William Turner (1775-1851) nació y murió en Londres, a la orilla del Támesis, en el corazón de las tinieblas, de donde los grandes barcos partían a aventar un imperio de expolio y racismo por todo el mundo. Cuando William cumplió diez años, tras la muerte de su hermana pequeña, su madre fue ingresada en un manicomio. Su padre estaba orgulloso de sus habilidades como dibujante y tenía la barbería llena de sus dibujos. A los catorce años ingresa en la Royal Academy School, donde adquirirá el dominio de las distintas técnicas pictóricas, sobre todo de la acuarela, que le servirá para poder plasmar los paisajes y las horas de sus vagabundeos; el viaje será una de las características del hombre romántico, el escape de la monstruosa ciudad industrial, en busca de la naturaleza, donde habita la belleza y por tanto la bondad. Con sólo veintisiete años será nombrado miembro de la Academia. Sus constantes viajes, en busca de paisajes, así como el estudio de los clásicos, y los contactos con los más afamados pintores de la época lo convierten en un pintor muy apreciado por una clielentela aristocrática y pudiente.
En 1815 Turner pinta Dido construyendo Cartago. El auge del imperio cartaginés. Tras su primer viaje a Italia, había quedado deslumbrado por la obra de Claudio de Lorena, apareciendo en sus cuadros detalles italianizantes y utilizando esquemas compositivos del pintor francés. Presentó el cuadro en la exposición de la Royal Academy donde recibe críticas diversas pero sir George Beaumont (poderoso diletante y conservador tanto en la política como en el arte, donde denostaba la estética romántica que se quería salir de los rígidos corsés de la Academia) ataca la obra: "El cuadro está pintado de un gusto falso, no conforme con la naturaleza; el color discordante, falto de armonía, se asemeja al de los pintores franceses que hacen sus experimentos en la imitación de Claudio, pero reemplazan su pureza y su justa armonía por violentas contraposiciones de marrones y otros colores cálidos con tonos fríos como los azules y los grises", opina el fundador de la National Galery que el exceso del color amarillo patea el recuerdo de la obra de Lorena, su armonía y su perfección. Turner se negó a vender el cuadro, al que consideraba su obra maestra, además en su testamento lo deja en herencia al estado (además de 320 óleos y 19.000 acuarelas y apuntes), exigiendo que sea expuesto en la National Galery al lado de Puerto con el embarque de la Reina de Saba, lienzo del paisajista barroco, donde el sol naciente se sitúa en el centro del cuadro, en el punto de fuga del horizonte, donde es reclamada la mirada del espectador. El contraste entre la claridad del sol y la obscuridad de las construcciones clásicas, con una perspectiva en fuga, crean un gran efecto de profundidad. La maestría del pintor francés resulta patente y Turner quiere estar a su altura presentando una composición similar, utilizando el tema de Dido, la princesa fenicia que funda Cartago, y que se enamora de Eneas a su vuelta de la guerra de Troya; la princesa enamorada del héroe lo colma de favores y bienes, pero no consigue retenerlo y al abandonar Eneas Cartago, Dido, desesperada, se quita la vida. Pero el verdadero protagonista de la obra es el sol, la luz. El alejamiento de Lorrain era deliberado en Turner, que al ir "más allá" de la armonía del cuadro clásico, quería demostrar su independencia y como él era capaz de crear una visión propia y del mismo nivel artístico.
Gustaba Turner de acompañar sus obras de poemas que él mismo escribía, como el titulado Las falacias de la esperanza que termina así:
«¡Esperanza, esperanza, falaz esperanza!
¿Dónde está ahora tu mercado?»
«¡Esperanza, esperanza, falaz esperanza!
¿Dónde está ahora tu mercado?»
Los versos reflejan la depresión por la que pasó en su última época, al morir su padre, con el que convivía. A partir de entonces las pinturas al óleo de Turner se apartan de las formas académicas, salpicando los lienzos de pigmentos y haciendo abundante uso de la espátula y del difuminado. Su técnica respondía a su preocupación, con un color y un tratamiento cada vez más violentos, cada vez más pesimistas, presentando el conflicto de las fuerzas elementales. Los componentes convencionales del paisaje pierden importancia. Todo se convierte en agua y luz. Las figuras desaparecen de los cuadros llenándose estos de color y fuerza creativa.
Partiendo de la acuarela ha conseguido dominar la técnica del óleo consiguiendo plasmar la idea de Hegel "encontrar en la naturaleza exterior un eco que responda a nuestra alma".
