inglés a comprar un corrector de ojeras.



Debo estar ya fatal por la falta de sueño porque ahora, me pongo a soñar despierta y en mi ensoñación aparece X-C caracterizado de Johnny Deep, ( aprovecho para decir es que nunca entenderé cómo se puede matar uno a hacer películas y ser tan rico para luego ir vestido así por la vida … ), está muy bien X-C trasmutado en Johnny, realmente está genial, vale lo mismo para decuartizar a alguien en el museo que para jugar al Guitar Hero en la Wii. Le mando ya esta parte del diario, para que de aquí a mañana se vaya dejando bigote y perilla y para decirle que si no tiene pañuelo, tengo yo uno igual que el de la foto.


2 comentarios:

  1. Esta noche no hay nada más, sólo el recuerdo de llegar a casa después de trabajar toda la noche y todo el día, ver amanecer, recuerdo los rosas, y la sensación impresionante de cuando sale el sol. Y llegaba a casa... y ella no estaba.

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  2. Moon River
    Río de luna, más de una milla de ancho
    Algún día te cruzaré con estilo,
    Viejo creador de sueños,
    Destrozador de corazones ...
    Adondequiera que vayas,
    Yo sigo tu camino.

    Dos vagabundos, para ver el mundo
    Hay tanto mundo para ver
    Los dos buscamos el mismo arco iris
    Que nos aguarda al final de la curva...
    Mi fiel amigo,
    El río de luna y yo.

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