Si arrastré por este mundo la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser,
bajo el ala del sombrero cuántas veces embozada una lagrima asomada yo no pude contener.
Si crucé por los caminos como un paria que el destino se empeñó en deshacer;
si fui flojo, si fui ciego, sólo quiero que comprendan el valor que representa el coraje de querer.
Era para mí la vida entera, como un sol de primavera, mi esperanza y mi pasión.
Sabía que en el mundo no cabía toda la humilde alegría de mi pobre corazón.
Ahora, cuesta abajo en mi rodada, las ilusiones pasadas ya no las puedo arrancar.
Sueño con el pasado que añoro, el tiempo viejo que lloro y que nunca volverá...
Por seguir tras de sus huellas yo bebí incansablemente en mi copa de dolor;
pero nadie comprendía que si todo yo lo daba, en cada vuelta dejaba pedazos de corazón...
Ahora, triste en la pendiente, solitario y ya vencido, yo me quiero confesar;
si aquella boca mentía el amor que me ofrecía
por aquellos ojos brujos yo habría dado siempre más...
Letra: Alfredo Le Pera. Música: Carlos Gardel
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