viernes, 19 de julio de 2013

In the ghetto



¿Cuanto tiempo ha pasado, dos días, tres? ¿Qué hacías sin mi, a donde fuiste? La noche, larga como la calada de un muerto, no dejaba de mirarte, ya lo se, ¿pero que importancia tenía? No te dabas cuenta de todo lo que te quería. Acaso no te dabas cuenta, no te dabas cuenta de nada. ¿Para que valía mi amor si tú no me querías? Si besarte era besarte la mejilla, si acariciarte era acariciar una muñeca. Yo no sabia que pasaba, que pasaba por tu cabeza, pero me quedaba triste, sentía. Ya se que la vida es así y todo eso, pero a mi no me consuela. Cuando te veo te quiero pero luego, cuando ni tan siquiera tienes tiempo para darme una caricia, pienso en que pasa, pienso  en que no es esto, que yo ya había vivido las cosas y que ahora te quería a ti, no quería sueños ni planes ni proyectos, ni tan siquiera paz. Quería llegar a casa y apretarte entre mis brazos, dolerme de saber que estaba contigo; y no había nada más.
Día, día, día y noche, así fuimos, en el sofá en la cocina en el coche en el sueño de la noche, siempre entre tus brazos. Yo era rey, pensaste en más allá, pensaste en como hacernos más fuertes, o no, tal vez los hijos lo fueran, no lo se. Pero todo fue por ahí, ya era el tiempo, teníamos edad y lo hicimos, lo hicimos de noche y de día, nos amamos a tope, hicimos el amor por toda la casa, nos queríamos  Y llegó la noche, cuando llegué a casa no estabas, no había ningún ruido, siempre abría con llave, pero no te oí en la cocina, miré en el baño, estabas en la habitación, encima de la cama, tenías la cara desencajada, estabas rota no quedaba nada de ti, los zapatos en el suelo y un olor a fin. 


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