sábado, 23 de junio de 2012

Jose













foto X-C





Necesitamos del tiempo para saber las cosas, a veces no falta mucho para sentir la pérdida. Dicen que la vida está hecha de pequeñas cosas, a fin de cuentas ellas son las que la hacen grande, dicen. Un hecho como llegar a la barra, al mostrador, y preguntar si queda sidra, no es un hecho pequeño, ni falto de importancia. En los momentos donde no hay, tal vez busquemos un poco de compañía entre la gente, porque es cierto que hay solitarios entre la multitud, los que buscan refugio en el calor de la cafetera y en el fragor de las barras, entre ruidos y chistes y confidencias y conversaciones entrecortadas y partidos de fútbol. Por eso también es difícil saber estar siempre ahí, al otro lado, al lado, y poner la cara y dejar que pasen las horas (interminables cuando no hay gentes o lunáticas cuando está lleno). Y saber perder y saber callar y no decir lo que no hay que decir y sonreír.
Ahora el bar es menos bar y se siente la ausencia, se nota la falta.

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