jueves, 5 de mayo de 2011

La canción de los viejos amantes


Mis besos corrieron por tu cara, y yo te amé, te amé como un niño, como un dios al sol. Despertaba y sólo olía a ti, no había mar ni olas, sólo había el murmullo del agua queriendo ser cielo cuando me lamía al recoger mis lágrimas como si fuesen cometas. La lluvia, la maldita lluvia me devoraba, como un lobo que me arranca el corazón cada noche. Los gritos se apagaban con el sonido de tus pasos y cada instante era como el roce de la luna sobre mi piel. Tus labios habían destruido el pasillo por donde mi alma arrastraba las cadenas y tu risa, tu risa, como si fuese un himno, hacía que flotase como si no tuviese pasado y como si tus manos fuesen las manos de Dios. Dime otra vez esas palabras, dime que estás haciendo, dime hola, dime que te pasa, dime por qué estás triste, dime amor, dime despierta no llores más, dime por qué no estamos juntos, dime que me quieres, dime cuanto te duele el silencio...

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