
Aristóteles, escribió esta obra en el siglo IV a. C. formada por diez libros que recogen sus lecciones magistrales en el Liceo ateniense. Constituye el más importante tratado sobre el que se levanta la ética occidental, antes de ser corrompida por la ideología judeo-critstiana.
Al igual que hicieron Platón y Sócrates, Aristóteles afirma que la virtud nos ayuda a buscar la felicidad y esa es la base de la ética. Pero a diferencia de Platón y Socrates, nos dice que la virtud no viene del conocimiento, sino que requiere el hábito; la felicidad, por tanto, no es un estado sino una actividad, y el placer no es la felicidad sino una consecuencia de la virtud.
Así pués, el hombre tiene un fin en sí mismo, un fin independiente de los fines del Estado.
La naturaleza del hombre nos da las facultades para formar hábitos, pero los hábitos que se forman en cada persona dependen de la cultura y de las opciones personales repetidas de ese sujeto. Todos deseamos la "felicidad", es decir, conseguir una realizacíon activa y comprometida de nuestras capacidades innatas, aunque cada uno pueda alcanzar este objetivo por distintos caminos.
Aristóteles analiza la relación del carácter y la inteligencia con la felicidad. El filósofo distinguía dos tipos de "virtud" o excelencia humana: moral e intelectual. La virtud moral es un reflejo del carácter, consecuencia de los hábitos que efectuan acciones repetidas. Siendo una virtud moral el punto medio entre dos extremos menos deseables. A las virtudes intelectuales, en cambio, no les afecta está teoría del punto intermedio.
La ética de Platón, al igual que la socrática, identificaba el bien con el conocimiento, caracterizándose por un marcado intelectualismo. Por naturaleza el hombre tiende a buscar el bien, por lo que bastaría conocerlo para obrar correctamente; el problema es que el hombre desconoce el bien, y toma por bueno lo que le parece bueno y no lo que realmente es bueno. De ahí que Platón en la República, en la explicación del mito de la caverna, insista en que la Idea del Bien debe necesariamente conocerla quien quiera proceder sabiamente tanto en su vida privada como en su vida pública, una Idea de Bien que es única y la misma para todos los hombres. Para Aristóteles, sin embargo, en consonancia con su rechazo de la subsistencia de las formas, no es posible afirmar la existencia del "bien en sí", de un único tipo de bien: del mismo modo que el ser se dice de muchas maneras, habrá también muchos tipos de bienes.

"Todo arte y toda investigación y del mismo modo toda acción y elección, parecen tender a algún bien; por esto se ha dicho con razón que el bien es aquello a que todas las cosas tienden."
"Si existe, pues, algún fin de nuestros actos que queramos por él mismo y los demás por él, y no elegimos todo por otra cosa —pués así se seguiría hasta el infinito, de suerte que el deseo sería vacío y vano—, es evidente que ese fin será lo bueno y lo mejor."
"Llamaremos más perfecto al que se persigue por sí mismo que al que se busca por otra cosa, y al que nunca se elige por otra cosa."
"Tal parece ser eminentemente la felicidad, pues la elegimos siempre por ella misma y nunca por otra cosa."
"La felicidad ha de contarse entre las [actividades] deseables por sí misma. Ahora bien, se eligen por sí mismas aquellas actividades en que no se busca nada fuera de la misma actividad. Tales parecen ser las actividades virtuosas, pues el hacer lo que es honesto y bueno pertenece al número de las cosas deseables por si mismas."
"La vida feliz es la que es conforme a la virtud, vida de esfuerzo serio y no de juego."
"Lo que es propio de cada uno por naturaleza es también lo más excelente y lo más agradable para cada uno, para el hombre lo será, por tanto, la vida conforme a la mente, ya que eso es primariamente el hombre. Está vida será también por consiguiente la más feliz."
"Después de ella, lo será la vida conforme a las demás virtudes, ya que las actividades que a éstas corresponden son humanas, puesto que la justicia, la fortaleza y las demás virtudes las practicamos los unos respecto de los otros en contratos, servicios y acciones de todas clases, y también en nuestros sentimientos, observando con cuidado lo que a cada uno le conviene, y es evidente que todas estas cosas son humanas. Incluso parece que algunas de ellas proceden del cuerpo, y que en muchos casos la virtud moral está intimamente unida a los sentimientos."
"Es cosa trabajosa ser bueno: en todas las cosas es trabajoso hallar el medio, por ejemplo, hallar el centro del círculo no está al alcance de cualquiera sino del que sabe. Precisamente por eso el bien es raro, digno de elogio y bello."

En el Libro VIII Aristóteles habla de la amistad, algo que es universal y necesario a todo ser humano.
"La amistad es virtud o algo acompañada de virtud. Su principio consiste en una benevolencia recíproca. Se ama algo porque es bueno en sí, bueno para mí, o agradable y lo respete tal y como es, lo acompaña en las buenas y en las malas. La amistad requiere ser el uno para el otro, requiere reciprocidad. Por tanto, el amor de amistad necesita que el amigo quiera al otro. Sin embargo, resultar agradable o ser útil son situaciones más pasajeras que el ser honesto. La verdadera amistad —de la cual los otros dos tipos participan analógicamente— es la amistad honesta, que busca al otro por lo que el otro es y no porque sea bueno para mí o porque me dé algún placer. Esta amistad es un estado superior a una actividad o a una emoción, pues perdura en el tiempo entre dos personas con la elección racional de ambas."
En el Libro IX, después de analizar la definición de la amistad, Aristóteles quiere enseñar sus características y de que manera se relaciona con la ética.
"La amistad es recíproca, y lo que uno da el otro lo debe de pagar de alguna manera. La desigualdad y la decepción rompen las amistades y este efecto sirve para mostrar la raíz de la amistad."
"El primer principio es la buena voluntad, pero no es suficiente, ya que requiere también el afecto y la intimidad. Otro principio es el sufrimiento, ligado al afecto, y estriba en que uno ama más lo que más le ha costado, de tal manera que en una relación de bienhechor con beneficiado, es el bienhechor quien ama más, pues ha empleado lo que le pertenecía para el bien del otro."
"Los amigos virtuosos son necesarios para la felicidad, pues el hombre es un animal social, necesitado de otros seres humanos de quienes depende y con quienes puede compartir. Los amigos son el bien externo más grande para el hombre."
....en los sustancial "tienen razón" o mejor "estoy de acuerdo", pero me da la impresión que "en aquel tiempo" cobraban por palabra escrita y en alguna ocasión debió coincidir con que había que pagar la nevera nueva....(pequeña broma irreverente). Las cosas son lo que son y como son (autoaplausos: clap clap clap clap clap)....
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