En otoño, el pajarillo Bolbol llevaba una hermosa pluma en el pico, y al mismo tiempo lloraba. “¿Por qué lloras? ¿Acaso no llevas un trozo de tu amada en el pico?”, le decían. “Es que la pluma me trae recuerdos de ella −dijo Bolbol−. Me parece verla".
Que bonita es y tan breve y sencilla que aun la hace mejor, más cercana para los lectores humildes como yo. ¿Es árabe verdad?
ResponderEliminarMe llama la atención la ilustración,es muy delicada y sobretodo que pongas algo con tanto color y tanta luz en tu tenebroso blog, estás muy cambiado X-C.
La lluvia.
ResponderEliminarUna tarde de lluvia.
Una en que la suerte se tomó la libertad de no encontrarnos.
Y yo aquí.
Y tú allí.
Tan solos y tan acompañados.
Tan sin suerte.
Sólo esta fotografía.
Y murmullo de la lluvia sobre fondo azulado
mientras contemplo tu recuerdo en la tarde.
(La suerte esquiva está dibujada de pájaros)