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¿Franquismo o fascismo?
En ningún país del mundo al régimen político existente en España del 39 al 1978 se le llamo “dictadura franquista” sino que fue conocido como “dictadura fascista” el período encabezado por el general Franco.
El termino franquista fue
creado para intentar lavar la cara del régimen y presentarlo como un sistema
autoritario pero sin tener una ideología fascista. Así desaparecido el caudillo
desaparecería el carácter jerárquico y autoritario de aquel Estado, que dirigido por el “hábil timón”
del rey se transformó mediante la “modélica Transición” en una democracia.
Fascismo fue la ideología que
arrasó Europa en los años treinta y que se caracterizó por un nacionalismo
extremo, imperialista, basado en la superioridad de la raza o de la cultura
nacional, lo que les daba el derecho de conquista. Se basaba en la fuerza,
militar, machista y reaccionaria, destinada a prevenir la revolución obrera
temida por el poder económico, financiero y por las clases medias. En realidad
había sido promovido por la burguesía y las oligarquías dominantes para parar
el movimiento obrero, liderado por fuerzas comunistas, socialistas o
anarquistas.
Esta ideología se reflejaba
en un Estado dictatorial que controlaba la sociedad civil, los medios de
comunicación, la escuela... Todo era utilizado para promocionar al caudillo, un
ser de características sobrehumanas, quien instrumentalizaba el partido único,
el partido fascista, para liderar el Estado que servia para el progreso del
pueblo. El pueblo incluía a todas las clases sociales, negando la diferencia de
intereses que había entre ellas. De aquí salen los sindicatos verticales en los
que están tanto empresarios como trabajadores. También consideraba al Estado
como designado por una fuerza superior, la historia en el caso alemán o
italiano, Dios en el español. Imponiendo a los ciudadanos unos valores nuevos
que rompen con los anteriores, valores democráticos, laicos y republicanos.
Ciertos autores reconocen que
estas características existieron al principio del régimen, pero que
desaparecieron cuando llegaron los tecnócratas del Opus Dei, sustituyendo a los
falangistas. Pero ellos también reprodujeron el nacional-catolicismo que era la
ideología del fascismo español.
Hasta el último día de la
dictadura el NO-DO comenzaba con la imagen del dictador y con el símbolo
fascista, el mismo que aparecía en las entradas de todos los pueblos de España.
Era necesario jurar lealtad al Movimiento Nacional para trabajar en el sector
público u ocupar un cargo en el Estado. Un uniforme de camisa azul y el saludo
brazo en alto.
Que el régimen estuviera en
sus últimos tiempos lleno de oportunistas que a pesar de su discurso, no creían
en la ideología fascista, no niega el carácter fascista del régimen.
También dicen que el régimen
no era fascista porque la
Falange , era un partido pequeño y por tanto el fascismo no
era una ideología mayoritaria. Esto es como negar que el pensamiento hegemónico
hoy en el poder en la UE
es el neoliberalismo, aun cuando los partidos liberales son minoritarios en la
comunidad política. Lo mismo ocurrió en España con el fascismo, el cual perdura
en sectores del conservadurismo y del Estado español actual.
He confeccionado esta entrada
basándome en el artículo escrito por Vicenç Navarro, Catedrático de Ciencias
Políticas y Políticas Públicas de la Universitat Pompeu
Fabra, en el diario Público de fecha 7 de julio del 2011.
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