Ayer cuando llegué estaba demasiado mal para escribir e incluso para pensar, lo único que deseaba era dormir y soñar contigo y por suerte lo conseguí. Quiero decirte que te quiero, que no se porqué, ni hasta donde, ni se si estás antes o después que los demás. Lo que si es verdad, es que ahora no me importaría irte a buscar de nuevo aunque fuera al infierno. Ahora, desde el viernes, es como si mi cabeza estuviera sufriendo una especie de temblor que lo hizo caer todo abajo. Antes era una fototeca con todo muy ordenado, con un sistema de prioridades clarísimo, y llena de imágenes de Jorge. Y ahora está todo por el suelo y hay muchas fotos mas. Son casi demasiado nuevas y en todas estás tú. Se que tengo que volver a ordenarlo todo y que nadie me puede ayudar a poner las cosas en su sitio. Ni siquiera tú, tengo que ser yo la que decida si tengo que mentir y comportarme como si tuviese un amante o si debo decir la verdad tan simple como es. Decir, le quiero, pero también te quiero a ti y los dos juntos sois una maravilla. Se que si le digo eso le perderé y no quiero perderle, se que si sigo mintiendo me perderé yo, pero da igual porque también me perdería si renunciara a ti. Es horrible, pero es muy hermoso y todo merece la pena cuando te miro y me estás mirando y cuando nos apretamos las manos. Y lo peor es que no se como llegar a ti porque yo misma estoy muy lejos del exterior y muy lejos de mi propia piel.
Antes todo estaba muy claro. No había nubes y yo sabía perfectamente lo que me esperaba cada día. Era capaz de mirar a la cara porque sabia que si él me respondía con sus ojos no encontraría en los míos nada que no fuera completamente suyo. Ahora cuando me mira tengo que bajar la vista y quedarme con la opción de mentir.
Es como si de repente y con tu aparición, todo lo que yo sabía que tenía que corregir en mi vida, corriera más deprisa porque hay alguien que necesita sacar a flote lo mejor de mí. Si. Quizás yo pueda hacerte daño, pero si lo hago no pienses que fue queriendo porque eso seria imposible. Piensa que para aprender a dar tengo que empezar a rebuscar en lo más profundo de mí, y que cuando lo haga, saldrá de todo: bueno y malo. Si tú tienes las manos abiertas y esperas quizás tengas que recibir algún golpe y con ello vamos a sufrir los dos porque yo no soportaría por nada, por nada, hacerte daño...
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