«El fraude ha acompañado como una sombra al arte desde al menos los inicios de la modernidad. Toda proposición inédita ha implicado automáticamente la impresión de fraude, hasta el punto de que no parece demasiado aventurado afirmar que no puede comprenderse el arte contemporáneo si no se asume ese componente, por así decirlo, dialéctico del mismo. "
"Para que pueda hablarse de fraude, es preciso que exista a su vez un suelo, aunque sea aparente, de verdad susceptible de ser falseado, desnaturalizado o pervertido. Ese suelo no es otra cosa que el paradigma ideológico , creado por el idealismo romántico, que con sus categorías de creatividad, originalidad, genio, etcétera, conforma el concepto moderno de Arte. Pues bien, es este paradigma el que se encuentra, si no definitivamente muerto, sí en un imparable proceso de descomposición. "
"Las provocaciones de Damien Hirst sólo pueden comprenderse como el juego cínico y crepuscular, en el fondo profundamente artístico, en relación a una serie de creencias y valores de carácter estético que están conociendo su final ante nuestros desconcertados ojos."
"¿Quiénes son los estafadores y quienes son los estafados? ¿es Hirst el verdadero estafador o lo son esas casas de subastas, críticos más o menos influyentes, propietarios y artistas auráticos que siguen jugando al juego sublime de la verdad revelada y que viven de esas instituciones con la misma impunidad que el autor de los tiburones en formol pero sin el cinismo ni la valentía necesarios para emanciparse de ellas?"
"¿Quiénes son los estafadores y quienes son los estafados? ¿es Hirst el verdadero estafador o lo son esas casas de subastas, críticos más o menos influyentes, propietarios y artistas auráticos que siguen jugando al juego sublime de la verdad revelada y que viven de esas instituciones con la misma impunidad que el autor de los tiburones en formol pero sin el cinismo ni la valentía necesarios para emanciparse de ellas?"
"Ante una situación como ésta resulta lógico que nos preguntemos si existe vida más allá de ese nihilismo radical que juega sin contemplaciones con los últimos vestígios de la religión romántica del arte.»
Manuel Ruiz Zamora (historiador del arte y filósofo)
Manuel Ruiz Zamora (historiador del arte y filósofo)
¡Muy interesante! ¿quiénes son los estafadores? resulta difícil elegir, los críticos, los artistas, los dueños de las galerías, etc..., mira por ejemplo la "propuesta" de estos dos:
ResponderEliminarhttp://arteenlared.com/espana/exposiciones/peter-fischli-david-weiss-son-los-animales-personas.html
no digo que sea todo Goya y Velázquez, aunque no estaría mal, jejejejeee, ¿pero de ahí al oso y la rata?
Supongo que te gustará la película "Fraude" de Orson Welles...
Fraude.
ResponderEliminarAcción contraria a la verdad y a la rectitud, que perjudica a la persona contra quien se comete. "Contra quien se comete...." Mi ilustre tocayo Manuel, se embrolla, emborrona y regodea con su propia sapiencia y al final, tanta concreción rodeada de "sutileza" nos deja como estábamos, intenta exculpar al "artista" porque le compran lo que fabrica... Manuel Ruiz Zamora no me convence yo creo que ni a si mismo. Presumo que esta haciendo lo mismo, fabricar "¿arte?" para que alguien se lo compre...sin discutir su capacidad filosófica y sus conocimientos como sobre hitoria del arte, como escritor es malo.
En 1996 Jonas Mekas escribió el Antimanifiesto de la historia del cine.
ResponderEliminarYo creo que una cosa es el arte y otra el negocio en torno al arte y la gente se empeña en mezclar las dos cosas. Para mí no hay debate porque se habla de dos cosas totalmente diferentes y una de ellas no me interesa en absoluto, como no me interesa la música de Shakira o Beyoncee u otros mucho por muchos millones que ganen o discos de oro que vendan. Nos presentas ciertas cosas como arte para darle un envoltorio moral que permita consumirlo con la conciencia tranquila.
Creo que el antimanifiesto se puede aplicar a cualquier arte.
