Egon Schiele (1890-1918) muere a los veintiocho
años, cuatro años más tarde se pública Egon
Schiele en prisión, el escritor es Arthur Roessler, el amigo y crítico de
arte que defendió durante toda su vida a Schiele. Los únicos testimonios de los
veinticuatro días de prisión, son los dibujos que el artista envió al escritor en 1912. Partiendo de ellos y del conocimiento de Egon, Artur Roessler recrea en
forma de diario los sentimientos del pintor en cautividad. Schiele fue absuelto
de las falsas acusaciones de corrupción de menores, un montaje de la policía
austriaca. Una carta de Egon es el detonante de este relato: “… no puedo más,
se lo aseguro, ¡me siento tan miserable! He pasado veinticuatro días en prisión
—¿no se ha enterado? He sufrido de todo, y en los próximos días le escribiré
para contarle todo lo que me ha sucedido.”
“Estoy obligado a vivir con mis propios excrementos, a respirar un aire sofocante, deletéreo. ¡Y sin embargo soy un ser humano! Y lo soy aunque este prisionero.”
“Estoy obligado a vivir con mis propios excrementos, a respirar un aire sofocante, deletéreo. ¡Y sin embargo soy un ser humano! Y lo soy aunque este prisionero.”
“¿Cómo es posible semejante infamia? ¡Ni siquiera
estoy condenado! ¿Cómo pueden tener entonces el derecho de castigarme? Estaría
bien meter en chirona un día a todos los diputados, así, sin más, a fin de que
esos legisladores sin cerebro sintieran en su propia carne —puesto que tampoco
tienen alma, y si la tienen está atrofiada— lo que significa estar en prisión."
"Es evidente que tenemos que estar preparados siempre para sufrir lo que la vida nos inflija. Lo único importante es valorar y transmutar en otra cosa lo que se ha vivido. La decisión de no sucumbir."
"¡Veinticuatro días de cárcel! La instrucción se ha llevado a cabo de una forma lamentable, y yo he sufrido una miseria indecible. Me han castigado terriblemente sin haber sido condenado.
Durante la sesión del tribunal, uno de mis dibujos confiscados ha sido solemnemente quemado en la llama de un cirio por el juez togado. —¡Auto de fe! ¡Savonarola! ¡Inquisición! ¡Edad Media! ¿Castración institucionalizada, hipocresía!— si, corred a los museos y despedazad las mejores obras de arte. El que reniega del sexo es un cerdo que mancilla del modo más vil a sus propios padres, que lo han engendrado."
"Es evidente que tenemos que estar preparados siempre para sufrir lo que la vida nos inflija. Lo único importante es valorar y transmutar en otra cosa lo que se ha vivido. La decisión de no sucumbir."
"¡Veinticuatro días de cárcel! La instrucción se ha llevado a cabo de una forma lamentable, y yo he sufrido una miseria indecible. Me han castigado terriblemente sin haber sido condenado.
Durante la sesión del tribunal, uno de mis dibujos confiscados ha sido solemnemente quemado en la llama de un cirio por el juez togado. —¡Auto de fe! ¡Savonarola! ¡Inquisición! ¡Edad Media! ¿Castración institucionalizada, hipocresía!— si, corred a los museos y despedazad las mejores obras de arte. El que reniega del sexo es un cerdo que mancilla del modo más vil a sus propios padres, que lo han engendrado."
"Dios es eterno, lo llame el hombre Buda, Zoroastro, Osiris, Zeus o Cristo, e intemporal como Dios es lo que hay de más divino después de Él, el Arte.- El Arte no puede ser moderno; el Arte es eterno."
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