jueves, 19 de noviembre de 2009
Buñuel en el laberinto de las tortugas
Fermín Solís dibuja y narra esta novela gráfica del año 2008, en la que cuenta como se gesta y como se realiza la película Las Hurdes, Tierra sin pan, hace setenta y cinco años. Una historia que comienza en París donde el pintor y anarquista oscense, Ramón Acín, le promete a Buñuel que si le toca el billete de lotería que ha comprado le financiará la película. Hacia diez años que el cineasta conocía las fotografías que acompañaban la tesis del director del Instituto Francés de Madrid, Maurice Legendre, en las que se describía la dantesca situación de la comarca. El propio monarca, Alfonso XIII, acompañado por el Dr. Marañón, visitó la zona a caballo, haciendo promesas que nunca serian cumplidas, era una manera de salvar su popularidad tras el Desastre de Annual en 1921, a donde los hijos de las familias pudientes no habían ido, comprando sus licencias para que fuesen los mozos pobres, los que muriesen por ellos (o por la patria).
Buñuel que "veía en el surrealismo un medio para alcanzar la revolución con el escándalo como única arma" cree que la realidad de Las Hurdes, plasmada en un documental, "puede ser tan surrealista como la imaginación más desatada"
Estamos en el año 1932, en París, dos años antes había estrenado La edad de oro, su segunda película (la primera había sido Un perro andaluz), censurada en Francia y en los Estados Unidos hasta 1980; donde Buñuel conoce a Neruda, que le dice que para triunfar en la vida hay que estar gordo, por eso cada lunes se paraba delante del escaparate de una librería donde se exponían las obras completas de Victor Hugo, y se medía la barriga: "Ya llego hasta el tomo cinco" decía el poeta.
Fermín Solís presenta un París oscuro, por el que los artistas callejean sobre adoquines, entre putas, golfos y taberneros, siendo los tejados y la luna los testigos de su borrachera. Utiliza fuertes contrastes de blanco y negro, y angulosas líneas que delimitan casas y personajes.
En la historieta, los sueños de Buñuel son recurrentes (como no podía ser de otra manera en alguien que decía "Dadme dos horas de vida activa y veinte de sueño, en las otras dos miraré la vida por una mirilla") Estos sueños me recuerdan a los que tiene Corto Maltés en los que suele aparecer Rasputín; a Buñuel se le aparece la muerte, como la protagonista de Hilde Warren und Der Tod, la película dirigida por Fritz Lang , en 1917 en la que Lang aparece convertido en la Parca con un alto sombrero (en 1927 el genio vienes publica un artículo Sobre la muerte benevolente, donde explica como se le apareció la muerte en forma de esqueleto desnudo con sombrero), este filme marcó tanto al aragonés que después de asistir a su proyección decidió hacerse director de cine.
"El surrealismo camina por dos senderos paralelos: El de la revolución política y el de la búsqueda interior del ser humano. Los hurdanos deben ser lo más parecido a lo que Sade llamaba Hombre Natural. Allí no hay estrictas normas sociales, por no haber no hay ni un Dios. ¿O acaso Dios permitiría vivir a esa gente de esa forma miserable?"
Piensa el cineasta que con este documental podrá realizar una crítica al sistema burgués capitalista aún mayor que con sus anteriores películas, auténticos escándalos en sus estrenos, en los que "volaron las sillas como golondrinas", cuenta el maestro.
El cómic nos traslada de París a Las Hurdes, al culo del mundo, al centro del infierno.
"Estos nunca vivientes desgraciados iban desnudos y los azuzaban avispas y moscones obstinados". Infierno, III, 64-69, Dante.
Solís dibuja un paisaje seco, duro, sin horizonte, tejados que asemejan caparazones de tortuga y forman un laberinto; y a sus habitantes como almas en pena, muertos en vida que contemplan la vida y la muerte como si fuesen la misma cosa, esto lo acentúa con el recurso de una pintura mas rápida, con un trazo mas grosero que aumenta la expresividad de los aborígenes y el dramatismo de las situaciones.
Realidad y ficción se vuelven a mezclar gracias a nuevos sueños que intentan definir el personaje de un Buñuel a veces soñador, a veces violento, como un burgués que odia a los burgueses, como un surrealista que odia a los surrealistas. Una persona egoísta e individualista pero que quiere hacer una revolución social.
Lo que ocurre allí, lo podemos ver en la película aunque la historieta, nos cuenta como Buñuel realizó el rodaje, buscando la verdad más allá de la verdad, y el escándalo producido por esa verdad como un intento de cambiar, de mejorar, la vida de esos seres humanos. A veces el documental es ficción y otras en cambio la ficción es realidad, como hace John Ford en Wagon Master (1950) convirtiendo un western menor, en un documental extraordinario.
Las consecuencias tras el estreno de la película fueron inmediatas, el Dr. Marañón, presidente del Patronato de Las Hurdes, la considero un ultraje para España y la película fue prohibida.
Buñuel tardó diecisiete años en volver a hacer una película, Los Olvidados, otra obra maestra, donde describe la miserable vida de unos muchachos en los arrabales de Méjico capital.
Peor le fue a su amigo y mecenas, Ramón Acín, tras el fatídico 18 de julio, turbas fascistas (facinerosos) asaltan la casa de Ramón en Huesca y al no encontrarlo se llevan a su mujer, advirtiendo de que si él no aparece la mataran, el pintor se presenta al día siguiente y ambos son fusilados.
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Ufff. Me quedo sin palabras. Muchas gracias por las tuyas, de veras.
ResponderEliminar"...un burgués que odia a los burgueses, como un surrealista que odia a los surrealistas. Una persona egoísta e individualista pero que quiere hacer una revolución social."
ResponderEliminarDe éstos, últimamente pululan en política unos cuantos, pero sin la talla de Buñuel, claro está...