miércoles, 23 de febrero de 2011

Crónica















Cristina Ferrández expone en la GALERIA TEXU, Crónica. Los restos de un naufragio, esparcidos por la playa gris, son recogidos por mujeres que intentan recomponer una nave, tal vez una metáfora de como el pasado condiciona nuestro futuro y de como no podemos escapar de las consecuencias de nuestros actos aunque nuestros actos no los hubiésemos realizado nosotros. El sonido del mar y la niebla nos envuelve como si estuviésemos en la barriga de la ballena gris, o como fetos en la placenta de una vida de la que no podemos huir.
El limpio espacio que proporcionan Gonzalo y Xabel, en TEXU, en un tiempo de abalorios y colorines, sirve para que se expresen dos artistas a la vez, Teo y Cristina, en dos propuestas distintas y absolutamente personales. Raquel ha vuelto ha deleitarme con su comentario sobre el trabajo de Cristina, así que quiero compartirlo con vosotros.
     «Si tuviera que definir la trayectoria artística de Cristina en pocas palabras diría: honestidad, sinceridad, coherencia, compromiso. El compromiso con el medio ambiente, con la naturaleza, la denuncia de la degradación de los espacios naturales por la intervención del hombre dan sentido y coherencia a toda su obra, mucho más allá de la innegable belleza plástica de las piezas escultóricas, intervenciones, vídeos o fotografías.
La costa o la montaña en España, los bosques de Minessota, el paisaje de Portlan, los horizones deshabitados de la Patagonia, la tierra devastada por el conflicto bélico de Palestina, ríos en Holanda, bosques en Francia, son escenarios sobre los que Cristina Ferrández construye una especial y original
obra y ofrece una mirada intimista y comprometida con el planeta. Su obra nos invita a abandonar el frenético consumismo proponiendo el retorno al origen, a la naturaleza, nos mueve a reflexionar sobre el cambio climático, a ser concientes de la ruptura de la armonía perdida entre el hombre y su espacio e intentar volver a construir el equilibrio.
Sus paisajes son escenarios y horizontes, muchas veces devastados por el abandono, el fuego, las luchas territoriales, la especulación energética. “Sueños y entropías”, “Retornos”, “Natura Recovery”, “Paisajes Habitados”, “Auto y Consciencia”, “Huertos Urbanos”, “Crónica”, “Después del diluvio”, “Viejo Pozo de Nieve”…múltiples proyectos y exposiciones para la reflexión, para la introspección, para el despertar de las conciencias.














La exposición “Crónica” en Texu actualmente, nos muestra un video que recoge un performance en una playa, unas mujeres envueltas en la niebla, van construyendo lentamente el armazón de un barco simbólico, con restos de un naufragio que simbolizaría, en palabras de la artista, “el naufragio de una situación socioeconómica y medioambiental que se nos ha escapado de las manos", una estructura recuperada que será "nuestro buque que se enfrenta a un devenir incierto dentro de los acontecimientos globales" representación de la deriva y la zozobra de un mundo herido. De fondo, se escucha el mar y una sutil música digital de teclado y guitarra, rítmica, pautada. Cuando el barco está construido, surge, envolvente, la voz de Paola Leon:

"Ya no hablo el idioma que me dio mi madre,
ahora es otro.
Un desheredado guarda mi sitio
para cuando regrese del viaje sin retorno,
Unos ojos clavados en el hueco que dejé con mi forma,
Un cuerpo observado, mirado, la única forma del no- olvido
No hay pérdidas, ni rencillas…”










La exposición reúne fotografías del performance en lambda sobre papel perlado, dibond de aluminio, en un formato de 33x50. Sus títulos,“Aloades”,“Eirene”,“Escila”,“Zéfiros”, evocadores ecos de la mitología griega y “Cónclave” “lugares de pérdida”,” “lugares de encuentro”,“la huida”,evocan el sustrato que subyace en el proyecto. En las fotos, de fondo, de nuevo, la niebla, tal vez símbolo de la ceguera de nuestro tiempo y el mar liberador, única esperanza. En una de las fotos, un cuerpo desnudo bajo una estructura de madera representa la soledad, es el yo escondido y sepultado, olvidado de si mismo, abandonado a merced de la marea… dice


su autora que “Mientras, la marea va y viene, se derrama y vuelve a recluirse, naufraga y en su naufragio nos muestra su desazón. La desazón de un planeta y sus territorios, de una conciencia universal naufragada. Cuando nos libera, volvemos a correr para adentrarnos en sus aguas, como desheredados de un mundo que ya no nos merecemos”.


Estoy de acuerdo.Absolutamente. Sin duda una exposición enriquecedora para cualquier espectador.»






















http://www.cristina-ferrandez.blogspot.com/
http://www.galeriatexu.com/

1 comentario:

  1. Del catálogo de la exposición saco esta cita de Mayakovski: "La barca del amor se estrelló contra la vida cotidiana". La puta realidad como la llamo yo, ese espacio donde el tiempo no existe, y discurren los días como si estuviésemos girando en una noria, sin principio ni fin, y cuyo único alivio sería el arrancarnos los ojos, como hacían los hititas con sus prisioneros, para que así de esta manera, ciegos, no deseen lo que no pueden ver, y no sepan hacia donde caminan (hacia ningún lado).
    Cuando terminó de hablar Cristina le pregunté si esa mujer desnuda encerrada en una jaula construida por ella misma con los restos de su naufragio, de sus recuerdos, de su pasado, significaba la inutilidad de los actos y el determinismo ciego de la existencia.

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