HÉCTOR: ¿Cómo llevas la semana, estarás como nunca sin mi?
NURIA: Yo puedo decir lo mismo.
H: ¿No echabas de menos la soledad? ¿O era la intimidad?
N: Era la individualidad. Es bueno estar sola de vez en
cuando, así puedo comer lo que quiero a cualquier hora.
H: Debo de ser muy antiguo porque todavía no me acostumbro a
hablar por teléfono.
N: Ya, prefieres hablar por whatsApp, yo a eso sí que no me
acostumbro: fragmentos y más fragmentos de conversaciones entrecortadas.
H: Lo aprendí en las películas de indios y vaqueros con las
señales de humo.
N: Además aprovecho para ver el lote de películas atrasadas.
H: Y para ver pelis porno, anda dime la verdad. Esas que
dices que son de autora, tan modernas.
N: Es que detesto los guiones clónicos de las porno
convencionales.
H: ¿Así que ves porno cuando no estoy.
N: ¿Te parece mal?
H: ¿Por qué no esperas a verlas conmigo?
N: Es lo que haces tú cuando yo no estoy.
H: ¿Qué dices?
N: Sí, me lo dijiste hace tiempo. No me importa. A mi
también me gusta lo mismo que a ti.
H: ¿Te gusta el qué?
N: Ver porno,¿o crees que sólo es cosa de tíos?
H: Creo que quieres decir otra cosa.
N: No, quiero decir lo que estoy diciendo, no me líes.
H: ¿Qué tal ayer con Laura?
N: Bien, salimos por ahí.
H: Si, eso ya lo sé. ¿Por dónde?, ¿qué hicisteis?
N: Nada, tomamos una cerveza en La Mala y luego picamos algo en
el mexicano.
H: ¿Y qué te contó, está más tranquila?
N: Va a adoptar un niño.
H: ¿Así que era eso?
N: ¿El qué?
H: Todo ese rollo, era por esto; porque tu amiga va a
adoptar un niño. ¿Pero si no es capaz de tener una pareja como va a tener un
niño? Cómo puede ser tan caprichosa.
N: Y para esto me llamas, parece que no tienes un buen día.
H: Todo está bien, no me noto nada.
N: Pues hay que ver como estás hoy, ¿Qué te pasó, noticias
del pasado?
H: No sé qué haces ahí, ¿Por qué no viniste conmigo?
N: Salió así, no importa.
H: No hacía falta que vinieses a la comida familiar. Yo te
juro que no pienso ir a la tuya.
N: Otra vez la familia. Tenía cosas que hacer, necesitaba estar sola.
H: ¿No estuviste sola bastante tiempo?
N: Tenía que pensar qué hacer.
H: ¡Mierda! No me digas que tenemos que hablar.
N: No, es que no me viene la regla.
H: Entonces prefiero hablar. ¿No me dijiste que era
imposible? Si acabas de ir a la ginecóloga y el DIU está a tope.
N: Esto es otra cosa.
H: ¿Qué cosa? no me asustes.
N: Quiero tener un hijo.
(SILENCIO)
N: ¿Estás ahí?
H: Me dijiste que no querías nada de niños.
N: No estoy segura, se me acaba el tiempo.
H: De qué tiempo hablas.
N: Del biológico; ahora o nunca.
H: Me parece perfecto, pero eso no es lo que habíamos
hablado. Ahora no puedes venirme con esas.
N: ¡Vaya día, eh!
H: ¡Nuria, ya está bien, lo teníamos claro!
N: Lo he pensado mejor. Es la última oportunidad, ¿no te das
cuenta?
H: Hace más de treinta años que sabes la edad que tienes.
N: No, hombre… sólo era una prueba. Quería saber si tu rollo
anti baby era una pose y sólo esperabas a casarte conmigo para dejarme
embarazada.
H: ¡Serás burra! y encima tenías que hacer esta broma por teléfono.
N: Para conocerte mejor.
H: Como el lobo a Caperucita. ¿Y esta bobada, por qué es? ¿Saliste
con alguna de esas amigas tuyas?
N: ¿Qué les pasa a mis amigas?
H: Vale, vamos a dejarlo.
N: ¿Por qué estuviste todo el día sin llamarme, no ves que podía
estar preocupada?
H: Ahora resulta que la chica dura estaba preocupada.
N: Habíamos quedado en que llamarías, sólo es eso.
H: No soporto tener que adivinar lo que piensas ¿Dónde os
enseñaron eso?
N: ¿Pero qué comiste hoy? Estás inaguantable.
H: No sé, ya son muchos días, estoy colgado.
N: Jolín, afloja un poco. No somos críos, esto tiene que ser
otra cosa.
H: Suma cero, ya…
N: No sigas.
H: Eres algo muy importante, no estoy jugando.
N: Lo sé, pero a veces tengo miedo, no quiero volver a vivir
cosas que pasaron.
H: A qué te refieres.
N: Olvídalo todo.
H: No es tan fácil.
N: Mañana ya estaremos juntos.
H: Es mejor que no vengas en coche ¿Por qué no vienes en
tren? Te recojo en la estación, dejas las cosas en casa y nos vamos a cenar por
ahí.
N: No tengo ni idea a qué hora acabaré en la clínica, además
ya no debe de haber billetes.
H: Seguro que todavía hay, siempre ponen más trenes por el
puente. Puedes venir leyendo o dormitando una película, si tienes suerte puede
ser una de Walt Disney con un árbol gigante de navidad y renos volando por
encima de los adosados.
N: Lo pienso.
H: De acuerdo, intenta dormir esta noche y mañana hacemos
eso, conozco un restaurante chino que está muy bien. Seguro que nos reímos con
los mensajes de los rollitos de primavera.
N: Bueno, ya sabes lo que pasa en estas fechas.
H: Sí, no hace falta que lo repitamos.
N: Tengo ganas de dormir y nada más, ayer no pegué ojo, te
extraño.
H: Qué rápido nos acostumbramos a lo bueno, ya no recuerdo
cuando no estabas.
N: Por eso tengo miedo, cuanto más valoras una cosa más
miedo tienes a perderla.
H: Parecemos dos viejos. Vamos a colgar el teléfono y a
meternos en la cama. Piensa que estamos juntos.
N: ¿Te acuerdas de aquella canción?
H: ¿Qué canción?
N: (Cantando)
Cuentos de hadas pasan por tu cabeza
mi amor es una guerra, ve con él
aunque estás lejos volvería a pensar en ti
comprobarás la vida no es un sueño, no lo es…
Imagen Natalia Pastor
Texto Roxana Popelka y X-C
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