foto Antoine D´Agata
He vivido la muerte tan
despacio que ahora cuando llegas a mí, me dices: ¿recuerdas la nieve? ¿Recuerdas
cuando te besé aquella noche? Estabas un poco tonto y me decías no se que cosas,
esas cosas que me decías entre la ropa, entre tu colonia de reyes y entre todos
esos sueños en los que yo no se que hacía allí. La vida había girado y solo
sentía ese dolor de huesos que eran tus pppputaspppppalabras. Te amaba, te
quería más que a un ciervo y más que una bruja. Tú sabías lo que sentía, a
horcajadas sobre mi me besabas y tus dedos me hacían sentir. Todo tu corazón en
mi boca, era como si fueses un ángel, un ángel al que morir abrazado. Recuerdo
la nieve (no se que me dijo la noche, que me dijo tu sexo, que me dijeron tus
besos) pero me senté en el parque y esa noche viví de tu amor, de todas
aquellas palabras y de tu sexo (y de cómo es posible que no estés conmigo). Se
que no hay nada que decir
Belleza y desolación.
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