Te veo, te siento, te toco, te oigo respirar, escucho el roce de tu pelo sobre la almohada y el tropezar de tus pies con los míos. Es la hora doce, cuando ya todo acabó y empieza algo nuevo, es la hora de soñar, de sentir, de no estar solo, de creer que la vida no es el disfraz de las vacaciones y los reyes magos. Es la hora de amar y de vivir algo más que el levantarse todos los días con el despertador y encontrarse solo en la cocina preparándose una taza de café.
La noche implora piedad por los desesperados, por los que buscan y por los que aman, sabe que llegará el día y que sufrirán, por eso ahora llora por ellos, llora en silencio para disimular, no quiere que nadie sepa lo que ella sabe. Yo lo sé, porque la he visto mirarme muchas veces y bajar la cabeza, pero ahora ya no me importa, porque te tengo a ti.
La noche implora piedad por los desesperados, por los que buscan y por los que aman, sabe que llegará el día y que sufrirán, por eso ahora llora por ellos, llora en silencio para disimular, no quiere que nadie sepa lo que ella sabe. Yo lo sé, porque la he visto mirarme muchas veces y bajar la cabeza, pero ahora ya no me importa, porque te tengo a ti.
Me recuerdas a un fragmento de "El Amor en los tiempos del Cólera" cuando el protagonista está tan enamorado de Fermina que incluso enferma de amor. Pues al leer tus últimas entradas da una sensación parecida, que estás enfermo de amor, son muy bonitas, diría incluso que mágicas, por que ya sabes que yo creo que la gente ya no quiere así, que realmente nadie se entrega hasta ese punto.
ResponderEliminarAlgunas veces es mejor, no amar con tanta
ResponderEliminarintensidad, por lo que se puede sufrir luego.
Sobre todo cuando la otra persona no da todo.
Bien sea por egoismo, por cobardia o por cualquier otro motivo.
´Animo.
Marta