El alcalde se despertó borracho, intentó reconocer donde estaba, pero sólo distinguía un felpudo vomitado y el chándal que llevaba puesto, no se acordaba de nada, pero apestaba a alcohol. Se levantó y reconoció la puerta de la casa. Era la vivienda de una concejala que él había promocionado a diputada, una rubia de bote (chocho morenote), que ahora no quería abrirle la puerta, la muy puta. Empezó a recordar: había salido de casa por la mañana, y como esta zorra no le cogía el teléfono se fue en taxi a una whiskería de las afueras. Había llamado al concejal de recaos para que le trajese la Visa oro (ya que él había salido en chándal y un poco de coca, pero el imbécil solo trajo un gramo, así que tuvo que llamar a ese chico que antes era de la oposición, para que hablase con el dueño de la discoteca nueva, y consiguiese material en condiciones y le cerrase la sala VIP, que ahora estaba llena de contratistas del gobierno autonómico.
¡Vaya borrachera! ¡Bah! Total... la mujer ya se había largado con los niños y se había quedado con el chalet, y yo no tengo que trabajar hasta las siguientes elecciones...
Ahora que me acuerdo, en el puticlub apareció el jefe de la policía local, que fue el que me espió a la mujer a ver si la pillaban en un renuncio, y podía ahorrarme algo de la pasta del divorcio. Era un cabrón de la vieja guardia, traía un colocazo de puta madre, y venía colgado de dos reales hembras, aunque una tenía pinta de travesti. Después llegó el dueño de la discoteca y organizó rápidamente toda la fiesta, llamó a unas chicas y puso a un marica a pinchar música; yo mande traer comida del restaurante que tenía el concejal de cultura y festejos, y nos pusimos moraos a marisco.
Me lié con una rusa que me sacaba la cabeza y tenía las tetas mas grandes que las de la contraportada del As. Metía las tarrinas de caviar en los pezones de las putas y las regaba con Codorniu; una de ellas cantaba "Cuando un amigo se va" , y yo lloraba emocionado mientras me agarraban el paquete.
¡Que ciudad! Estuve a punto de llamar al obispo para que probase las fresas, de aquellas tetas de novicia, pero ya estaba harto de mandarle tontitas para la monjas y de que las estiradas esas no fuesen capaces de sujetarlas, aunque no me extraña, porque por muy tonta que seas no te vas a pasar toda tu vida limpiando la caca de otras por la puta cara.
A mi mujer la engañe un tiempo, mientras los niños eran pequeños y estaba ocupada, luego le tuve que comprar una casa con piscina, y a mi hija, le puse una tienda de decoración y les dije que me dejasen en paz que yo era un hombre, que tenia una tarea, que era el alcalde, a ella le pareció bien, estaba cansada de verme colocado y con fulanas. Cuando se fue no paso nada porque le hice firmar un contrato de que a cambio de la pensión no abriría la boca. Yo soy una persona publica, un personaje, y no voy a dejar que esa amargada me coma la tostada.
La rusa está como un pan pero necesito mas coca, le digo a Fermín, el jefe de la policía, que vaya a por más, lo que pasa es que estoy tan pedo, que me cuesta imponerme.
Irina me tiene la pirula en la mano todo el rato y yo apenas soy capaz de hablar, sólo babeo (necesito una raya). Entonces fue cuando me sacó a bailar la que iba con Fermín, la travesti y me dio tanto asco que le pegué un tiro (siempre llevaba una pistola encima, recuerdo de mi padre, de cuando mataba rojos).
Le estalló la cabeza llenando de mierda toda la pista de baile, y los gilipollas de los concejales empezaron a chillar como mariconas, y el mongol del jefe de la policía se desmayó y no hubo manera de levantarlo, así que llamé al Delegado del Gobierno, un capullo que me debía un favor, de una vez que lo pillaron los municipales con un chapero en su coche.
Me largué de allí con Pili, la madama, pero como yo no quería volver a casa me llevó a un bar donde los clientes cantaban canciones de la tuna y de Victor Manuel. Yo ya no me enteraba de nada, sólo pagaba. La dueña del pub dijo que por qué no nos íbamos a casa de Marisa que seguro que había marcha, y allí me llevaron. Necesitaba speed, se me habían encogido los huevos y estaba cansado, y aquellas locas no paraban de meterme mano, fui al baño y me metí otra raya. El gordo que me puso el jefe de policía para protegerme estaba sentado en un sillón, más salido que un perro y yo estaba hecho polvo, así que le dije a Pili: sácame de aquí... y ya no se adonde me llevó.
Pero,¡mecagon dios!, estoy aquí vomitao, tirado en un felpudo, ¿que hizo esa golfa conmigo? No se si me la chupó, pero con el colocazo que tenía no creo que se me levantase, ¿pero por qué me dejó solo aquí tirao? ¿Qué hago aquí? Intento recordar pero sólo me acuerdo de la zorra de mi ex y del chofer que se la tiraba. Si, el chófer fue él quien me llevó a casa. Yo pensaba que era mi casa, porque donde pago cago, y esta rubia de bote ahora no me abre la puerta ¡Será puta!
Real como la vida misma, pero tu siempre tan comedido, has omitido que además de "Serena", el travesti, murió Amapola Cárdenas (la única puta profesional a tiempo completo de nacionalidad española que había en la discoteca), desnucada al caerle encima Juan Orozco Prieto, que así era el nombre que aparecía en el DNI de "Serena". Aunque claro ahora que lo pienso tu te apellidas Cárdenas de segundo, ¿No?....
ResponderEliminarjajjajajaj muy bueno Asfi me ha encantado. Con tu permiso lo voy a enlazar en el facebook j jajjaja