sábado, 3 de septiembre de 2011
Aunque tú no lo sepas
Acabo de soñar contigo, soñé que te sentabas a mi lado y me dabas la mano, te la apreté con fuerza, la acerqué a mi boca y la besé. No te dije nada, apoyé mi hombro en el tuyo y seguí con tu mano dentro de la mía, sentía palpitar tu corazón. Te miro y veo tu perfil y acerco mis labios a tu sien, te digo algo en la oreja y te muerdo un poco el lóbulo, para sentir tu carne como si fueses una loba. No quería nada pero estaba extenuado, no era por tu belleza, no por tus caricias, era por ti, había descubierto -después de toda la vida- a la vida: Tú, tú eras mi sueño, algo impensable, sentimiento... algo tan real como yo, que no sabía que a la luna le seguía el sol y en cambio había descubierto que la noche se apagaba con tu sonrisa, tu voz... esa que dice mi nombre, esa que habla deprisa, esa que me dice tantas cosas que nunca había oído, como esas caricias que nunca habían tocado mi piel. Es que te amo, sabes... no se si te lo habrán dicho, pero se como siento cada día, como me despierto y como no me duermo, como me odio en el espejo y como no soy capaz de arrancar de mi vida mi corazón. Te siento dormido y despierto, desnudo y vestido, andando y muerto, te siento. Tengo tanto frío que no recuerdo el invierno, ni la muerte, ni de donde vengo, sólo recuerdo cuando me llamaste y me dijiste aquellas cosas
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Un beso
ResponderEliminarMaría, no le mandes besos, es una gran crueldad, vete, desaparece o quédate hasta que la rueda gire de nuevo y el te eche y tú, entonces, implores su amor que dices que no existe y llores su ausencia
ResponderEliminarNo conozco a X-C (por desgracia), sólo quería darle ánimo y que siga escribiendo.
ResponderEliminarLa entrada del blog es preciosa, está llena de sentimientos como siempre, llena de amor.
ResponderEliminarUn beso
Pero ¿qué folletín es este?...
ResponderEliminarQue llueva que llueva, la virgen de la cueva,
pero cesen las piedras y se prodiguen los besos.
Cuantas admiradoras tienes,me alegro
ResponderEliminarmucho por tí, te lo mereces.
Marta
Te mueres de ganas, te gustaría follártela pero eres incapaz de decírselo. Titubeas, gimes y te revuelcas como un cachorro pidiendo amor, aunque solo quieres sexo, no necesitas ternura, necesitas lamer, chupar, sorber, penetrar, hollar, horadar . Te engañas, pero no a ella, no a mí, sabe, sé lo que quieres y necesita, necesito oírtelo decir....¿A qué esperas? ¡Dímelo, grítamelo!
ResponderEliminarSalomé.