William Blake (1757-1827). Visiones en el arte
británico
CaixaForum Madrid
Del 03/07/2012 al 21/10/2012
“La mente puede hacer del
infierno un cielo y del cielo un infierno", escribió John Milton en El paraíso perdido; el rapsoda inglés, ciego
desde 1652, dictó a sus hijas los más de diez mil versos del poema publicado en
1667. William Blake dijo sobre él: "Si escribió con trabas sobre Dios y
los ángeles y con libertad absoluta sobre Satán es porque fue verdadero poeta y
aunque no se diese cuenta, partidario del diablo".
William Blake nació en
Londres en 1757 y se dedico tanto a la pintura como a la poesía. Fue radical y
visionario en política y en religión, esperando una revolución de la conciencia
humana. Su protestantismo defendía la conciencia individual. Consideraba el
catolicismo como una perversión del cristianismo, en el que el ceremonial, la jerarquía
y el apego a lo mundano eliminaban la fe personal. Su enfrentamiento constante
con los dogmas sociales y religiosos, a la vez que su pelea con los dirigentes
de la Royal Academy
le impidieron alcanzar en vida el reconocimiento que obtuvo tras su muerte.
Fue un artista total que
abarcó todos los campos del saber y que intentó cambiar la sociedad británica.
Más de ochenta obras de la Tate Britain de Londres componen
está exposición, donde se ven reflejadas las mitologías, fantasías y delirios
de un autor visionario.
También podemos descubrir
alguna de las obras de sus sucesores inmediatos, los simbolistas victorianos y
los primeros románticos; llegando su influencia hasta el poeta Allen Ginsberg
que se consideraba su heredero.
Además de sus cuadros,
grabados e ilustraciones para libros, la principal actividad artística de Blake
fue la elaboración de libros de profecías, donde aúna textos e ilustraciones gracias
a una técnica diseñada por él mismo.
Buscaba abarcar la historia
completa de la humanidad desde la
Creación hasta la Redención , Jerusalén,
la emanación del gigante Albión fue el primero de estos libros, cien páginas
abarrotadas de texto y dibujos.
En los años veinte del s.
XIX, cuando su carrera decaía, el pintor John Linnell, lo recató del olvido haciéndole
abandonar el rutinario trabajo de copista de grabados, ofreciéndole un encargo
digno de un artista lleno de imaginación.
Primero fue Ilustraciones del libro de Job con
veintiún grabados que tuvieron gran éxito, en 1824 le ofrece otro trabajo, la Divina Comedia. Un encargo
de cien acuarelas reunidas en un volumen infolio. Una obra titánica para un
hombre anciano. Un pintor de la época, Samuel Palmer, cuenta su visita al
maestro: “Lo encontramos en cama, incapaz de moverse, después de haberse
escaldado el pie (o la pierna). A pesar de sus sesenta y siete años, no estaba
inactivo, trabajaba arduamente sobre un lecho cubierto de libros, sentado como
un patriarca de la
Antigüedad o como un Miguel Ángel moribundo. Así, sobre las
páginas de un gran libro, ejecutaba los más maravillosos dibujos inspirados en
Dante (para nada su superior). Decía que los había comenzado con un gran
sentimiento de temor”.
Admiraba al Dante poeta pero
no estaba de acuerdo con sus creencias aunque también criticaba al poder de la Iglesia. Creía que
“Dante era un ateo, un simple político preocupado por los asuntos de este mundo
como lo fue Milton hasta que en la vejez, se acercó a Dios que ya había
frecuentado en la niñez.”
Blake rechaza a los poetas de
la Antigüedad ,
como Homero, por su paganismo. Escribe en la ilustración número 7: “Todo en la Comedia
de Dante muestra que, con fines tiránicos, hace de este mundo el fundamento de
todo y de la naturaleza su diosa, en lugar del Espíritu Santo”.
Murió el 12 de agosto de
1827, tras tres años de trabajo sin conseguir acabar la serie, ciento dos
dibujos y acuarelas. Allí están todas las etapas de la elaboración, desde
bocetos hasta páginas terminadas. Aún siendo simples ilustraciones son
extraordinarias. Estaba en su apogeo creativo y era capaz de hacernos entender
las complicadas escenas repletas de personajes.
El artista visionario diseñó
un universo mítico lleno se fantasía, inspirado por la elevada elegancia del gótico
inglés y por la fuerza de las colosales figuras de Miguel Ángel. Utilizando líneas
claras y llenas de fuerza, pintadas con sus personales colores consigue
reflejar el eterno combate entre el bien y el mal, que caracteriza la vida y la
muerte.
“La imaginación no es un
estado: es la existencia humana en sí misma”.
‘si las puertas de la percepción se abrieran, todo aparecería ante el hombre tal cual es: infinito’ W.B
ResponderEliminarBlake es un genio y una de las personas que más influencia han ejercido en el movimiento contracultural y en el mundo underground que comenzó en Estados Unidos en los años 50 del siglo XX.
ResponderEliminarEsa frase de Blake que menciona Israel sirve de título a "Las puertas de la percepción", el libro de Huxley en el que describe su experiencia directa con el LSD. (The Doors tomaron su nombre del libro Huxley).
Según Philip K Dick en su ensayo de 1965 "Schizophrenia & The Book of Changes", si esas puertas se abren podríamos pasar del Koinos Kosmos (mundo compartido con los demás) al Idios Kosmos (mundo privado de cada ser humano). Las dos partes estarían divididas por una especie de muro que es el que nos permite vivir en sociedad y no realizar actos que la sociedad considera poco apropiados. El problema vendría cuando saltamos el muro y no sabemos volver, nos quedaríamos en el Idios Kosmos.
De ese "IDIOS" proviene la palabra idiota, que antiguamente se refería a las personas que vivían en su propio mundo.
He escrito, sí, sobre Baudelaire, pero no sobre Jules Laforgue, al que debo más que a ningún otro poeta en cualquier idioma, ni sobre Tristan Corbière, al que también debo algo. Hay, no obstante, un poeta que me causó profunda impresión cuando tenía veintidós años un poeta que sigue siendo consuelo y asombro de mi edad actual el poeta de que hablo es Dante
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