Como bien saben, fue Dios quien creó esta Tierra y todo lo que hay en ella. Y pensó que todo era genial. Todos los pintores, y los poetas, y los músicos, cantaron y celebraron la Creación, y todo estaba bien. Pero no del todo. Faltaba algo. Así que hace unos cien años, Dios decidió crear la cámara de imagen en movimiento. Y lo hizo. Y entonces creó a un cineasta, y le dijo: “Mira, aquí hay un instrumento llamado cámara de cine. Cógelo y rueda, y celebra la belleza de la Creación y los sueños del espíritu humano, y diviértete con ella.”
Pero al Diablo eso no le gustó. Así que colocó una bolsa de dinero ante la cámara y les dijo a los cineastas: “¿Por qué queréis celebrar la belleza del mundo y su espíritu si podéis ganar dinero con este instrumento?” Y, lo crean o no, todos los cineastas corrieron tras la bolsa de dinero. El Señor se dio cuenta de que había cometido un error. Así que, unos veinticinco años más tarde, para corregir su equivocación, Dios creó a los cineastas vanguardistas independientes y les dijo: “Aquí está la cámara. Cogedla, id y cantad la belleza de la Creación, y divertíos. Pero lo tendréis difícil para hacerlo, y nunca ganaréis dinero con este instrumento.”
Así habló el Señor a Viking Eggeling, Germaine Dulac, Jean Epstein, Fernand Leger, Dmitri Kirsanoff, Marcel Duchamp, Hans Richter, Luis Buñuel, Man Ray, Cavalcanti, Jean Cocteau, y Maya Deren, y Sidney Peterson, y Kenneth Anger, Gregory Markopoulos, Stan Brakhage, Marie Menken, Bruce Baillie, Francis Lee, Harry Smith y y Jack Smith y Ken Jacobs, Ernie Gehr, Ron Rice, Michael Snow, Joseph Cornell, Peter Kubelka, Hollis Frampton y Barbara Rubin, Paul Sharits, Robert Beavers, Christopher McLaine, y Kurt Kren, Robert Breer, Dore O, Isidore Isou, Antonio De Bernardi, Maurice Lemaitre, y Bruce Conner, y Klaus Wyborny, Boris Lehman, Bruce Elder, Taka Iimura, Abigail Child, Andrew Noren y muchos otros. Muchos más por todo el mundo. Y cogieron sus Bolex y sus pequeñas cámaras de 8 mm y de Súper 8 mm, y comenzaron a filmar la belleza de este mundo, y las complejas aventuras del espíritu humano, y se lo han pasado muy bien haciéndolo. Y las películas no dan dinero ni hacen nada de lo que se considera útil.
ResponderEliminarY los museos de todo el mundo están celebrando el centenario del cine, con un coste de millones de dólares de los que hace el cine, y volviéndose locos con sus Hollywoods. Pero nadie menciona ni a la vanguardia, ni a los independientes de nuestro cine.
He visto los programas de los museos y archivos y cinematecas alrededor del mundo. Pero todos ellos dicen: “No nos importa vuestro cine”. En tiempos de grandezas, de espectáculo, de producciones cinematográficas de cien millones de dólares, a mí me gustaría hablar por los actos pequeños, invisibles del espíritu humano: tan sutiles, tan pequeños que mueren cuando se colocan bajo las luces de Klieg. Me gustaría celebrar las pequeñas formas de cine: la forma lírica, el poema, el estudio, el boceto, el retrato, el arabesco y la bagatela, y las pequeñas canciones en 8 mm. En un tiempo en que todo el mundo quiere tener éxito y vender, yo quiero cantar a aquellos que abrazan el fracaso social y diario para perseguir lo invisible, las cosas personales que no dan dinero ni pan, ni hacen historia contemporánea, historia del arte o de ningún otro tipo. Yo abogo por el arte que hacemos los unos para los otros, como amigos.
Me hallo en medio de las autopistas de la información, riendo, porque una mariposa sobre una pequeña flor en China acaba de batir sus alas, y sé que la historia entera, la cultura, cambiará drásticamente a causa de ese batir. Una cámara de Súper 8 mm acaba de emitir un pequeño zumbido en alguna parte del Lower East Side de Nueva York, y el mundo no volverá a ser el mismo.
La auténtica historia del cine es historia invisible: historia de amigos que se unen y hacen aquello que aman. Para nosotros, el cine está comenzando con cada nuevo zumbido del proyector, de nuestras cámaras. Con cada nuevo zumbido de nuestras cámaras, nuestros corazones saltan hacia delante, amigos míos.