foto X-C
Diez días, diez días lloviendo, mañana volvía a trabajar, la luna de miel había sido un desastre, las fotos bajo la lluvia se jodieron, tu vestido decías que pesaba una tonelada y que te costaba andar. Tu peinado se había deshecho como un soufflé y tus zapatitos blancos parecian barcas navegables. Cuando llegamos al hotel estabas histérica, gritabas como un mono y gruñias como una cerda, te measte delante de la cama y lloraste como si te hubiesen arrancado un diente, yo no sabía que pensar, que si eras tonta o que si estabas loca, pero tu madre me conto como habías llorado el día de tu primera comunión. Sí, la tonta de tu madre me dijo que eras un chica débil y enferma, que te enfadabas por nada y que tenías la mandíbula caída como tu padre, que eras una neurótica y que te gustaba beber como a él. Todo esto me lo dijo mirándome a los ojos, mirándome no como a un hijo, mirándome...
No hay comentarios:
Publicar un comentario