
Travis dijo:
—No te pegué, nunca te pegué, sabes cuanto te quería. Cuando ardió la casa yo estaba dentro, pero tú no estabas, el niño..., yo no sabía donde estaba el niño, ya no me acordaba de él. Tú nunca estabas en casa. El cielo se había cerrado. Hacía más de dos años que no me necesitabas, cada vez que te rozaba saltabas como un muelle. No sabía que hacer, la vida se había convertido en algo que no entendía, cada día era una pesadilla. Tu malhumor, tu inútil fracaso me golpeaba día y noche. Y entonces, poco a poco, dejé de amarte. Por eso aquella noche, cuando estaba tan borracho como cualquier otra noche, cuando la casa ardía, no había nada mío allí.
interesante..
ResponderEliminarMe gusta comenzar por la Vida y creo que esa es una buena forma de acercarme a este blog. Y así me encuentro una gran película y un personaje para la eternidad. Travis lo sabe: la vida es así, no la he inventado yo.
ResponderEliminarSaludos