miércoles, 1 de enero de 2014

Te amé tanto

Te amé tanto
que te esperaba rezando
olía las sabanas
y apretujaba tus frascos
deseaba tu ropa sucia
y compraba tus ojos
como si fuesen la luz de mi ventana.

Mi madre me dijo que todo llegará
y todo llegó
no hubo ninguna duda
aquel día
cuando me dijiste aquellas cosas
                           aquellas malditas cosas
yo me quede en casa (no, en casa no; me quedé transpuesto, me quede muerto, me quede más muerto que vivo, agonizando, en ese espacio entre las sombras)

Te dije te quiero, te dije te amo, pero no valió de nada; el tiempo se había derrumbado sobre nuestras cabezas y el roce de la piel se agrietaba con las palabras que no me decías.
Tenía tanto tiempo para escucharte que las luces de los ojos me habían cerrado la esperanza.
Y el amor, aquel amor que no encontraba, que deseaba tanto, y que sentía
como si fuese una serpiente deslizándose por mi piel
ese amor de tu voz en la medianoche
una voz tan lejana como la de Jackie saltando del coche
una voz irreconocible
Somos coordenadas de un par
incógnitas que aun hay que despejar
Nubes sobre azul
mi cabeza da vueltas, persiguiéndote
Miro a mis pies buscando tu sombra
pero he perdido mi corazón
Mi cuerpo es devorado
y mi cabeza se esconde entre las sábanas
Repito tu nombre
una y otra vez
una y otra vez
buscándote
mi cabeza da vueltas

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