jueves, 24 de febrero de 2011

Autobús












pintura Juan Barreiro



Tonos azules para enmarcar la tristeza en un plano medio que avanza hacia nosotros mostrándonos la soledad de la madre rodeada de sus hijos, cansados, expectantes, sin saber hacia donde van. Tampoco ella lo sabe, ni tan siquiera el amor de la pequeña la consuela. Todavía no cumplió treinta años pero sabe que su vida ha pasado, ya no hay sueños, ninguna ilusión por la que luchar, tan solo se levanta antes del amanecer y va a limpiar donde la mandan, tiene el tiempo justo para recoger a los niños en la escuela y llevarlos de vuelta a casa. El hermano mayor ya sabe lo que pasa, que no hay nadie en casa, que están solos y que nadie los va a ayudar, que mamá está agotada de trabajar todo el día y que el dinero no llega. El viaje en autobús es una ceremonia más en ese día frío y azul, otra tarde como todas las demás sin alegría y sin futuro. Padre esta en la cárcel, pero enseguida tendré edad de ser un soldado e irme a las esquinas por él. Compraré cosas bonitas y haré que mamá deje de trabajar. Mientras, seguiremos tomando este autobús que nos lleva de ninguna parte a ningún sitio.

3 comentarios:

  1. Cruda realidad para tantos héroes de su vida y de su muerte, huérfanos del corte inglés y del mercedes y de ese imperio basura que llaman bien-estar.

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  2. Muchas gracias por utilizar un cuadro mío para una entrada tan emocionante, es todo un halago, la verdad es que una vez leídas tus palabras el cuadro dice mucho más...

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  3. ..la madre piensa: "..¡que rápido crecen,si pudiese detener el tiempo..!Mañana tengo que recoger el coche al taller, buscar a los abuelos al aeropuerto y llevar a Laika al veterinario...Vaya susto que nos hemos llevado en la autopista, la chiquilla ya lo ha olvidado pero mi pobre niño parece que lo está volviendo a vivir, bueno hoy a tirar de transporte público"

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