De lo bello, de lo pintoresco de la pintura clásica, que era la que demandaban sus compradores, que le habían hecho rico, Turner evoluciona a lo Sublime, una categoría estética, derivada del escritor griego Longino, y que consiste en una belleza extrema que produce una pérdida de la racionalidad y un gran placer estético, llegando a provocar dolor al no poder asimilar tan fuertes sentimientos. Para Kant lo sublime es "lo que es absolutamente grande" y su visión causa un displacer enraizado en el miedo debido a la inadecuación de nuestras ideas con nuestra experiencia. Edmund Burke presenta en 1756 lo bello y lo sublime como dos estados que se oponen, como la luz y la obscuridad. La belleza puede brillar bajo la luz, pero el exceso de esta puede cegarnos, impidiéndonos ver, como en la obscuridad, siendo la imaginación la que nos hace ver algo "oscuro, incierto y confuso" un horror que nos produce el placer estético de lo sublime.
"Ha despojado al sol de su derecho de primogenitura para crear las sombras" esta diatriba lanzada contra Turner, por un reverendo furioso lleno de presunción y de estupidez, refleja el sentir de sus contemporáneos ante sus últimas obras, incluso para Monet, el arte de Turner era un arte fallido, lleno del "exuberante romanticismo de su imaginación", sin darse cuenta de que "el romanticismo es tal vez la más radical e importante revolución mental de los tiempos modernos" (Isaiah Berlin).
De lo bello, de lo pintoresco de la pintura clásica, que era la que demandaban sus compradores, que le habían hecho rico, Turner evoluciona a lo Sublime, una categoría estética, derivada del escritor griego Longino, y que consiste en una belleza extrema que produce una pérdida de la racionalidad y un gran placer estético, llegando a provocar dolor al no poder asimilar tan fuertes sentimientos. Para Kant lo sublime es "lo que es absolutamente grande" y su visión causa un displacer enraizado en el miedo debido a la inadecuación de nuestras ideas con nuestra experiencia. Edmund Burke presenta en 1756 lo bello y lo sublime como dos estados que se oponen, como la luz y la obscuridad. La belleza puede brillar bajo la luz, pero el exceso de esta puede cegarnos, impidiéndonos ver, como en la obscuridad, siendo la imaginación la que nos hace ver algo "oscuro, incierto y confuso" un horror que nos produce el placer estético de lo sublime.
"Ha despojado al sol de su derecho de primogenitura para crear las sombras" esta diatriba lanzada contra Turner, por un reverendo furioso lleno de presunción y de estupidez, refleja el sentir de sus contemporáneos ante sus últimas obras, incluso para Monet, el arte de Turner era un arte fallido, lleno del "exuberante romanticismo de su imaginación", sin darse cuenta de que "el romanticismo es tal vez la más radical e importante revolución mental de los tiempos modernos" (Isaiah Berlin).
!Cuanto estoy aprendiendo de arte en este blog!
ResponderEliminarMe encanta Turne,que colores tan vivos,que luz.
No sabia nada de su vida,¿Hay algún artista que
fuea feliz en su infancia?.
La muerte de su hermana y el internamiento de su madre ,supongo que fueron horribles para¨Él
y para su padre . ME ENCANTA TURNER.
Marta.
Es verdad que algunos de sus cuadros recuerdan
ResponderEliminara Lorena. Otro pintor maravilloso
"Una moral, una erótica y una política. Si no fue una religión fue algo más que una estética y una filosofía: una manera de pensar, sentir, enamorarse, combatir, viajar. Una manera de vivir y una manera de morir". Octavio Paz, sobre el Romanticismo.
ResponderEliminarEnhorabuena X-C, Turner ¿una manera de evadir la realidad? Gracias
¿Acaso es la sombra menos real que la luz? ¿Es menos vida el dolor que la alegría? ¿Dónde se compra la felicidad, en el Corte Inglés, en la misa de doce, en el viaje a París, ...? En la obscuridad de la noche, cuando el silencio retumba en nuestros oídos, cuando no queremos ver nada, por que lo único que podemos ver es el horror de nuestra soledad, en ese momento lúcido, pleno de dolor, somos conscientes plenamente de nuestra existencia, y estamos vivos, tan vivos como el hijoputa de la visaoro que nunca trabajó, y tan vivos como el niño que es vendido para puto. La vida, ese concepto no significa nada, sólo el que queramos darle, pero es mentira, hay quien no podrá elegir y no verá otra vida que la de la miseria y la tortura. ¿De que nos quejamos, podemos quejarnos? Si, claro que si, debemos quejarnos, es la única manera de que algo pueda cambiar, aunque no podamos hacer nada, la denuncia, el grito, servirá para que no nos destruyan como Abraham iba a degollar a su hijo —en el silencio de los corderos— eso que tanto les gusta a los poderosos, que callemos, que muramos como K, en el desprecio de nosotros mismos, en la ignorancia. Romántico, si, soy un romántico y no creo en una vida mejor, pero me cago en su puta madre.
ResponderEliminar"El cristianismo persiguió a los antiguos dioses y genios de la tierra, el agua, el fuego y el aire. Convirtió a los que no pudo aniquilar: unos, cambiados en demonios, fueron precipitados al abismo y allá se les empleó en la burocracia infernal; otros ascendieron al cielo y ocuparon un puesto en las jerarquías de los ángeles. La razón crítica despobló al cielo y al infierno, pero los espíritus regresaron a la tierra, al aire, al fuego y al agua: regresaron al cuerpo de los hombres y las mujeres. Ese regreso se llama romanticismo."
ResponderEliminar(Octavio Paz, Los hijos del Limo)
Sí,el contraste brutal de nuestro sueño y esta realidad áspera y salvaje,esta miserable tierra de hombres devorándose entre ellos,nos arranca la piel,nos ciega,nos aniquila,sólo apetece morder el polvo y rendirse;o tal vez enloquecer del todo y autoinmolarse...El artista al menos logra plasmar este dolor y nos proporciona obras como estas,tan bellas y humanas,tan desgarradoras...al menos alivian nuestra soledad.
ResponderEliminar"una belleza extrema que produce una pérdida de la racionalidad y un gran placer estético, llegando a provocar dolor al no poder asimilar tan fuertes sentimientos."
ResponderEliminarRilke dijo que la belleza no es más que el incio de lo terrible en un grado en el que todavía lo podemos soportar.
La luz en las obras de Turner es para mí algo indescriptible, abrumador. Una lástima haberme perdido la exposición del Prado!
Rainer Maria Rilke
ResponderEliminarLas elegías de Duíno
Primera elegía
¿Quién, si yo gritara, me escucharía entre las órdenes
angélicas? Y aun si de repente algún ángel
me apretara contra su corazón, me suprimiría
su existencia más fuerte. Pues la belleza no es nada
sino el principio de lo terrible, lo que somos apenas capaces
de soportar, lo que sólo admiramos porque serenamente
desdeña destrozarnos. Todo ángel es terrible.
Así que me contengo, y me ahogo el clamor de la garganta
tenebrosa. Ay, ¿quién de veras podría ayudarnos? No
los ángeles, no los hombres, y ya saben los astutos
animales que no nos sentimos muy seguros en casa,
dentro del mundo interpretado. Nos queda quizás
algún árbol en la loma, al cual mirar todos los días;
nos queda la calle de ayer y la demorada lealtad
de una costumbre, a la que le gustamos, y permaneció,
y no se fue. Oh, y la noche, y la noche, cuando el viento
lleno de espacio cósmico nos roe la cara:
¿Para quién no permanecería aquélla, la anhelada,
la tierna desengañadora, ahí, dolorosamente próxima
al corazón solitario? ¿Es más suave con los amantes?
Ay, ellos sólo se ocultan uno a otro su suerte.
¿Todavía no lo sabes? Arroja el espacio que abarquen
tus brazos hacia los espacios que respiramos; quizá
los pájaros sientan el aire ensanchado con un vuelo más íntimo.
Sí, las primaveras de veras te necesitaban. Varias
estrellas te pedían que las rastrearas. Se alzaba
en el pasado una ola hacia ti, o cuando pasabas
por una ventana abierta, se te entregaba un violín.
Todo esto era una misión, ¿pero fuiste capaz de cumplirla?
¿No estabas siempre distraído por la esperanza, como
si todo ello te anunciara a una amada?
¿Dónde intentas alojarla, si en ti los grandes pensamientos extraños
entran y salen, y con frecuencia se quedan durante la noche?.
Pero si sientes anhelos, canta pues a las amantes; no es,
en absoluto, suficientemente inmortal su famoso
sentimiento. Aquéllas que casi envidias, las abandonadas,
las encuentras mucho más amantes que las saciadas.
Empieza siempre de nuevo la alabanza siempre inalcanzable.
Piensa: el héroe sigue en pie, aun el ocaso fue para él
sólo un pretexto para ser: su último nacimiento.
Pero a las amantes la exhausta naturaleza las recoge
en su seno, como si no hubiera fuerzas para lograr esto
dos veces. ¿Has pensado lo suficiente en Gaspara Stampa,
y lo que puede sentir cualquier chica a quien el amado
abandonó, frente a tan elevado ejemplo de mujer amante:
¿Llegaré a ser como ella? ¿Estos, los más antiguos
dolores, no deberán, por fin, darnos fruto? ¿No es
tiempo ya de que, al amar, nos liberemos del amado y,
temblorosos, resistamos, como la flecha resiste al arco,
para ser, unidos en el salto, algo más que la sola
flecha? Porque el permanecer está en ninguna parte.
Estupenda entrada y muy buenos comentarios a la vez.
ResponderEliminar¡Excelente! Ante el dolor, sufrimiento y padeceres de los humanos más desvalidos, han de estar los artistas y creadores, no para deslumbrar con sus asombrosas capacidades, sino para ayudar, redimir, cicatrizar, e insuflar un aire, tónico y balsámico a nuestro dsesperanzado espíritu, que le permita, si no seguir adelante, sí una agonía más dulce y soportable. Por ello, gracias por este blog. Es una delicia, que toda persona de bien y de mínimas "luces", sabra apreciar en su sabia y humanista medida. Un abrazo. (M.A.)
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